Hay mucho talento gracias al incremento de programas de formación, pero deben seguir acercándose a las necesidades de la empresa
cimiento que hay de las oportunidades laborales que hay en el sector; lamentablemente hay que reconocer que palabras como “logística” y “transporte” no parecen ser lo suficientemente atractivas para muchos jóvenes en edad de elección vocacional, atrayendo en primer lugar a quienes ya conocen nuestra actividad a través de familiares y conocidos, no solo porque no sea una palabra “sexy” para un joven, sino por la reticencia que también existente en grandes empresas en definir sus actividades como logísticas o de distribución; esto podemos evidenciarlo en sus publicidades, donde hablan de “e-commerce” o lo llevan más al terreno comercial de “ventas”, lo que siempre nos deja la incógnita: ¿Qué razones llevan a esa multinacional a no incluir estas palabras en sus campañas publicitarias?; es un reclamo que tal vez desde el sector deberíamos hacerle a estas importante grandes corporaciones con gran influencia mediática, en aras a dar a conocer a los más jóvenes y a la sociedad en general la importancia de nuestro sector para la economía y para cualquier actividad empresarial; nosotros en TecnoCampus, llevamos años realizando talleres con colegios y centros de formación de Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior, para que conozcan nuestras salidas universitarias y los buenos resultados de estas campañas y otras muchas actividades de comunicación, se reflejan luego en el buen número de estudiantes en nuestras aulas.
Por otra parte, desde la apreciación de la realidad, el tan nombrado tema de la falta de talento para cubrir muchas vacantes, yo lo abordaría desde dos puntos interconectados, el primero de ellos, es que no es del todo cierto que no hay talento suficiente en el sector, cuándo en el mercado formativo somos cada vez más los programas que formamos ya sea con titulaciones oficiales, como nosotros, o bien con titulaciones propias, como lo hacen otros centros, en todo lo relacionado con el sector, incluso importantísimas asociaciones de profesionales, tienen sus propios cursos formativos; con lo cual, me atrevo a decir, que, y de aquí la importancia del segundo punto, y es que pese a los esfuerzos, debemos seguir acercando los programas formativos a las necesidades de la empresa y esto debe ser una actividad constante y sin detenimiento; ya que en la actualidad los avances tecnológicos están al orden del día, y esto solo puede hacerse con la presencia de las empresas en nuestros consejos asesores universitarios, para poder escucharles directamente y generar esas soluciones esperadas.

También, hay que reconocer, que se siguen escuchando aseveraciones que ya no están actualizadas, que incluso se siguen repitiendo a modo de dogma, y esta distancia genera esa falsa sensación de que fuera de la puerta de los despachos, existen auténticos abismos formativos, cuando en realidad fuera hay un terreno más que abonado y que cada año produce excelentes frutos. Y aquí surge, por una parte, ciertas frases que he escuchado muchísimas veces en la que se nos dice que algunos alumnos vienen a realizar las prácticas “sin saber picar tal o tal documento en el sistema informático propio de la empresa” y este tipo de planteamientos nos lleva a reflexionar sobre el rol de la empresa en el proceso formativo de los estudiantes, que es fundamental, no podemos enseñar en las aulas, la dinámica interna de una empresa en particular, ni la forma de utilizar su ERP, para eso contamos con las prácticas obligatorias, que justamente tienen ese objeto, sumergir al estudiante en la realidad de la empresa, por lo que la labor propia de la empresa es insustituible.
También existe un modelo muy generalizado y conocido en Europa, que es la formación dual, y de quienes piensan que en España no se aplica de forma correcta, ya que no solo consiste en que el alumno realice prácticas todos los días en una empresa antes o después de acudir al centro formativo, sino que va más allá, cuenta con el compromiso entre la empresa y la universidad de que desde el primer día cada objetivo impartido en el aula es también desarrollado con los responsables formati
vos de la empresa; con lo cual es un programa que requiere de tiempo y recursos para poder llevarse a cabo.
Salto a la digitalización y las necesidades específicas de las actividades del transporte
Uno de los pilares formativos del TecnoCampus es justamente la profesionalización, y para esto hemos venido orientando la formación no solo desde el punto de vista académico y clásico, sino logrando una óptica profesional con vinculación directa con las empresas, incluyendo en nuestras clases no solo al docente, que suele ser un profesional de larga trayectoria sino también aportando la visita y clase práctica con profesionales en activo en las empresas, lo cual permite una visión realista de lo que les espera en el mercado laboral e incluso les permite ir modelando su perfil en función del sector elegido para desempeñarse a acabar la carrera, beneficiando tanto al alumnado como a las empresas que no necesitarán invertir tanto tiempo en esa formación inicial; si a eso le sumamos las prácticas obligatorias (Curriculares), las visitas a centros e instituciones, y formaciones extracurriculares como los bien reputados cursos MOST y Forma’t Al Port de la Escola Europea – Intermodal Transport, y luego la pertenencia a las principales asociaciones del sector, donde destacamos el Propeller Club, Cluster Logístico, entre otros, y con convenios firmados con la Asociación de Empresas Transitarias (ATEIA) y la Asociación de Consignatarios de Barcelona. Todo esto nos permite obtener una formación interdisciplinaria y real.
La digitalización nos permite conectar a la universidad y a la empresa en ámbitos cada vez más diversos, avanzando en caminos donde ambas partes, una desde la experiencia, y la otra desde el análisis y el método científico
Tras ocho años de consolidación de esta relación tan fluida, ahora iremos un paso más allá para justamente incrementar el proceso de colaboración entre empresas y la universidad, cuando un instrumento que en primer lugar nos permita generar transferencia de conocimiento desde la universidad hacia la empresa y pasar a un siguiente nivel de relación, con la elaboración de proyectos conjuntamente donde la generación de valor para la sociedad pueda evidenciarse de una forma cada vez más clara. La digitalización, gracias a la transformación y adecuación de los procesos propios de la industria, sin lugar a dudas, nos permite conectar a la universidad y a la empresa en ámbitos cada vez más diversos, creando soluciones que desde la universidad con todo el talento y los recursos cognitivos, podamos conjuntamente con la empresa, avanzar en caminos donde ambas partes, una desde la experiencia, y la otra desde el análisis y el método científico, podamos abordar no solo la formación de los futuros profesionales de la logística, sino en la generación de soluciones cuyo resultado impactará de forma positiva a toda nuestra sociedad.
Hay que destacar que, desde nuestra óptica, la ecuación pasa añadir un actor más a la de nuestro compromiso como universidad, completando el ecosistema no solo con la empresa sino con las instituciones públicas que también son responsables del desarrollo social de nuestras ciudades. Así, nuestro eje vertebrador pasa por la triada Instituciones-Universidad y Empresa, sirviendo muchas veces como puente vehicular para áreas tan importantes como son la logística, el transporte y la movilidad sostenible, desde todos los frentes donde deben abordarse, añadiendo el componente de emprendimiento desde nuestro ADN emprendedor, en todos nuestros estudios, tanto de Grado Universitario en Logística y Negocios Marítimos como de nuestro Máster Universitario en Logística, Cadena de Suministros y Negocios Marítimos, ambas titulaciones oficiales de la Universitat Pompeu Fabra, con el prestigio y el compromiso con la máxima calidad académica que ello significa.
La digitalización sin duda ha venido para quedarse y nuestro deber es formar a ese talento, que asume cada vez, más los nuevos roles que se derivan de ella, cada vez más especializados y cada vez más transversales en una industria que se reinventa en esta era 4.0.