
Julia A. García Navarro
Secretaria del Consejo de Administración de Transfesa Logistics, S.A.
La percepción sobre los trabajadores del sector logístico ha cambiado y el propio sector ha demostrado su resiliencia y capacidad para adaptarse ágilmente a un escenario extremadamente complejo, de la noche a la mañana
El sector logístico cierra el 2020 con un balance inesperado, muy diferente al que estaba previsto. Tanto es así que las felicitaciones navideñas que nos hemos cruzado estos días entre profesionales del sector reiteran el deseo de pasar página del amargo 2020 y dar la bienvenida a un 2021, del que todos esperamos lo mejor, aunque algunos se teman lo peor.
Sin embargo, en ciertos aspectos ha sido un año extraordinario para el sector logístico, una actividad que operaba a la sombra y en la que poco o nada pensaban los ciudadanos de a pie. El contexto de excepcionalidad que hemos vivido ha cambiado nuestras vidas y de camino nos ha enseñado lo importante que es el transporte y la logística.
El famoso Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo, trazó por primera vez en nuestra historia la línea divisoria entre lo que es esencial y lo que no lo es y el sector logístico asumió el reto y el compromiso de garantizar las cadenas de suministro. Curiosamente hubo desconfianza en las primeras horas del confinamiento y hordas de ciudadanos preocupados “asaltaron” comercios. Afortunadamente unos pocos días bastaron para convencer sobre la solidez de las compañías logísticas españolas.
A golpe de Reales Decretos, el paisaje urbano se hizo desértico en marzo de 2020; bicicletas, motos y camionetas de reparto ocuparon el asfalto y los transportistas fueron de los pocos autorizados para transitar las calles. Opino que esos días cambiaron para siempre nuestra percepción sobre los trabajadores del sector logístico. Por poner un ejemplo pensemos en los “mensajeros”, convertidos de la noche a la mañana en un “familiar” asiduo visitante de los hogares confinados.
No cabe duda de que el sector logístico ha demostrado su resiliencia y capacidad para adaptarse ágilmente a un escenario extremadamente complejo, y de la noche a la mañana. La apuesta tecnológica que se venía realizando para la automatización de los procesos, mejora de los tiempos de entrega y trazabilidad de los productos ha sido factor determinante, pero sin duda el otro gran protagonista ha sido el factor humano; el compromiso de las personas.
Este ejercicio que termina, probablemente el más complejo que hemos vivido en el sector y también en Transfesa Logistics, ha sido duro, pero nos deja cosas positivas. Haciendo balance del 2020, me quedo con la ola de solidaridad sin precedentes que hemos vivido. Me consta que no somos los únicos: todas las compañías del sector han trabajado duro, intensificando esfuerzos para hacer posible el reto que planteaba el ejercicio y a la vez elevando su nivel de sensibilidad y compromiso para apoyar colectivos vulnerables afectados por el Covid-19.
2020 será para todos nosotros el año de la logística solidaria
Los empleados de Transfesa Logistics nunca olvidaremos la primera acción solidaria que pusimos en marcha en los primeros días del confinamiento; envíos de material y equipamiento necesario para hospitales de campaña como el que se instaló en IFEMA. Tampoco olvidaremos la segunda acción, apoyando a residencias de ancianos con material de protección que no lograban encontrar en aquellas primeras semanas. A estas iniciativas le siguieron otras muchas, propuestas por nuestros empleados y apoyadas por la dirección, ambos cada día más sensibilizados. Continuaremos ayudando; cediendo espacios de almacenaje a los bancos de alimentos para que depositen el incremento de productos donados por los ciudadanos; apoyando en la limpieza y desinfección de vehículos de servicio público con equipos de ozono de nuestros talleres, apoyado el reparto de menús solidarios a los hogares más necesitados o aportando ordenadores y equipos informáticos a centros educativos, para mitigar la brecha tecnológica entre el alumnado.
El peso solidario en el balance de final de año es más que notable en una colaboración sin precedentes donde las empresas han aportado todos sus recursos y los empleados las iniciativas para recaudar fondos destinados a diferentes ONG o respaldando campañas como voluntarios.
Estos meses han sido tiempos de dificultad, retos, congoja y desazón; pero también de entrega, generosidad y corazón. Las empresas y empleados del sector han mostrado su lado más humano, redoblando esfuerzos para aportar lo mejor de sí mismos y dando pasos más allá de lo imaginado.
Cerramos un ejercicio que marcará un antes y un después, inolvidable por la dureza de lo acontecido, pero también por la entrega de toda una profesión que ha querido estar a la altura de las circunstancias.
2020 será para todos nosotros el año de la logística solidaria.