La velocidad y magnitud de los cambios que estamos viviendo tal vez pueda dejarnos sin aliento, pero nunca sin capacidad de reflexión. Por eso hoy hemos querido escuchar a los representantes de una de las empresas jóvenes del sector.
Víctor Humbert y Guillem Sardañés son los CEO de eGlobe, empresa transitaria fundada en el 2016 y que cuenta con oficina central en Barcelona y sedes en Alicante y Sevilla.
eGlobe nace en Barcelona con la finalidad de ofrecer soluciones integrales de transporte desde la perspectiva de la profesionalidad, con un marcado carácter de proximidad y personalización del servicio.
Además, eGlobe está comprometido plenamente con el sector y por ello participa de forma activa en proyectos tecnológicos, siendo partners de Click And Cargo, software en ERP, y también en proyectos formativos de la mano de la Escola Europea en el puerto de Barcelona.
Estos dos jóvenes profesionales tienen mucho que contarnos sobre el presente, y sobre todo el futuro, de nuestro negocio.
Antes de entrar en materia, contadnos un poco vuestra trayectoria profesional.
Guillem Sardañés. – Entré a trabajar en IFB -International Freightbrigde España- en el 2006. Yo estaba finalizando mi CFGS de Administración de Empresas de Telecomunicaciones e Informáticos, y mi proyecto de final de ciclo fue la renovación de la infraestructura informática de IFB. Debí de gustarles -sonríe- porque me ofrecieron trabajar con ellos en el área de tráfico marítimo y aéreo. También me facilitaron la formación, y así pude realizar diversos cursos en COACAB, el Colegio Oficial de Agentes de Aduanas y Representantes Aduaneros de Barcelona.
En el 2008 paso a ser Operations Manager de mi departamento y en el 2013 (o el 2014, no lo recuerdo bien) realizo el primer máster de Agentes Profesionales de Aduanas, que organizó la UB en colaboración con el Colegio.
Allí, además, conocí a Víctor y coincidimos en muchas de nuestras inquietudes. Así que pusimos en marcha eGlobe.
Victor Humbert. – Yo también empecé joven. A mí me contrataron a los 16 años en Mundiest tras un verano trabajando de archivero en sus oficinas. Era un trabajo fantástico, porque podía compatibilizarlo con mis estudios de Administración, y allí estuve hasta que me promocionaron a director de Aduanas. Después, en el máster de Agentes Profesionales de Aduanas, conocí a Guillem y, bueno, empezamos a soñar con el proyecto en el que estamos ahora…
No debió ser una decisión sencilla. En el sector no faltan profesionales, y empezar un nuevo proyecto tiene sus peligros…
V.H.- Pero también sus oportunidades. Por ejemplo, el sector se está globalizando muy deprisa, vía operaciones que tienen más de financieras que de empresariales, o eso creemos, y que se refleja en una merma apreciable en la calidad del servicio.
G.S.- También está el papel de la tecnología. Tú mismo hablabas de cambios veloces. Podemos implantar cambios tecnológicos internos y externos más rápidamente que las grandes estructuras. Somos, por así decirlo, un buque más maniobrable y cercano a sus clientes.
La pregunta, dada vuestra juventud, es inevitable. ¿Qué aporta eGlobe a este sector?
G.S.- Bueno, jóvenes, pero con experiencia… Entre los dos sumamos cuarenta años en el mundo de las agencias de carga. Pero, sí. Somos más ágiles, más proactivos y, sobre todo, entendemos que el cambio es lo único permanente, y no le menos miedo.
V.H.- Ahí están los hechos: se avecinan cambios de gran calado. No solo en el ámbito tecnológico, donde constantemente se abren nuevos frentes, sino en el geopolítico. Se va a requerir audacia y visión multidisciplinar para adaptarse a ellos.
¿Qué es lo más complicado de este negocio? ¿Y lo que más os gusta?
G.S.- Creemos que lo complejo es adquirir una visión de servicio global. En un reflejo comprensible, tendemos a refugiarnos en nuestra área de conocimientos: las aduanas, el transporte marítimo, etc. Y lo que se necesita es una mayor polivalencia, una base general.
V.H.- Otro asunto que nos trae de cabeza es esa constante prisa, el contrarreloj, que tantas tensiones genera en la organización y, en cuanto a lo que más nos gusta, y hablando por los dos, nos encanta la cantidad de cosas que se aprenden cada día: nuevos negocios, nuevas tecnologías. Y la satisfacción de contribuir a que toda clase de empresas alcancen sus sueños gracias a los contenedores que transportamos para ellos.
Estamos viviendo grandes acontecimientos. Empezando por la pandemia, esta supuso un auge espectacular del ecommerce. ¿En qué puede beneficiar al sector el crecimiento exponencial de Amazon y sus competidores?
Es evidente que este auge nos ha beneficiado. Creemos que el crecimiento del ecommerce seguirá sostenido. Pero hay que tener prudencia. La pandemia es algo excepcional y el consumidor puede variar otra vez sus comportamientos. Cautela y reactividad es la receta.
Pero ¿creéis que la pandemia ha traído cambios permanentes en el sector?
G.S.-Por supuesto. El más importante, los costes. Hasta el 2019 las empresas asumían riesgos excesivos y, en nuestra opinión, sin sentido. Las multinacionales han librado una guerra de costes para ganar cuota de mercado. Una guerra que perjudicaba a las empresas de menor tamaño.
Más que aprovechar la situación, las navieras han utilizado este acontecimiento para hacer algo muy en la lógica de todo mercado: tratar de recuperar los márgenes perdidos en los últimos años y, por supuesto, generar beneficios.
V.H.- Lo que sí creemos es que estos márgenes más elevados deberían reflejarse en la mejora general de la calidad del servicio. Pero, claro, esto es una sugerencia.
Hablemos ahora de Ucrania. La consecuencia inmediata del conflicto es la alteración del tráfico aéreo. ¿Cómo veis vosotros la situación?
G.S.- Pues mal… lo primero es que la verdadera tragedia está en el terreno y en los países vecinos. Las víctimas y los refugiados son lo que debería preocuparnos.
V.H.-La invasión no beneficia a nadie. Y la alteración de las rutas aéreas tiene más implicaciones de las que parece. Muchas cargas han pasado a ser marítimas, clientes que tenían en la zona su foco de expansión…
G.S.- En general, un cúmulo de contratiempos a los que no nos gustaría tener que acostumbrarnos. Esperemos que se resuelva pronto.
Para ir terminando, os pido una predicción: ¿Os atrevéis a describir el panorama de nuestro sector a diez años vista?
Bueno -ríen- la predicción es un ejercicio peligroso. Diríamos que los tiempos nos traerán más convulsiones y más cambios en todo cuanto atañe al comercio internacional. Nuestra mejor baza será la formación profesional y el uso cada vez mayor de la tecnología.
Nadie puede predecirlo, pero teniendo en cuenta la complejidad de este, por la parte tan implícita de política comercial internacional y aduanera que nos atañe, serán tiempos convulsos, solo la tecnología, y la formación profesional podrán darle valor y mantener el crecimiento de los últimos años.
Y ¿cómo creéis que debemos prepararnos para eso?
G.S.- Tenemos un adversario común que es muy poderoso: las multinacionales. Por eso debemos trabajar en la búsqueda y la adopción de elementos que nos permitan añadir valor a nuestro trabajo y diferenciarnos de los grandes.
¿Cómo?
V.H.- Mediante la profesionalidad y la cercanía. Debemos aumentar la cooperación, invertir en tecnología, fomentar la formación profesional. Pero, sobre todo, es muy importante trabajar desde la proximidad y la empatía hacia los clientes y trabajadores. Las empresas nacionales somos, en este sentido, mucho más eficientes a la hora de aportar estos valores.