APPORTT, la agrupación empresarial para la promoción del puerto de Tarragona, inauguró el ciclo de cenas-coloquio «Gente con perfil propio» para escuchar a Josep Martorell, director del Barcelona Supercomputing Center (BSC), y conocer de primera mano la charla «Supercomputación: el impacto de la digitalización en la empresa».
La cena reunió a un total de 16 personas de muy diversas profesiones y procedencias: representantes de empresas del sector portuario, de la administración pública y de pequeñas y medianas empresas. Los asistentes pudieron conversar durante casi dos horas con Josep Martorell sobre los cambios y retos que la sociedad va a afrontar gracias a la supercomputación.

Martorell explicó que «la informática es la única tecnología que no ha dejado de crecer en seis décadas» y que aún estamos a punto de experimentar todos los avances que traerá en áreas como el clima, la salud, la biología o la industria. Según el director del BSC, la confluencia de la inteligencia artificial, el big data y la computación de alto rendimiento (HPC), «cambiará la forma de hacer ciencia y permitirá dar grandes saltos en estos campos».
A modo de ejemplo, Martorell explicó las aplicaciones que ya están en marcha y que muestran el camino que está abriendo la supercomputación, como la posibilidad de cartografiar nuestra galaxia (tarea que está desarrollando la Unión Europea con la sonda Gaia) o la simulación en biología o salud que puede reducir drásticamente o evitar la experimentación animal o los ensayos clínicos en seres humanos.
La supercomputación, y el BSC en particular, está ayudando a las empresas hoteleras, agrícolas o de producción de energía verde a tomar decisiones a la hora de invertir basándose en simulaciones de la evolución del clima mundial.
Un reto europeo
«La supercomputación se ha convertido en una cuestión estratégica», explica Martorell. Las grandes potencias mundiales se han dado cuenta de que es necesario invertir en este campo para ser competitivos. China y Estados Unidos llevan años creando un bloqueo mutuo precisamente para mantener su liderazgo. Mientras tanto, la Unión Europea lucha por hacerse un hueco en este escenario, coordinando una estrategia conjunta para competir a nivel mundial con China, Japón y EEUU.
Una de las principales decisiones tomadas por la Unión Europea, explica el director del BSC, es apostar por tener grandes centros de computación independientemente de su ubicación. Estos centros se encuentran en Helsinki, Bolonia y Barcelona y sirven para poder competir globalmente, pero localmente son generadores y tractores de talento.

Supercomputación cuántica
El Barcelona Supercomputing Center contará con un ordenador cuántico. Se trata de una tecnología que no sustituirá a la computación clásica, sino que abarcará nuevas áreas y resolverá problemas que la computación actual no puede resolver, explica Martorell. Sin embargo, dice el director del BSC, «en 10 años la computación cuántica será capaz de romper los sistemas de encriptación, por lo que los gobiernos ya están trabajando en nuevos sistemas para evitar que sus comunicaciones queden al descubierto».