La digitalización de las operativas en los principales puertos y hubs logísticos del mundo se convierte poco a poco en un incentivo de competitividad, así como la búsqueda de nuevos mecanismos innovadores que permitan cumplir con los principales retos medioambientales a los que se enfrenta el sector. Son temas que han salido a la palestra en el marco de las conferencias celebradas con motivo del Tomorrow.Blue Economy del Smart City Expo.
En una mesa redonda moderada por la directora de Innovación y Estrategia de Negocio del puerto de Barcelona, Emma Cobos, algunos de los principales actores del sector portuario, pero también de las ciudades del mundo, han conversado sobre cómo están aplicando las nuevas tecnologías a la infraestructura y de qué forma puede ayudar a atajar los retos climáticos y de competitividad, así como crear una buena vecindad con las ciudades más próximas.

En este sentido, el CEO del Hamburg Port Authority y nuevo presidente de la International Association of Ports and Harbors (IAPH), Jens Meier, ha destacado cómo la digitalización y la automatización juegan un papel clave en la competitividad.
Del mismo modo, ha incidido en que los diferentes actores deben “educar” para utilizar las nuevas tecnologías de una “forma adecuada” para que la transformación de los puestos laborales sea paulatina.

Aunque Jens Meier bromeaba explicando que no se trata de “marketing”, la máxima autoridad del puerto de Hamburgo se proponía “ser el puerto más sostenible”. Es una meta que persiguen la mayoría de autoridades portuarias, especialmente europeas, para ajustarse a las normativas vigentes sobre emisiones. Por ello, incidía en que “los puertos son las zonas perfectas para la innovación, porque son zonas donde puedes testear muchas tecnologías”.
Coincidía en ello el Chief Digital & Innovation Officer del puerto de Amberes-Brujas, Erwin Verstraelen, aunque él iba más allá. Hablaba de la creación de “hubs de innovación” en el puerto en compenetración con las universidades. En este sentido, invitaba a probar las nuevas tecnologías en los puertos, y que una vez se haya constatado su eficacia, “enseñársela a las instituciones para que se pueda implementar de tal forma que la sociedad le saque partido”.

El Chief Operation Officer de Chicago, John Roberson, desarrollaba la idea de convertir los puertos en “hubs tecnológicos y de innovación”. Exponía el ejemplo de Chicago, que es un hub logístico de gran importancia para los Estados Unidos, a la vez que se sitúa al lado de barrios con renta baja. Por ello, enfocaba el desarrollo tecnológico como un “incentivo económico” a la vez que una oportunidad para que repercuta positivamente en su entorno, “atrayendo empresas que generen trabajo”.

Tal y como comentaba el Deputy Executive Directos del puerto de Los Angeles, Michael DiBernardo, es algo que ellos también tienen en cuenta, porque “1 de cada 5 puestos de trabajo de la ciudad están directa o indirectamente relacionados con nosotros”. Al igual que sus compañeros, incidía en la necesidad de buscar nuevas tecnologías que sigan el camino de la descarbonización, como la electrificación de muelles o la reducción del tráfico de camiones contaminantes en las autopistas.
