Avanzando juntos en la logística del futuro

Pere Navarro

Delegado Especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona

El impacto en la logística de la impresión 3D, así como también sus desventajas, serán evaluados en BNEW Logistics.

La impresión 3D es una de las nuevas tecnologías que ha llegado para revolucionar el sector de la industria y de la logística. Estamos ante un momento disruptivo, y realmente podemos decir que estamos cambiando la manera cómo fabricamos, pero también la manera cómo transportamos la mercancía. Este poder disruptivo de la impresión 3D es lo que hace que esta tecnología sea una de las piezas clave para entender la próxima evolución de la economía. No en vano, según un informe de la consultora McKinsey el mercado de la impresión tridimensional crecerá exponencialmente los próximos años pudiendo alcanzar un volumen de 550.000 millones de dólares en el 2025.

Las aplicaciones y ventajas que incorpora esta tecnología son evidentes para la industria. Entre otras cosas, permite fabricar bajo demanda, sin necesitad de grandes volúmenes de inventario y stock. Esto facilita que no sean necesarios grandes espacios para albergar la actividad productiva, es decir, podemos fabricar en ubicaciones más reducidas y, sobre todo, más cercanas del cliente final. Esto significa a su vez que se consigue reducir el tiempo de transporte, lo que sin duda es una pieza clave, puesto que, en los últimos años, y como consecuencia de las deslocalizaciones masivas hacia Asia, el coste logístico se ha convertido en una losa importante para muchos fabricantes.

Por otra parte, la impresión 3D permite un mayor grado de personalización. Ya no estamos obligados a producir en serie, sino que podemos incluir múltiples variaciones para encajar con las necesidades específicas de cada uno de nuestros clientes y generar series más cortas de producto. Este hecho hace pensar también en una reducción importante del factor “devoluciones”, lo que sin duda tendrá un impacto destacado en la planificación logística de las empresas.

Junto a estas ventajas evidentes, la impresión 3D levanta importantes incógnitas y retos, propios de una tecnología nueva que aún se está desarrollando. Su coste aún elevado, la dificultad para imprimir productos de grandes dimensiones o el tiempo que requiere cada una de las impresiones son factores clave a tener en cuenta en este proceso. 

Más allá de estos retos, lo que está claro es que la impresión 3D ha llegado para quedarse y va a ser, sin ningún tipo de duda, una de las tecnologías que más va a cambiar la manera cómo funcionan y cómo se estructuran las empresas del sector productivo. Hoy las impresoras 3D permiten trabajar con más de 200 tipos de materiales y la lista sigue subiendo. Desde el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) siempre hemos trabajado para ir un paso delante de la innovación, y por eso impulsamos hace ya más de dos años el primer laboratorio de impresión 3D del Sur de Europa, el 3D Incubator. Lo hicimos de la mano del centro tecnológico Leitat y con el apoyo de fondos FEDER a través de la fundación Incyde de las Cámaras de Comercio de España. En este tiempo, el 3D Incubator se ha consolidado como un referente de esta tecnología para grandes empresas y start-up, sumando ya cerca de 70 firmas incubadas y superando incluso las expectativas y objetivos que nos marcamos en un inicio. Especial mención fue también el papel resolutivo que tuvo en la primera fase de la crisis sanitaria, ofreciendo una respuesta rápida y eficiente a la falta de respiradores en los hospitales para enfermos Covid.  

Según un informe de la consultora McKinsey el mercado de la impresión tridimensional crecerá exponencialmente los próximos años pudiendo alcanzar un volumen de 550.000 millones de dólares en el 2025.

La impresión 3D será además una de las tecnologías punteras que se van a desarrollar en la DFactory Barcelona, el nuevo hub de la industria digital que impulsa el CZFB, también en alianza con Leitat, como socio tecnológico, y del que inauguraremos la primera fase el próximo mes de noviembre. Nada más y nada menos que 17.000 metros cuadrados destinados a la industria del futuro y la digitalización en un espacio absolutamente disruptivo.

Un poco antes, del 5 al 8 de octubre, tendremos ocasión de reflexionar y avanzar sobre las oportunidades y los retos de la impresión 3D, la industria y la logística en la segunda edición de Barcelona New Economy Week (BNEW). Tras el éxito de su primera edición, con cerca de 11.000 profesionales de más de un centenar de países registrados, este 2021 BNEW llegará ampliado y con la clara vocación de acompañar la recuperación de la economía con el foco en la innovación.

Estamos en un momento de cambio, y la logística, como pieza clave de nuestro sistema económico, no puede ser ajena a ello. Estamos hablando de una actividad que mueve aproximadamente el 8% del PIB español. Es más, según el reciente Observatori de la Logística 2021, Catalunya se ha posicionado en el segundo puesto europeo por lo que se refiere al peso de la actividad logística en su PIB, sólo por detrás de Países Bajos (y con un peso del 14,4% sobre el total de la actividad económica). Aunque avanza a buen ritmo, según los mismos datos del Observatori, la digitalización y la adaptación de este sector a las nuevas pautas de fabricación y de consumo, es un reto constante que no podemos dejar atrás. En este contexto, el CZFB pone todos sus recursos y herramientas al servicio del sector, con el objetivo de avanzar juntos. Queremos facilitar a las empresas la adaptación a esta nueva realidad. Proyectos como el 3D Incubator, BNEW o DFactory dibujan este futuro que viene. 

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