Gracias al trabajo conjunto entre las diferentes administraciones como el puerto de Barcelona, el Ayuntamiento, la Diputación y la Generalitat, se ha logrado que Barcelona acoja la celebración de la Copa América de Vela en el 2024 y se sitúe de nuevo en el centro de las miradas de la náutica internacional. A falta de la confirmación oficial de la America’s Cup, la elección de Barcelona como campo de regatas se produce después de que los organizadores, con la empresa Grant Dalton al frente y el Emirates Team New Zealand, ganador de la anterior edición de la Copa América, apostaran por la candidatura de la capital catalana. De esta forma, Barcelona pasa por delante de Málaga, Cork (Irlanda) y Jeddah (Arabia Saudí), las otras candidaturas que también optaban a albergar el evento.
Dicho acuerdo se produce tras la visita a principios de marzo del consejero delegado del Team New Zealand y Grant Dalton, al puerto de Barcelona, donde estuvo acompañado por su presidente, Damià Calvet y Jaume Collboni, teniente de alcalde de la ciudad, entre otros. Asimismo, se reunió también con la alcaldesa Ada Colau y con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
El planteamiento de la ciudad de Barcelona para la 37ª Copa América de Vela, se centra en la realización de todas las actividades en el Port Vell, distribuyendo los equipamientos en diferentes zonas que, además, cumplan con todos los requisitos técnicos. Igualmente, el Port Olimpic o el Port Fòrum también se incorporan para acoger una de las grandes novedades de la Copa América 2024, y es que, por primera vez, habrá una edición femenina y una juvenil de la regata.
Asimismo, desde la perspectiva medioambiental, la organización de la Copa América impulsará el uso de hidrógeno para la propulsión de los barcos de asistencia que navegarán por aguas barcelonesas.
Por lo que se refiere al plano económico, hasta la celebración de la competición en el 2024, la ciudad de Barcelona tendrá que pagar un canon de unos 72 millones de euros en concepto de avales, que aportará principalmente la Generalitat de Catalunya. De acuerdo con las primeras estimaciones, la Copa América de Vela podría dejar un impacto económico de aproximadamente mil millones de euros en Barcelona y Catalunya. El seguimiento y audiencia televisiva de esta competición solo está por detrás de acontecimientos deportivos como los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol.
Con la celebración de la Copa América dentro de dos años, Barcelona consigue volver a centrar la atención de la náutica internacional y de países como Nueva Zelanda, Estados Unidos y Australia con gran tradición en esta competición. Una oportunidad después de suspenderse a partir del 2015 la regata de vuelta al mundo Barcelona World Race que sin duda generará grandes sinergias y beneficios entre tejido náutico y sectores socio-económicos, que venían demandando desde hace tiempo un acontecimiento de este calibre y repercusión.