Las mujeres que remolcaban embarcaciones por la Ría de Bilbao con la única ayuda de una sirga y su propia fuerza física, las sirgueras, han sido reconocidas y homenajeadas con la instalación de un grupo escultórico situado en un céntrico punto de la capital vizcaína, en la margen del río en el que desempeñaban su duro trabajo. En 2017 el Ayuntamiento de Bilbao también quiso rendir su propio homenaje cambiando el nombre del Muelle Alfonso Churruca por Muelle Sirgueras.
La artista Dora Salazar es la autora de este grupo escultórico compuesto por cuatro figuras de sendas mujeres de 2,5 metros de alto y 70 centímetros de ancho. En su conjunto, suman 9 metros de largo que representan a cuatro mujeres que tiran de una sirga, reivindicación simbólica para el reconocimiento de la importancia del trabajo de las mujeres y de la necesidad de continuar caminando hacia una igualdad.
El trabajo de estas mujeres era más barato que el de los bueyes
El homenaje ha sido financiado por la Diputación Foral de Bizkaia y la responsable de Empleo Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, ha destacado la «potencia simbólica» de esta escultura como recordatorio del «trabajo durísimo que estas mujeres realizaban a lo largo de la ría, remolcando las embarcaciones con la única ayuda de una cuerda, de una sirga… y su propia fuerza física» en una labor «penosa, muy dura, de la que se encargaban porque resultaban más baratas que los bueyes».
Trabajo penoso
En el siglo XIX, el puerto de Bilbao era, como ahora, un importante enclave comercial donde las mercancías accedían hasta el corazón de la ciudad. En aquella época, a la altura de Olabeaga, la arena se acumulaba, impidiendo el acceso a las grandes embarcaciones de la época, lo que obligaba a transportar las mercancías en gabarras que eran arrastradas desde la orilla por las sirgueras.
El de las sirgueras era un trabajo propio de bueyes o de hombres, pero durante las guerras carlistas, los hombres escaseaban al encontrarse combatiendo. En aquel contexto, contratar a mujeres para el trabajo de sirga era más barato que emplear bueyes, pues el salario apenas cubría el gasto alimenticio diario.