Malas noticias para los operadores del puerto de Bilbao y las empresas de su hinterland. Bilboestiba CPE, la Sociedad de Estiba y Desestiba del Puerto de Bilbao, ha rechazado siquiera valorar la última propuesta sindical porque “vulnera la legislación vigente”. Con esta decisión, las empresas de la estiba en el puerto de Bilbao cierra la puerta a una posible finalización cercana de un conflicto que el lunes inició su segundo mes de paros y que, con otro mes por delante de huelga, se encamina hacia un paro indefinido.
Los sindicatos apelan a la negociación y las empresas proponen el arbitraje
Los sindicatos habían propuesto el viernes pasado una mediación en el conflicto por parte de la Comisión Paritaria Sectorial Estatal, lo que se veía –desde fuera- como un tímido avance. Ahora, Bilbaoestiba dice que la propuesta incluye mantener las “tareas complementarias o servicios comerciales en términos análogos al convenio actual”. A juicio de las cuatro empresas estibadoras (Bergé, CSP, SLP, Toro y Betolaza), este planteamiento “es innegociable” al haber sido declarado ilegal por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) así como por sucesivas sentencias de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.
El puerto de Bilbao ha perdido más de la mitad de su volumen en el primer mes de huelga. Los estibadores lamentan los “daños colaterales”
Unos por otros… el puerto de Bilbao ha perdido un 67% de mercancía general y un 54% de contenedores durante la huelga de los estibadores. Entre el 9 de octubre y el 9 de noviembre se registraron 43 escalas menos (-21 %) con respecto a los 30 días anteriores que han supuesto la reducción del 55% de las toneladas de carga seca manipuladas en los muelles. Estos datos trascienden de la dinámica puramente portuaria e inciden muy negativamente en la actividad económica como han puesto de manifiesto últimamente numerosas empresas, asociaciones e instituciones.
Decepción generalizada
En un comunicado previo, la parte sindical se muestra decepcionada por los “casi nulos” avances en la negociación y vuelven a la carga con la acusación de “ataques, provocaciones y trato vejatorio”, al tiempo que acusan a la Autoridad Portuaria de posicionarse del lado de las empresas.
A su entender, la propuesta realizada el viernes debiera ser suficiente para entablar una negociación, basada en la mediación antes mencionada. Por su parte, y ante estos llamamientos a la negociación hechos públicos durante los últimos días por los sindicatos, las empresas insisten en proponer un arbitraje que comprometa a las partes porque es la única opción que demuestra una auténtica vocación negociadora.
Las empresas piden la desconvocatoria de la huelga antes de sentarse a negociar

A juicio de las empresas, las llamadas a la negociación son un brindis al sol puesto que “durante la última ronda de contactos el comité de empresa decidió prolongar la huelga un mes”. En todo caso, las empresas señalan que las condiciones para entablar cualquier negociación “pasan necesariamente por desconvocar la huelga”, recuperar los rendimientos de trabajo normales y permitir el trabajo de personal externo en las labores complementarias.
Bilboestiba acusa, una vez más, de incumplimientos en los servicios mínimos reiterados, sumado a una ratio de absentismo de casi el 20% (un 3% atribuible al Covid). Estas ausencias no suponen merma económica para los trabajadores puesto que Bilboestiba complementa el 100% del salario. Además, señalan que “a causa de la negativa de los eventuales de la ETT Randstad a trabajar los fines de semana, los trabajadores fijos hicieron más turnos en noches y fines de semana, que conllevan un plus adicional”. Irónicamente, desde Bilboestiba señalan que “no todos los datos registrados durante la huelga han sufrido grandes caídas”, en referencia a que los estibadores de plantilla podrían estar aprovechando la huelga para hacer caja.
De la otra parte, los sindicatos niegan el incumplimiento de los servicios mínimos, se jactan de “comportamiento ejemplar” y dicen defender los derechos de sus compañeros eventuales. También declaran que lamentan “los daños colaterales” que están sufriendo otros sectores y empresas que dependen de este puerto, pero aseguran que “seguiremos defendiendo los derechos de los trabajadores” y animan a continuar con una lucha “que para nada ha terminado”.
A los viejos del lugar esta situación les recuerda el año 1986, cuando tras casi dos meses de huelga, los armadores internacionales tacharon de sus agendas a Bilbao como puerto confiable.