El OEA puede ser uno de los muchos obstáculos que hay en estos momentos para llegar a un acuerdo de relaciones aduaneras y comerciales con Reino Unido, pero es, a su vez, parte de la solución para ambas partes
Han transcurrido más de cuatro años desde que el 23 de junio del 2016 se celebrase el referéndum que, con una participación algo superior al 72%, los votantes favorables a la salida de Reino Unido de la Unión Europea superaron a los ciudadanos que votaron a favor de la permanencia. Cabe recordar que el resultado fue de un 51,9% a favor de abandonar la Unión y un 48,1% votaron por la permanencia.
Tras varias prórrogas, muchas negociaciones y situaciones que parecían insalvables, se atisba ya la salida efectiva de Reino Unido como miembro de la Unión Europea, lo que se producirá el próximo 31 de diciembre tras un periodo transitorio iniciado el 1 de febrero de este año.
En estos momentos, y a poco más de dos meses de que finalice el periodo transitorio, persisten más dudas que certezas de cómo serán las relaciones aduaneras y comerciales. Las negociaciones continúan y salvo que alguna de las partes decida levantarse de la mesa de negociación de manera anticipada, parece que estas pueden demorarse hasta avanzado el mes de diciembre.
Son muchas las cuestiones que continúan abiertas. Las declaraciones de seguridad en el movimiento de mercancías, la pesca, la prevalencia de la jurisdicción comunitaria en caso de conflicto entre las partes o the level playing field, es decir, un trato equitativo con un marco de igualdad de oportunidades para las empresas de ambas partes sin que las administraciones puedan establecer ayudas directas o indirectas. También hay cuestiones no cerradas como el Operador Económico Autorizado (OEA), sobre el que Reino Unido ha solicitado una convalidación inmediata argumentando, con razón, que se trata de la misma figura basada y desarrollada con una misma normativa tanto para ellos como para la UE.
Sin embargo, también con razón, la UE alega que la convalidación de la figura del OEA únicamente podría darse en el caso de que Reino Unido garantizase el mantenimiento de los parámetros que hasta ahora se ha seguido dentro de la propia Unión. Es decir, los mismos criterios que se establecerían en un Acuerdo de Reconocimiento Mutuo (ARM).
La UE alega que la convalidación de la figura del OEA únicamente podría darse en el caso de que Reino Unido garantizase el mantenimiento de los parámetros que hasta ahora se ha seguido dentro de la propia Unión
El OEA puede ser uno de los muchos obstáculos que hay en estos momentos para llegar a un acuerdo de relaciones aduaneras y comerciales con Reino Unido, pero es, a su vez, parte de la solución para ambas partes. Un ARM significaría menores controles en los despachos de importación o exportación, operaciones anticipadas, acceso a facilidades aduaneras comunes que pudiesen establecerse en el futuro y la deseable inclusión de las demás administraciones que intervienen en frontera bajo los criterios OEA.
En estos momentos hay más de 17.700 empresas en la UE acreditadas como OEA de las cuales 1.078 son del Reino Unido. No es difícil suponer que estas empresas pueden representar un porcentaje muy importante del volumen total de operaciones aduaneras que se realizan actualmente, de tal forma que un ARM significaría aliviar a las aduanas de una cantidad importante de importaciones y exportaciones.
De todos los temas en negociación el Operador Económico Autorizado es, posiblemente, el único que siendo un obstáculo es, a la vez en sí mismo, una solución.