Los trabajos de la carretera NA-128 han arrancado para la que es la segunda obra viaria más importante de Navarra, tras la conversión integral de la N-121-A, vía que vertebra la Comunidad Foral de Norte a Sur. Las obras de la NA-128 tienen un presupuesto de 12 millones de euros y se ejecutarán en el plazo de un año, para revitalizar las conexiones con el Valle del río Aragón.
De la importancia de esta actuación da constancia la presencia en la inauguración de los trabajos de la presidenta de Navarra, María Chivite; el alcalde de Caparroso, Carlos Alcuaz; la alcaldesa de Mélida, Mª del Valle Coca; el alcalde de Murillo el Cuende-Rada, Miguel Ángel Enciso; el presidente del Concejo de Rada, Miguel Rodríguez; el director general de Obras Públicas e Infraestructuras, Pedro López; el director del Servicio de Nuevas Infraestructuras, Jesús Polo. También asistieron representantes de la UTE adjudicataria de la obra, Acciona Construcción (Joaquín Cobo y Eduardo Montes) y Excavaciones Fermín Osés (Noemí Osés y Alberto Latienda), junto a José Luis Casado, jefe de Obra, y Francisco José Ansorena, jefe de la Sección de Obras de Acondicionamiento.
2.000 vehículos diarios
La vía en cuestión carece de arcenes y dispone únicamente de una calzada de 6 metros con puntos de escasa visibilidad por los cambios de rasante. Por esta carretera transitan al día más de 2.000 vehículos, de los que un 7% se corresponde con tráfico pesado y un elevado número de vehículos agrícolas, ya que la vía transita por una importante zona de cultivo.
Los trabajos abarcarán un tramo total de 8,3 kilómetros, desde la salida de Caparroso hasta la intersección con el polígono de Mélida, situada en el recorrido que conecta las localidades de Peralt/Azkoien, Carcastillo y finaliza en el límite con la provincia de Zaragoza, mejorando las comunicaciones de las localidades del Valle del río Aragón, como Rada, Murillo el Fruto, Santacara, Figarol o el Monasterio de la Oliva.

Al detalle
La zona de actuación se corresponde con un tramo de trazado peligroso con cambios de rasante que generan puntos de escasa visibilidad, algunos coincidiendo con intersecciones con caminos agrícolas, varias curvas con radios pequeños que suponen giros bruscos y tramos de curvas y contracurvas sin transiciones adecuadas.
El proyecto supone la transformación integral de carretera y modificará el trazado actual de la vía para poder adaptarlo a una velocidad de 80 km/h. Contempla reducir el 25% de las curvas del tramo, pasando de 24 a 18, y ampliar la plataforma hasta los 10 metros, con dos carriles de 3,5 metros, arcenes de 1,50 metros y bermas de 0,5 metros a ambos lados. Se tratará de aprovechar la plataforma actual para desarrollar la ampliación y para facilitar la accesibilidad del tráfico durante las fases de ejecución de la obra.