En su condición de presidente de la Comisión del Arco Atlántico, el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, ha convocado a una reunión a los presidentes autonómicos de Asturias, Adrián Barbón; Cantabria, Miguel Ángel Revilla; y Galicia, Alfonso Rueda.
Esta reunión que ha tenido lugar en el Palacio de Ajuria Enea con el objetivo genérico de intercambiar reflexiones e iniciativas en torno a los retos comunes de los territorios atlánticos.

Si el motivo genérico era el de abordar cuestiones relacionadas con la triple transición: verde, digital y socio-demográfica, por un lado, y las interconexiones por el otro, no cabe duda que el ferrocarril era la cuestión clave del encuentro. Máxime cuando ahora también Asturias estudia su conexión con Europa a través de la línea imaginaria que Cantabria y Euskadi plantean a medio plazo.
La anécdota de la jornada la protagonizó el presidente Revilla, quien, a falta de un tren digno del Siglo XX, se desplazó a la reunión por carretera y sufrió un pinchazo. Aún así, llegó a tiempo para participar en el encuentro.
Capacidad de influencia
En un contexto donde se está produciendo un desplazamiento del eje de influencia europeo hacia el Este, en la reunión, se ha propuesto impulsar el Eje Atlántico dotándose para ello de una Macrorregión Atlántica, desde la que trazar una visión estratégica conjunta para actuar en defensa de nuestros intereses y no quedar “fuera de foco” por lo que se indica que “apostamos por Europa y no queremos perder capacidad de influencia”.

Aunque no fue el único tema tratado, el Corredor Atlántico Ferroviario es uno de los que más interesa a todas las Comunidades.
Una infraestructura que acumula un gran retraso que puede verse acrecentado si el Gobierno francés cumple su aviso de no ejecutar su parte antes de 2042. Según ha insinuado Macron, la prioridad francesa no incluye proseguir las obras entre Burdeos y Dax. Y a partir de ahí, su intención sería completar la línea que une Dax con Toulouse en primer lugar y posteriormente, culminar la obra entre Dax e Irún.
Retrasos injustificados
Las presiones ante Europa se están haciendo llegar y desde la Comisión Europea (CE) se ha indicado que «en las próximas semanas» mantendrá contactos con las autoridades francesas para «clarificar» los retrasos en las conexiones de alta velocidad con España a través del Corredor Atlántico, que debería estar operativo en el 2030.
Según Adalbert Jahnz, portavoz comunitario de Transporte, «nuestros objetivos no han cambiado en absoluto», con lo que ahora se hace necesario que el Gobierno galo mire hacia el Oeste. Si hay que atenerse a otros precedentes, como la conexión de GNL, será difícil hacer cambiar de opinión a los mandatarios franceses y los trenes procedentes de la Península Ibérica seguirán funcionando por vías convencionales hasta la capital de Nueva Aquitania.
Los presidentes de las comunidades del Cantábrico observan también retrasos e incumplimientos por parte del Gobierno español. Por ejemplo, se acaba de adjudicar la redacción del proyecto de construcción del tramo Vitoria-Gasteiz-Burgos -red básica-, no será hasta la próxima década cuando entre en servicio. Por tanto, exigen a la Comisión Europea y al Gobierno español, que hagan todos los esfuerzos para que la fecha de 2030 sea una realidad, también en Francia.
Lobby atlántico
De la reunión ha salido la intención de crear un foro de trabajo y encuentro que articule, cohesione y dé visibilidad a la región atlántica y en el que participen los distintos niveles de gobierno en pie de igualdad: Unión Europa, Estados miembro, Comunidades y Regiones. Según han explicado en su comparecencia, el objetivo es que, durante la Presidencia Española del Consejo de la Unión, el segundo semestre de este año, el Consejo Europeo mandate a la Comisión desarrollar una Estrategia Macrorregional para el Atlántico.
También se ha convenido la necesidad de trabajar como un “lobby atlántico” que movilice a las instituciones y a actores socioeconómicos. “Vamos a solicitar que la presidencia de la Comisión Arco Atlántico participe en el Comité de Cooperación Fronteriza previsto en la Declaración de la Cumbre franco-española de enero. Pretendemos institucionalizar este foro anual haciéndolo extensivo a los presidentes de todas las Comunidades Autónomas atlánticas”, han señalado.
“La defensa del Eje Atlántico no incumbe en exclusiva a las instituciones. Esta debe ser una apuesta colectiva que integre el impulso y la participación del conjunto de actores socio-económicos de nuestras Comunidades. Al fin y al cabo, está en juego el bienestar presente y futuro de nuestras sociedades”, ha apuntado el Lehendakari Urkullu en su papel de presidente de la Comisión.
También para el hidrógeno
El desarrollo del Corredor Atlántico, que además de ferroviario también es viario -incluye las carreteras, tiene otro punto de retraso y discriminación con el Mediterráneo. Preocupa que el corredor del hidrógeno no contemple para el 2030 la interconexión Atlántica del corredor HiWest y por el contrario sí contempla la del Mediterráneo, BarMar.
En este sentido, se solicita que el lado Atlántico del corredor no se quede en la frontera de los Pirineos y que entre a la península por el oeste en 2030, al igual que lo hará por el este.
De esta manera se cierra el anillo alrededor de los Pirineos fortaleciendo así la conexión energética de los puertos del Atlántico y Mediterráneo de Francia y España para movimiento de hidrógeno, y sobre todo, existirá una doble conexión que no dejaría aislada la Península Ibérica de Europa en caso de problemas operativos o necesidad de mantenimiento en uno de los “hidroductos”.