La Confederación Empresarial Vasca (Confebask), formada por las asociaciones patronales de Álava (SEA), Bizkaia (CEBEK) y Gipuzkoa (ADEGUI), ha repasado la situación económica del 2022 y un adelanto de las percepciones para el 2023, destacando la preocupación por la desaceleración en la actividad, la incertidumbre y una cierta dosis de esperanza.
La presentación contó con las intervenciones de la presidenta, Isabel Busto, acompañada por el director general, Eduardo Aréchaga, y el director de Estudios Económicos, Pablo Martín. Según explicó Busto, “2023 va a ser un año muy exigente”, repleto de incertidumbres y con importantes retos y desafíos por delante, sobre todo en el primer semestre.
No obstante, la visión no es del todo pesimista, pues Confebask prevé un crecimiento de la economía vasca en el entorno del 1,5%, aunque la volatilidad de la situación obliga a una previsión en una horquilla más amplia, entre el 0% y el 2,5%, y será superior al crecimiento de la economía española y europea.
Según el informe presentado por Confebask, Euskadi crecerá un 4,2% en el 2022, “una cifra elevada”, pero la guerra de Ucrania y sus derivadas de crisis energética, elevada inflación y menor crecimiento europeo y global, sitúa este incremento en la parte baja de las previsiones realizadas el año pasado.
El PIB vasco crecerá en el entorno del 1,5% para 2023
La industria ha crecido a buen ritmo durante buena parte del año, aunque está acusando un aumento de costes sin precedentes, y lasexportaciones han recuperado los niveles prepandemia, aunque el superávit comercial se reduce un 35% por la elevada factura energética. En estos mismos campos, y para el año que está a punto de inaugurarse, la industria mostrará el incremento más débil, al ser el sector más abierto al exterior, acusando la debilidad de la economía global y europea, y la factura energética, mayor que en países no europeos, lo que dificultará competir en el exterior. Por tanto, las exportaciones irán a la baja, mientras que el valor de las importaciones subirá por la influencia del incremento de los productos energéticos.

En lo referido al empleo, Isabel Busto afirmó que el índice de paro ha descendido en 2022 hasta el 8% y, y si se cumplen las estimaciones, la tasa de paro bajará en Euskadi hasta el 7%, una tasa similar a la media europea. En este sentido, el acuerdo con los sindicatos “se ha desvelado fundamental”. Busto señala que se han alcanzado acuerdos en 15 acuerdos sectoriales, lo que supone la “plena vigencia 25 convenios que dan cobertura amiles de empresas” y se sigue negociando en otros 14 sectores.
Aunque la situación no es tan mala, Isabel Busto dice que, de cara al futuro, “será necesario una gestión eficiente para asegurar la competitividad y sostenibilidad de las empresas, en un contexto de fuerte presión de los costes energéticos, salariales de suministros, y márgenes reducidos. También, el poder compaginar una previsible rentabilidad empresarial reducida, con los necesarios avances en las apuestas por las transiciones en marcha”.