El conflicto Ucrania-Rusia, un nuevo paradigma en la cadena de suministro

La entrada de tropas rusas en Ucrania y las sanciones impuestas por muchos países están obstaculizando el flujo de materias primas, desde el grano y la madera hasta el gas y el petróleo, los precios se están disparando, los flujos logísticos y la cadena de suministro pueden sufrir fuertes modificaciones a largo plazo. Puede que nos enfrentemos a un nuevo cambio de paradigma.

En el marco del Salón Internacional de la Agricultura (SIA 2022) celebrado en París, se han analizado las tendencias a corto y medio plazo de las cadenas de suministro en algunas de las materias primas más afectadas por el conflicto. Marc Zribi, jefe de la división de granos y azúcar de FranceAgrimer ha explicado que los dos puertos situados en el este de Ucrania, Mariupol y Berdiansk, que manejan alrededor del 6% del tráfico de granos de Ucrania, están cerrados, mientras que los principales puertos de exportación de cereales ucranianos, Odessa, Chornomorsk, Yuzhny y Mykolaiv, funcionan con dificultades por los ataques militares.

En el bando contrario, el principal puerto de salida de cereales rusos, Novossoriysk, permanece inactivo desde el pasado 27 de febrero por las sanciones aplicadas por países de medio mundo. Se trata del principal puerto ruso, el quinto europeo en mercancía manipulada que suma alrededor del 20% del volumen total de mercancías exportadas e importadas a través de los puertos marítimos de Rusia. Lo más preocupante es que entre ambos países suman el 70% de las exportaciones mundiales de cereales y que este es un momento delicado de la campaña, según el experto en la materia. 

El puerto de Mariupol maneja el 6% tráfico de granos de Ucrania, junto con el de Berdiansk

Cereales y oleaginosas

Las dificultades en el aprovisionamiento de cebada, maíz, trigo y girasol pueden llegar a tener efectos en la seguridad alimentaria de algunos países, quienes pueden llegar a recurrir a sus stocks de seguridad, lo que influirá muy negativamente en los precios. La sequía en Oriente Medio y el Magreb ha traído consigo una mala cosecha, tensionando aún más los precios de las materias primas que, en el caso del girasol es aún más preocupante, pues el 80% de las exportaciones mundiales de este producto se realizan desde Ucrania con destino a la Unión Europea, China e India. 

La búsqueda de proveedores alternativos se centra en América del Sur (Argentina fundamentalmente), Estados Unidos y Australia, más los posibles excedentes de las cosechas europeas. Con todo, el déficit de producción se sitúa para los expertos en unos 12 millones de toneladas que podrían ser absorbidas por la producción rusa, que no se va a detener y que sólo necesitará que se levanten las sanciones para recuperar su dinamismo. En el lado ucraniano, la situación es otra, puesto que las cosechas y las infraestructuras destruidas seguirán pesando más allá del fin del conflicto.

Según explican los expertos consultados, la situación de guerra no declarada ha tenido un impacto directo en los índices de tarifas de flete marítimo, puesto que, a partir del 25 de febrero, el Baltic Panamax Index subió un 11,1% y los barcos que se esperaban en el Mar Negro han sido desviados, al igual que los buques del tipo Kamsarmax, hasta 229 metros de eslora, produciendo un incremento en las tarifas de unos 15.000 dólares por día.

Fertilizantes y más

Relacionado con la agricultura, el conflicto está incrementando también la disponibilidad den el mercado de los fertilizantes. Según Marc Zribi, Rusia representa el 24% de las exportaciones de fertilizantes nitrogenados mientras que, para los fertilizantes fosfatados, la producción rusa representa el 17% del mercado mundial y en lo referido a los fertilizantes potásicos, Rusia y Bielorrusia representan el 40% del mercado mundial. 

Finalmente, la exportación de madera desde Rusia, en bruto o aserrada, se va a ver fuertemente afectada, siendo los principales clientes de esta materia prima China y Japón. Europa, como exportador neto de productos forestales, puede verse beneficiada a corto plazo. Los efectos en el mercado del GNL y el petróleo son más difíciles de cuantificar a corto plazo y los expertos descartan hacer previsiones a futuro, dando por sentado que los precios van a incrementarse a niveles nunca vistos.