El anuncio de la Federación Rusa de no prorrogar el acuerdo que ha permitido transportar cereales a través del mar Negro, podría disparar los costes del transporte marítimo relacionados con la exportación de cereales producidos en Ucrania, según el último informe elaborado por la consultora Drewry.
La no continuación del acuerdo por parte de Rusia, implica la imposibilidad para los buques de transitar por las aguas del mar Negro, incluyendo su entrada y salida en los recintos portuarios ubicados en la zona. Su incumplimiento, según ha avisado el propio gobierno ruso, supone la consideración de estos buques como posibles transportistas de cargamento militar (y, por tanto, como posibles objetivos bélicos).
En este contexto, la consultora señala que este incremento de los costes logísticos “inevitablemente hará que el comercio no sea competitivo”, y apunta que el futuro de las exportaciones ucranianas “parece sombrío” a menos que se tomen nuevas medidas para facilitar el movimiento de carga desde la región.
Además, Drewry habla de inviabilidad incluso si Ucrania continúa exportando “a través de rutas alternativas”, y específica que se requerirán “embarcaciones más pequeñas” para transportar granos a través de rutas fluviales inferiores.
El puerto de Constanza podría congestionarse al ser Rumanía la principal ruta alternativa
Al no estar disponible “el paso seguro” que significaba el mar Negro, la consultora estima que es “probable” que Ucrania dependa de rutas alternativas. En este sentido, destaca como principal vía alternativa para las exportaciones ucranianas al puerto rumano de Constanza y demás rutas interiores.
Drewry pronostica que podría haber “una grave congestión” en el puerto de Constanza, recinto cuya capacidad ronda los dos millones de toneladas. Además, señala que el problema podría ver agravarse por el inicio de las exportaciones de cereales producidos en Rumania; “Si Rumania da prioridad a la exportación de cultivos nacionales, las exportaciones de Ucrania podrían retrasarse”.
En el 2022, según datos aportados por la consultora, aproximadamente el 39% del trigo ucraniano fue exportado por países del este de Europa, principalmente por Rumania. Durante este ejercicio, se construyeron tramos críticos ferroviarios en Moldavia, con el objetivo de incrementar la velocidad y capacidad para la llegada de productos ucranianos al puerto de Constanza.
En esta línea, recuerda la consultora, también se facilitó el tráfico que se dirigía a puertos más pequeños situados a lo largo del río Danubio, la principal vía navegable en el interior de Europa. “La capacidad de estos puertos más pequeños puede facilitar parte de las exportaciones de Ucrania”, remarca Drewry.
La consultora señala de manera tajante que pese a que estas rutas alternativas pueden “brindar algún alivio” a las exportaciones ucranianas, el impacto general del bloqueo en el mar Negro podría dañar “todavía más” al transporte marítimo de graneles secos.
El bloqueo retrasará también los tiempos de entrega
Drewry apunta que la carga de granos de Ucrania “terminará” en Europa, mientras que China sustituirá a Ucrania por Australia en sus importaciones de cereales, circunstancias “que afectarán a la duración media del transporte”.
La interrupción del flujo comercial a través del mar Negro -que está por ver si es temporal- “conducirá a una disminución de la demanda de transporte marítimo”. En concreto, la consultora especifica que esta demanda afectará “particularmente” a los buques Supramax y Panamax.
Por último, el informe avisa de que el conflicto entre Rusia y Ucrania continuará afectando “inevitablemente” al sector logístico. “Por lo tanto, continuará cambiando los patrones del comercio mundial”, concluye la constructora.