El error de gran calibre en los trenes de ancho métrico destinados a Asturias y Cantabria ha pasado factura al presidente de Renfe, Isaías Táboas, y a la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, quienes ha dimitido de sus cargos.
La ministra Raquel Sánchez ha confirmado que Raül Blanco Díaz será el nuevo presidente de Renfe y David Lucas será nombrado como nuevo secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Los nombramientos se ratificarán en el próximo Consejo de Ministros
Dimisiones en Renfe
La polémica ya se había cobrado dos cargos “técnicos”. Adif cesó al titular de su jefatura de Inspección y Tecnología de vía mientras Renfe cesó al que entonces era gerente de Área de Gestión de Material de Renfe Viajeros y en la actualidad ostentaba el cargo de responsable de Gestión de Material en la Dirección Técnica y de Operaciones.

Con los actuales ceses se cumple el vaticinio de la ministra. Raquel Sánchez aseguró la primera semana de febrero que habría ceses por la responsabilidad en esta cuestión, que no sólo afecta a las comunidades citadas, sino también a otras como Euskadi, Galicia, Murcia y Castilla y León.
Precisamente, este lunes, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, había participado en un desayuno informativo en el que sostuvo la necesidad de que se depuren «responsabilidades» tras detectarse que los nuevos que se habían diseñado no cabían por algunos túneles del recorrido de la red de ancho métrico.
También agradeció Barbón a la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, que su primera reacción cuando se conoció el asunto del tamaño de los trenes haya sido “dar la cara”. La ministra, presente en el encuentro, no adelantó nada sobre los cese o dimisiones que se producirían horas más tarde.
Antecedentes
El contrato fallido que fue adjudicado en 2020 al fabricante vasco CAF, asciende a 258 millones de euros para la entrega de unidades a partir de 2024. El fabricante cayó en la cuenta de que existían errores en la comunicación de los gálibos. Es decir, los trenes “no caben” en los túneles por los que deben circular.
Las opciones barajadas eran, por un lado, reducir el tamaño de los vehículos, o, por otro lado, reacondicionar las instalaciones de puentes, túneles y catenarias.
Como era de esperar, se ha optado por la solución más rápida y barata: reducir el tamaño de los trenes. Renfe ha alcanzado un acuerdo con CAF, Adif y la Agencia de Seguridad Ferroviaria (AESF) para arreglar el problema creado. Aunque conllevará un inevitable retraso, sin cuantificar, en la entrega de las unidades.

El contrato fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato con la entrada en funcionamiento de las primeras unidades en el 2024 y así ir realizando de manera progresiva entregas de composiciones durante unos 18 años.
Ahora, el fabricante, CAF, va a proceder a construir las nuevas unidades basándose en las medidas de los actuales trenes por el denominado “método comparativo”, recogido en la norma europea EN 15273.
No obstante, el retraso será como mínimo de dos años en la puesta en funcionamiento de las nuevas unidades.