Desde la entrada en vigor del Brexit, las trabas burocráticas han supuesto una barrera para el libre tránsito de mercancías y todas las compañías de transporte han informado de la reducción de sus volúmenes de carga en enero, por temor al Brexit y la acumulación de reservas por parte de las empresas. La negativa evolución de la pandemia, sobre todo en Reino Unido, provoca también que los transportistas sufran también ahora algunos trámites añadidos, relacionados con la seguridad sanitaria. Por tanto, cada vez son más las empresas de transporte que envían sus mercancías con remolques no acompañados.
Viajes sin conductor
Desde la compañía naviera Brittany Ferries observan que la demanda de transporte no acompañado está aumentando y los puertos de España, Inglaterra, Francia e Irlanda, a los que prestan servicio, están más que preparados para recibir este tipo de mercancías. «Que los conductores dependan de una prueba de Covid negativa es lo que impulsa esta tendencia de cargas no acompañadas», comenta Simon Wagstaff, director de carga de Brittany Ferries. «Sin embargo, viajar sin conductor también supone otros beneficios. Por ejemplo, sabemos de un gran transportista de Irlanda que ha organizado acuerdos recíprocos con otro en España, dejando y recogiendo remolques el uno para el otro. Eso es una forma de crear negocios rentables».

A pesar de que los volúmenes son bajos, en Brittany Ferries la proporción de unidades no acompañadas ya es mucho mayor que en años anteriores. Como ejemplo, alrededor del 40% de la carga de la ruta entre Santander y Portsmouth son remolques no acompañados en el buque “Galicia”, el ro-pax más nuevo y el último en sumarse a la flota de Brittany Ferries, inaugurado el pasado diciembre. El buque de solo carga de Brittany Ferries, el “Pelican”, es una prueba más de ello. Este buque comenzó a operar en el 2017, conectando el puerto de Bilbao con Poole. Diseñado principalmente para remolques no acompañados, las tasas de llenado del “Pelican” han aumentado tan significativamente que a día de hoy es el buque de carga con mejor rendimiento de la flota de Brittany Ferries. «Por supuesto, el “Pelican” es un buque extremadamente versátil que puede aceptar envíos de gran calibre, así como cargas no acompañadas», añade Simon Wagstaff. «Es la flexibilidad de nuestra flota, combinada con nuestra gran capacidad de acomodar cargas no acompañadas a través de nuestra extensa red de rutas, lo que hace de Brittany Ferries una perspectiva muy atractiva para el próximo año. Nos complace también que la carga esté fluyendo bien a través de nuestros puertos, sin las colas que algunos pronosticaron a principios de año».
Irlanda como próximo objetivo
Brittany Ferries abrió por primera vez una ruta marítima que conecta Irlanda con España en 2018. Primero a través del puerto de Santander con Cork y, posteriormente, con la actual ruta entre Bilbao y Rosslare, la conexión está dedicada predominantemente tráfico de mercancías. Más recientemente, la naviera ha adelantado la apertura de la conexión Rosslare-Cherburgo (Irlanda – Francia), ya que los transportistas españoles, irlandeses y franceses buscan una alternativa al “puente terrestre” del Reino Unido por el coste, el tiempo y la carga administrativa que esto conlleva ahora. Desde Brittany Ferries se está planificando una nueva ruta de mercancías que conecte Roscoff y St Malo (Bretaña) con Irlanda, con el objetivo de ultimar los horarios e iniciar las operaciones a principios de febrero, con el buque ro-pax “Armorique”.

Cabe recordar que el germen de la compañía era el transporte de mercancías y no fue hasta después que se empezaron a explotar las salidas comerciales de las cooperativas agrícolas bretonas hacia el mercado británico para el transporte de pasajeros. Ahora que el turismo ha desaparecido momentáneamente, con la pérdida de más de 850.000 viajeros anualmente, la carga es la estrella de una compañía que, en un año normal, transporta unas 210.000 unidades de carga. Sus doce buques prestan servicio a Caen, Cherburgo, Le Havre, Saint-Malo y Roscoff en Francia, Portsmouth, Poole y Plymouth en el Reino Unido, Santander y Bilbao en España, y Cork y Rosslare en Irlanda.