
Hans-Jürgen Andres
Vine desde Hamburgo con dos maletas con tren (después de la FP en Hamburgo y Londres) e intercambiando en Portbou (por la diferencia del ancho de vías) hasta la estación de França, en Barcelona, la víspera de Reyes. Me quedé pasmado por la cantidad de gente en la calle y pensé si un sábado por la tarde hay tanto ambiente, me lo voy a pasar bien (claro, no sabía que venían los Reyes ya que en Hamburgo no existe esta fiesta).
Pues el lunes empecé mi trabajo en la consignataria Erhardt, donde tenía que atender los capitanes de los buques extranjeros en alemán o inglés, ya que no hablaba casi nada de español.
Naviera Eco/Erhardt operaba un joint venture semanal con la OPDR de Hamburgo con buques convencionales que traían carga general a Barcelona, Tarragona, Valencia y Cartagena, y a la vuelta cargábamos casi 2000 toneladas de naranjas en Valencia. Los buques llegaban a Hamburgo después de 1 semana (hoy impensable ya que los camiones tardan 2 días).
Y también pude atender los buques de la Hellenic de Grecia, la Arya de Tehran y el crucero “Europa” de la Hapag de Hamburgo (hace 40 años podías contar las escalas de cruceros con una mano).
Con los meses y años aprendí castellano, leyendo La Vanguardia con el diccionario en la mano y con la ayuda de mis colegas . Y de este modo pude ocuparme también de los demás trabajos de consignatario, como calcular conjuntamente con la estibadora la estiba de la mercancía y las manos de portuarios necesarias para la (des)carga, los trincajes y todas las atenciones que precisaba el capitán y la tripulación del buque (especialmente los capitanes, si el buque se quedaba el fin de semana, un hecho bastante habitual entonces……).
Y con esto vinieron muchas otras ocupaciones como los contactos con las autoridades, prácticos y remolcadores, las cotizaciones de fletes y cierres de embarque, y las cuentas de escala.
Todo esto siempre con la ayuda de un gran equipo que formábamos en Erhardt y usando los teléfonos con cordón, las máquinas de escribir y calculadoras manuales, el correo con sus sellos, el télex y la impresora con rodillo y tinta, para toda la documentación que se necesitaba.
También me fue de gran ayuda la lectura del Marítimas, prensa imprescindible en estos días lejanos.

Después de ocho años, decidí de probar otros “curros” relacionados con el transporte, y así trabajé de transitario en Salvat, de provisionista en el tax free para marineros en Provimar, y otra vez de consignatario con la Yang Ming.
Y ya vino el gran cambio. Comencé mi andadura terrestre con el FFCC/transporte intermodal; primero en Cargomaster y luego con Intercontainer en Madrid, quienes tenía prácticamente el monopolio de transporte intermodal en Europa y la URSS.
Ya entonces enviábamos contenedores a Kazakhstan en un tiempo récord con control diario de seguimiento.
Y como yo era algo inquieto y me faltaba un tipo de transporte, empecé con camiones y transportes especiales en Mainsped en el 2001 hasta mi “jubilación”.
Pero como no tenía bastante con mis 65 años, decidí de volver con mis “amiguetes” de Erhardt, esta vez en el departamento de transitarios, donde terminé mi andadura laboral en España el mes pasado.
Después de un total de 53 años activo en este mundo de transporte tan apasionante, con su encanto y “aventuras” propias en cada una de las vías de transporte, seguramente me va a costar ejercer de mi nueva ocupación; pero que no quepa duda que apareceré regularmente en los fiestas/cócteles/ferias y congresos, si mis largas vacaciones y hobbies me lo permiten.
Cordiales saludos a todos los que me habéis conocido y gracias por vuestro apoyo laboral y de sentirme “en casa” desde el primer momento.