El Cluster Marítimo de Cantabria (MarCA) ha celebrado, de forma telemática, una jornada sobre las oportunidades que ofrece el hidrógeno en el sector marítimo, un evento online al que asistieron más de 70 participantes. El tesón del clúster cántabro por hacer posible esta jornada, titulada “El Hidrógeno como combustible del futuro. Retos y oportunidades para la industria”, y el gran interés mostrado por todos los socios ponen de manifiesto el espíritu vanguardista e innovador de esta agrupación sectorial.
La urgencia medioambiental de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero desde el océano y la presión ejercida por normativas internacionales como la IMO 2020 han motivado una sensibilidad especial de la industria marítima cántabra sobre este aspecto. No en vano, ha destacado anteriormente por aplicar buenas prácticas en el desarrollo de estructuras energéticas offshore, el gas natural licuado (GNL), sistemas de depuración de emisiones o scrubbers, así como los sistemas autónomos asistidos de propulsión o velas rígidas.
Economía azul
El seminario estuvo configurado para que la industria marítima de la región profundice en su conocimiento sobre esta materia y en el mismo intervinieron Jorge Dahl, Business Development Manager – DNV GL Services Spain, y Oscar Fernández, Product Manager de Siemens, con la presentación de Juan Luis Sánchez, presidente del Clúster Marítimo de Cantabria – MarCA. Las empresas de la industria marítima de Cantabria han tomado así contacto con el complejo desarrollo del hidrógeno como sistema de propulsión limpio y sostenible y como combustible eficiente llamado a reemplazar el empleo del fuel.

Juan Luis Sánchez señaló que el hidrógeno “va a ser un elemento clave” en el transporte a medio plazo, por eso es fundamental que “nuestra industria marítima esté preparada y sepa explotar las nuevas vías de negocio que aparezcan para la economía azul”.
Por su parte Óscar Fernández explicó que este elemento se encuentra de manera natural en el entorno y tiene una gran versatilidad como vector energético puesto que “nos permite almacenar energía, pero también sirve como combustible, como una commodity”.
Aplicaciones al sector marítimo
Actualmente se utilizan entre 70 y 80 millones toneladas de hidrógeno anuales en la industria para generar energía mediante distintos tipos de pirólisis. Por lo tanto, “no nos debe dar miedo” ya que “su explotación parte de un proceso industrial que tiene más de 100 años”. Sin embargo, su gran volumen en estado gaseoso supone un gran desafío a la hora de emplear este elemento como fuente energética en el mar. De ahí el creciente interés en investigar a fondo sus aplicaciones y usos tanto comprimido como licuado. “Ya existe una economía del hidrógeno para procesos industriales” indicó Fernández, para añadir que “ahora se nos abre esa paleta en el sector marítimo, donde lo podemos considerar como un combustible para movilidad y una forma de almacenar energía”.
A pesar de ser una tecnología incipiente, todavía lejos de tener un precio competitivo de mercado, el jefe de producto de Siemens, explicó que “todos pueden trabajar de alguna manera con hidrógeno” desde los astilleros, habilitando la construcción de embarcaciones, los propios puertos disponiendo de tecnología para almacenarlo y la industria auxiliar. “Cualquier de nuestras empresas está a tiempo de competir a nivel global, en igualdad de condiciones, para dar soluciones”.
Ayuda a la descarbonización
Jorge Dahl señaló que la logística y digitalización; la hidrodinámica; la maquinaria; y los nuevos combustibles van a se “los cuatro ases de la descarbonización para el sector marítimo”. De éstos últimos “el combustible alternativo más interesante tanto en términos de emisiones de gases nocivos como de contaminación acústica es el hidrógeno”.

Asimismo, durante su intervención, Dahl subrayó que se trata de un elemento con una capacidad energética que debe superar el reto tecnológico que supone operar en condiciones marinas. “Se necesitan alrededor de 500 pilas de combustible como las que lleva un coche para poder mover un barco” matizó Dahl. “Además, hay que hacer frente a una humedad cercana al 60 %, los riesgos que entraña la salinidad o los distintos rangos de temperaturas”.
Prueba de que el hidrógeno es un elemento que ha venido para quedarse es que “se empieza a hablar de hidrógeno en la Administración, y ha habido un cambio considerable en cómo se empieza a percibir como combustible de uso. Eso dará pie a que haya más implicación de la Administración y más apoyo a la industria general y la industria naval”.
Simultáneamente, Dahl ha reconocido que, aunque todas las sociedades de clasificación están trabajando en ello, “en el ámbito regulatorio tenemos mucho que avanzar en el tema del hidrógeno”. Todavía no conocemos a fondo los requisitos de seguridad y los riesgos asociados a la navegación con este combustible, lo que hace necesaria una mayor experiencia para no lastrar el desarrollo de esta tecnología por falta de normativa concreta.