Las cargas de proyecto, mercancía fraccionada sobredimensionada y pesada también es uno de los proyectos de desarrollo que el puerto de Baiona tiene entre sus objetivos. A lo largo de los años, el enclave ha atendido diversas operativas de este tipo de mercancías, tanto para mercancía rodada como la que necesita grúas de alta capacidad para ser izada en su embarque y desembarque.
Tarnos, Saint Bernard y Blancpignon son las tres zonas logísticas de las que dispone el puerto de Baiona para asegurar la competitividad de las empresas del territorio y su hinterland más cercano. De ellas, la de Tarnos es la elegida para el desarrollo de las operativas de mercancía break bulk debido a sus condiciones de suelo disponible y de equipamientos portuarios. La Cámara de Comercio e Industria de Baiona-País Vasco, entidad gestora del puerto de Baiona por cuenta del Consejo Regional de Nueva Aquitania, también tiene grandes planes para el emplazamiento de Blancpignon, que también podría ser utilizado para carga voluminosa fraccionada, en caso de necesidad.
Tarnos, zona privilegiada
La zona de Tarnos se encuentra en la desembocadura del puerto, en la margen derecha del río, y goza de un entorno industrial heterogéneo que incluye una planta siderúrgica, una terminal de almacenamiento de productos químicos líquidos, una planta de fertilizantes y una laminadora. Aquí se dispone de 46.000 metros cuadrados con acceso a un muelle de aguas profundas de 360 metros lineales y acceso directo al ferrocarril, que equipa tres grúas portuarias de 120, 40 y 10 toneladas de potencia. Destaca la incorporación de la nueva grúa sobre raíles GR15, recientemente adquirida para la manipulación de productos pesados, con una capacidad de elevación de 124 toneladas y capacidad para trabajar en tándem, llegando a duplicar las toneladas.
En cuanto a las facilidades que ofrece, el puerto de Baiona trabaja en la extensión de la vía ferroviaria, por un lado y en la promoción para la construcción de nuevos almacenes privados, además de la ampliación de algunos públicos ya existentes, que serán demolidos para construirlos de nuevo con mayor superficie y mejoras en la operatividad. Con ello, la zona logística más alejada del centro de la ciudad gana peso para productos industriales y de gran volumen.

En el lado contrario, en la margen izquierda del Adour, y más cerca de la ciudad, la zona logística de Blancpignon también está disponible para un desarrollo logístico de amplio calado. En esta zona se están realizando fuertes inversiones para alinear los muelles a fin de ganar línea de atraque y superficie portuaria. Así, el muelle Gommes, ahora en obras, ofrece en la actualidad 180 metros lineales que crecerán hasta los 360 metros en el 2024. Además, el muelle Castel dispone de 180 metros lineales, mientras el muelle de líquidos suma otros 200 metros adicionales. Todos ellos terminarán componiendo una única alineación de 740 metros, con capacidad para admitir la operativa de dos buques convencionales, más uno dedicado a graneles líquidos y otro que podrá operar en la instalación roro.
En estos últimos años, la capacidad de transporte de las piezas de proyecto y cargas sobredimensionadas y/o pesadas en buques de este tipo, sobre plataformas rodantes, está ganando adeptos. De un lado, la posibilidad de configurar el interior de los buques para conseguir grandes espacios bajo cubierta está seduciendo a los cargadores. Por otro, las líneas regulares de movimiento de vehículos, logran abaratar los precios de las escalas por debajo de los contratos “spot”, habituales para la mercancía break bulk.
Tarnos, Saint Bernard y Blancpignon son las tres zonas logísticas de las que dispone el puerto de Baiona para asegurar la competitividad de las empresas del territorio y su hinterland más cercano. De ellas, la de Tarnos es la elegida para el desarrollo de las operativas de mercancía break bulk debido a sus condiciones de suelo disponible y de equipamientos portuarios.
Nueva zona de oportunidad en Blancpignon
En Blancpignon se encuentra la otra grúa de alta potencia, GR21, también de reciente adquisición por parte del puerto de Baiona. Con una potencia de elevación de hasta 60 toneladas, se dedica fundamentalmente a la carga y descarga de azufre, madera y fertilizantes. Es la zona portuaria escogida para desarrollar también el tráfico de contenedores, un mercado donde el puerto de Baiona tiene puestas sus esperanzas a medio plazo. Se trataría de una terminal modesta, pero suficiente, para hacer atractiva la llegada de buques feeder en la fachada atlántica vascofrancesa.
La superficie logística actual dispone de acceso ferroviario sobre el propio muelle para el tratamiento de graneles sólidos y líquidos. En esta zona está prevista la llegada de una nueva grúa móvil que complementará a las dos actuales, ganando en operatividad, además de la modernización del acceso por ferrocarril.

En otro orden de cosas, la compañía Bayonnaise de Manutention Portuaire (BMP) ha finalizado la construcción y puesta en marcha de un nuevo almacén que consta de alrededor de 4.000 metros cuadrados, a sumar a los que ya dispone en los muelles de Saint Bernard y Tarnos. Otra compañía activa en el puerto, Silos de L’Adour, emprenderá la ampliación de sus almacenes cubiertos, con entrada directa del tren en los pabellones, mientras que la CCI de Baiona País Vasco promoverá la construcción de un nuevo almacén público en terreno portuario. Como resultado de todas estas nuevas inversiones, Blancpignon va a convertirse en un nuevo pulmón para la actividad logística asociada al movimiento ferroportuario.