El puerto de Motril ha conseguido entrar en el club de los puertos españoles que permiten la llegada de pasajeros y se suma así a la lista de formada hasta ahora por Alicante, Barcelona, Bilbao, Málaga, Santander, Valencia y Vigo en la península y los de Las Palmas de Gran Canaria, Palma de Mallorca y Tenerife, en territorio insular.
El puerto de Motril mantiene líneas regulares de ferry con Alhucemas, Melilla, Nador y Tánger, con las compañías Naviera Armas y FRS, que mueven más de 260.000 pasajeros por año y que en el pasado año se incrementó notablemente, sobre todo en la operación “paso del estrecho”, con un 15% más de viajeros que el año precedente.

Una vez más, el desequilibrio entre la fachada atlántica, con sólo tres puertos, y la mediterránea, con seis puertos autorizados, es patente, aunque comprensible por las conexiones con el norte de África, pero llama la atención que el puerto granadino esté situado a menos de 100 kilómetros de otro de los autorizados, Málaga. Menos sentido tiene el “desierto aeroportuario” del norte de nuestro país, donde ningún aeropuerto está autorizado a recibir vuelos internacionales al norte de Madrid.
Puertos autorizados
Como ya hemos informado, y hasta nueva orden, España sólo será accesible a los pasajeros internacionales a través de 11 puertos (ocho en la Península) y 12 aeropuertos (seis en la Península) a los que se designaron “Puntos de Entrada con capacidad de atención a Emergencias de Salud Pública de Importancia Internacional”. Las Órdenes del Ministerio de Transportes limitan la entrada en territorio nacional a las aeronaves y buques de pasaje a través de esos puntos al entender el Ministerio de Sanidad que son los mismos puertos y aeropuertos los que cuentan con los medios necesarios por parte de los servicios de sanidad exterior para atender las necesidades derivadas de las medidas excepcionales de contención y preventivas a implementar por dichos servicios en el transporte de pasajeros. Se trata de impedir la propagación del coronavirus SARS-Cov-2 y detener la progresión de la enfermedad Covid-19, en la medida que se concilia la protección de la salud en nuestro país y la movilidad de las personas procedentes del extranjero.