El puerto de Santander “se mete en una charca”

En plena celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) en Madrid y en tiempos en los que las afecciones al medioambiente se miran “con lupa”, la Autoridad Portuaria de Santander ha emprendido el relleno y sellado de la denominada “charca de Raos”, una parcela de tierra parcialmente inundable. Esta actuación se ha visto fuertemente contestada desde colectivos conservacionistas, como SEO/BirdLife, quienes consideran “innecesario” el relleno de lo que ellos creen “parte indivisible del páramo de Raos”, a su juicio “uno de los intermareales más importantes del norte peninsular”.

La entidad presidida por Jaime González se defiende argumentando que se trata de “suelo calificado medioambientalmente como no protegido, zona no afectada ni por la normativa de Evaluación Ambiental ni por la Red Natura 2000”. Con esta actuación, el puerto de Santander pretende ampliar las campas de estacionamiento de vehículos adyacentes por las necesidades de suelo que tiene el puerto, pero reiterando “el firme compromiso de la Autoridad Portuaria de no proceder a relleno más alguno de la lámina de agua de la Bahía, por convicción ecológica y razones medioambientales”.

La parcela de la discordia

Según el “Proyecto urbanización triángulo curvilíneo Raos Sur. Fase 1”, este espacio de 33.000 metros cuadrados linda al Oeste y al Norte con la plataforma de ferrocarril de acceso al puerto, al Sur con la c/Marcos Ruiloba Palazuelos y al Este con el vial perimetral que lleva al polígono de Actimarsa, en el municipio de Santander. Con su relleno se persigue consolidar los suelos blandos antes de la pavimentación de la parcela con firme flexible y así  ampliar las campas de estacionamiento de vehículos adyacentes,  para concentrar los coches en un espacio mejor organizado, por las necesidades de suelo que tiene el puerto y permitir, de esta forma que puedan instalarse otros proyectos industriales.

Vista de la parcela, junto al polígono de Actimarsa

Este es uno de los argumentos que ha dado munición a los denunciante: Se trata de un proyecto “cuya motivación última”, la de crear espacios portuarios para el estacionamiento temporal de vehículos, “es coyuntural y no está justificada”, máxime cuando la Autoridad Portuaria está a punto de adjudicar uno de sus “proyectos estratégicos con la construcción de un silo para vehículos”, que sí supondría la apuesta por soluciones que optimizan la ocupación del espacio, “aportaría nuevas oportunidades al futuro del puerto y evitaría la necesidad de nuevos rellenados de fangos intermareales de la bahía de Santander”, según Felipe González, delegado de SEO/BirdLife en Cantabria.

Proyecto legal y transparente

La Autoridad Portuaria de Santander ha salido al paso de las críticas, puntualizando sobre la legalidad de las acciones y negando el oscurantismo del que ha sido acusada. Así, explica que en la primera sesión de participación en la Mesa para la Gestión de la Bahía de Santander, celebrada el 10 de octubre de 2019, la APS incluyó “expresamente en el orden del día un informe sobre el proyecto, no produciéndose ninguna objeción al mismo”. La APS niega que la zona de actuación forme parte de los sistemas Ría de Raos y Marisma de Alday ni que exista conexión hidráulica entre ellas. Incluso arguye que va a invertir 25.000€ en la erradicación de la especie invasora Baccharis halimifolia dentro del estuario de Tina Menor, de forma que puedan regenerarse hábitats halófilos de interés comunitario, en colaboración con la Dirección General de Medio Natural del Gobierno de Cantabria.

Según la APS, el proyecto tiene el visto bueno del Ayuntamiento de Santander y de la Dirección General del Medio Natural de la Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria, órgano competente en materia de especies y espacios protegidos. Recuerda la APS que la parcela no está incluida en el catálogo de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), aunque se considere Área de importancia para las aves y la biodiversidad (IBA), que no es una figura oficial de protección. El proyecto contiene un exhaustivo estudio de caracterización del medio natural en el espacio afectado por las obras en el que se analizan las incidencias del proyecto en las zonas oficialmente protegidas en el entorno de la Bahía de Santander y sus posibles impactos.

El suelo se utilizará para el almacenamiento de coches en el puerto de Santander

No obstante, desde SEO/BirdLife se ha solicitado al Ministerio de Fomento la paralización cautelar de los trabajos de relleno de la Marisma de Raos hasta que se determine si el proyecto se ha ejecutado conforme a la legislación vigente en todas sus dimensiones. Se reafirman en que esa zona se encuentra catalogada como Área de importancia para las aves y la biodiversidad (IBA), figura de protección que, por su valor científico, puede ser utilizada jurídicamente y reconocida por sus criterios esenciales para la conservación de las aves recogidas en la Directiva de Aves.

No cabe duda de que el proyecto y la actuación se atienen a la legalidad vigente, pero, en tiempos de la COP25, no sólo hay que ser medioambientalmente responsable, también hay que parecerlo.