Lo que empezamos visualizando como formación y ocupación y que representábamos como las dos caras de una moneda se ha convertido ahora en un tetraedro de cuatro caras en el que la innovación y el emprendimiento pasan a formar parte indisoluble de la ecuación.
Hoy en día nos encontramos en un periodo de rápido progreso tecnológico, con la digitalización y la innovación a la cabeza. Este proceso de innovación constante genera nuevas necesidades formativas para perfiles profesionales emergentes, lo que a su vez impulsa la formación para facilitar el empleo y la creación o mantenimiento de puestos de trabajo.
La innovación no sólo afecta a las empresas existentes, sino que también da lugar al nacimiento de nuevas empresas, como las spin-off, que se adaptan mejor a las características y demandas del mercado.
El tetraedro social
En este contexto, es esencial que la innovación, el espíritu empresarial, la formación y el empleo se desarrollen en armonía, evitando desajustes entre las necesidades y capacidades de cada etapa.
Lo que empezamos visualizando como formación y ocupación y que representábamos como las dos caras de una moneda se ha convertido ahora en un tetraedro de cuatro caras en el que la innovación y el emprendimiento pasan a formar parte indisoluble de la ecuación.
Formación
La formación es la base para desarrollar las competencias necesarias en el nuevo panorama laboral. La educación tradicional está evolucionando hacia enfoques más prácticos y orientados a la resolución de problemas. El e-learning, la formación profesional y los programas de certificación desempeñan un papel crucial en la preparación de los trabajadores para el mercado laboral.
El uso de simuladores, como el Port Virtual Lab (www.pvl.one) desarrollado por la Escola Europea, puede incorporarse como una nueva herramienta para una mejor y más rápida comprensión e interiorización de nuevas habilidades, en entornos que serían difíciles o imposibles de reproducir en el mundo real.
Los simuladores permiten a los alumnos practicar y perfeccionar sus habilidades en un entorno seguro y controlado. Al sumergir a los estudiantes en entornos realistas e interactivos, estas tecnologías permiten desarrollar habilidades prácticas y capacidades de resolución de problemas que son directamente transferibles a situaciones del mundo real. Como parte de una estrategia de formación integral, los simuladores pueden ayudar a acortar la distancia entre los conocimientos teóricos y la experiencia práctica.
La adopción de estas herramientas innovadoras puede contribuir a una mano de obra más adaptable y cualificada, capaz de seguir el ritmo de las demandas rápidamente cambiantes de la era digital.
La sociedad debe seguir adaptándose a esta nueva realidad, fomentando la formación y el aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida, haciendo especial énfasis en las competencias técnicas y digitales.
Innovación
La innovación es el motor de la creación de nuevos productos, servicios y procesos. Para seguir siendo competitivos en este entorno en constante cambio, tanto las empresas como los individuos deben estar dispuestos a adoptar nuevas tecnologías y adaptarse a nuevos enfoques de trabajo.
El uso y desarrollo de “living labs” puede incorporarse como una nueva herramienta para lograr una colaboración más ágil, rápida y eficaz entre los participantes.
Estos “living labs” se configuran como entornos reales en los que usuarios, investigadores y empresas colaboran para desarrollar, probar y perfeccionar soluciones innovadoras en contextos reales. Estos espacios de colaboración fomentan la cocreación y la innovación impulsada por los usuarios, garantizando que los productos y servicios resultantes se ajusten mejor a las necesidades y expectativas de su público objetivo.

Espíritu empresarial
El espíritu empresarial es esencial para la creación de empleo y el crecimiento económico. Las nuevas empresas y las startups son a menudo las responsables de introducir en el mercado las innovaciones más disruptivas y transformadoras. Por lo tanto, es esencial que la sociedad proporcione un entorno propicio para que surjan nuevos emprendedores.
Para fomentar el espíritu emprendedor, se pueden establecer programas de formación y tutoría, facilitar el acceso a la financiación y promover la creación de redes de apoyo entre los emprendedores.
Las administraciones públicas desempeñan un papel crucial en el fomento del espíritu empresarial facilitando entornos como los sandboxes o bancos de pruebas regulatorios, donde las empresas pueden probar y desarrollar nuevas ideas sin restricciones normativas. Estos entornos controlados permiten a las organizaciones experimentar, aprender e iterar rápidamente minimizando los riesgos.
Ocupación
El rápido progreso tecnológico y la aparición de nuevas empresas crean nuevos puestos de trabajo y transforman las exigencias del mercado laboral. La sociedad debe ser capaz de adaptarse a estos cambios, garantizando que los trabajadores tengan las competencias necesarias para desempeñar los empleos del futuro. Esto implica no sólo el desarrollo de habilidades técnicas, sino también de habilidades blandas como el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptabilidad.
Empresas, instituciones educativas y gobiernos, estos tres actores principales deben establecer sinergias de colaboración para garantizar una transición fluida de los trabajadores en su paso por la academia hasta llegar a las empresas o instituciones. Estos tres actores, que denominamos la triple hélice por su capacidad de empuje y avance, deben estar obligados a crear los espacios de colaboración y entendimiento que faciliten el buen desarrollo de todos los sectores de avance mencionados.
Los grupos de trabajo en colaboración permiten a las partes interesadas de diversos sectores, incluidas las empresas, las instituciones educativas, los organismos gubernamentales y las organizaciones laborales, identificar las carencias de competencias y las necesidades de mano de obra, desarrollar programas de formación y educación específicos y crear políticas e iniciativas que promuevan la creación de empleo y el crecimiento económico.
El tetraedro de educación, innovación, emprendimiento y empleo es esencial para el éxito de la sociedad en la era digital y de la inteligencia artificial. La colaboración entre los diferentes actores y la adaptación constante a las nuevas tecnologías y enfoques de trabajo permitirán a las personas y a las empresas aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la digitalización. Es esencial que estos cuatro aspectos se desarrollen en armonía, para evitar desequilibrios y garantizar un crecimiento sostenible y equitativo en un mundo en constante cambio.