Finnlines, a través de su agente, C. Toro y Betolaza, proporciona soluciones logísticas intermodales integradas, más sostenibles y eficaces
El transporte marítimo de corta distancia representa más del 60% del transporte marítimo total de mercancías intercambiadas entre los puertos europeos, con el mayor volumen de mercancías alcanzado tanto por los graneles líquidos como los graneles sólidos, seguido por el tráfico de contenedores y de mercancías ro-ro.
Según explica el Line Manager, Biscay, Russia & UK Line Services de Finnlines, Blasco Majorana, “en los últimos años el segmento ro-ro se ha ampliado a expensas del contenedor y el transporte por carretera”. El cambio modal hacia el transporte ro-ro y, en general, las soluciones intermodales, se ha acelerado aún más por la falta de contenedores y la escasez de conductores de camiones. En Finnlines, durante el año en curso, “hemos visto una recuperación de los volúmenes al nivel pre-pandemia” con el segmento de carga unitaria que se ha incrementado entre un 2% y un 5% en comparación con el 2019 y con mayores crecimientos en lo referido a la mercancía en breakbulk.
En este sentido, Finnlines ofrece soluciones fiables, versátiles y con una baja huella de carbono porque “nuestra amplia red es un factor clave en el desarrollo del tráfico que permite conexiones con y desde Bélgica, el Reino Unido, Finlandia, Rusia y Estonia, así como en el transbordo a los Estados Unidos, África Occidental, América del Sur y México. A través de nuestro agente, Consignaciones Toro y Betolaza, proporcionamos soluciones logísticas integradas para apoyar el desarrollo del transporte intermodal a cambio de una cadena de transporte más sostenible y eficaz”.
Apoyar el uso de soluciones intermodales
Para Blasco Majorana “todo el tráfico y los productos que circulan actualmente por carretera son adecuados para su traslado al SSS”. La reciente evolución de los aumentos de los precios del combustible, el desequilibrio de volumen de intercambios y la escasez de profesionales, como los conductores de camiones, puede “acelerar el cambio modal hacia la intermodalidad marítima”. A su modo de ver “se necesitan incentivos para retirar la carga de la carretera y apoyar el uso de soluciones intermodales que ofrezcan mejores condiciones para la seguridad y el medio ambiente. En cualquier caso, la ayuda debe dirigirse directamente a los usuarios, a los transportistas, para evitar distorsiones de la competencia”.
En este sentido, la selección de los puertos a conectar se hará de acuerdo con la infraestructura terrestre disponible y especialmente con la posibilidad de desarrollar soluciones intermodales. En Finnlines “estudiaremos la posibilidad de consolidar los flujos en los principales corredores de transporte y autopistas del mar que pueden ofrecer una mayor frecuencia y economía de escala en lugar de segmentar la oferta marítima a través de múltiples puertos. En este escenario, el puerto de Bilbao ofrece condiciones de primer orden por su buena conexión a la red ferroviaria y por el desarrollo de una infraestructura polivalente que también permite a los armadores desplegar buques más grandes para potenciar la economía de escala.

El puerto de Bilbao afronta la presión de la inmigración irregular, con intrusiones de personas no autorizadas en los muelles, una situación denunciada con reiteración por los operadores de la comunidad portuaria. “Yo no diría que son un problema para el desarrollo de los tráficos como tales, pero sin duda es un asunto de importancia primordial para ser tratado cuidadosamente” señala Majorana, para quien la aplicación de normas ISPS más estrictas, junto con un control más estrecho a bordo de los buques, podría reducir la magnitud del problema.
Inversiones millonarias
Finnlines ha invertido 500 millones de euros en la construcción de 5 buques híbridos ecológicos (Ultra-Green Hybrid Vessels) de los que tres barcos tipo ro-ro se desplegarán en el servicio a/desde el puerto de Bilbao, mientras que otros dos, tipo ro-pax, se emplearán en la conexión Naantali (Finlandia)-Kapellskar (Suecia). Los buques se construirán con la última tecnología disponible para garantizar soluciones de transporte con la menor producción de dióxido de carbono y otras emisiones contaminantes. Además de la incorporación de sistemas de baterías de iones de litio, que permitirán “cero emisiones” en el puerto, los buques también estarán equipados con tecnología de reducción de emisiones, paneles solares y sistemas de lubricación por aire para ayudar a reducir aún más las emisiones.