Escala en Palamós

Los turistas eligen diversas formas de visitar el municipio de Palamós y el territorio. A pie o en shuttle bus recorren las calles de la población, visitan el Museu de la Pesca y L’Espai del Peix, disfrutan de sus playas, sus terrazas, sus tiendas y su gastronomía

Amanece en la bahía de Palamós y un crucero de una compañía norteamericana entra por la bocana del puerto, bordeando su original baliza, icono de la población. Los pasajeros hacen las primeras fotos desde la cubierta, mientras el muelle de cruceros toma vida. El práctico asesora al capitán del barco para su atraque en el muelle. Normalmente, los cruceros realizan una escala de 8, 10 o 12 horas, dependiendo del itinerario del crucero. Los amarradores aseguran los cabos del barco.

La tripulación del crucero despliega la pasarela para el desembarco de los pasajeros. La estación marítima está preparada con el equipo técnico y humano para hacer los controles de seguridad a los pasajeros.

Dentro de la estación marítima, el punto de información turística muestra a los visitantes los lugares más reconocidos y emblemáticos de Palamós y del destino Costa Brava. En la explanada del muelle, los autobuses y los guías turísticos esperan ordenadamente a los pasajeros que realizarán excursiones para conocer rincones del territorio.

Girona (Foto: Alex Tremps)

Un puerto-boutique

Los pasajeros empiezan a desembarcar y descubren un muelle de uso exclusivo, una de las características de un puerto-boutique como el de Palamós donde se prioriza el servicio a los turistas. Empiezan las primeras selfies con el crucero, la fachada marítima de Palamós y el campanario de fondo. Un bonito recuerdo.

A la salida de la estación marítima, el servicio de shuttle bus realiza viajes de ida y vuelta con los turistas al centro del municipio. 

Los turistas eligen diversas formas de visitar el municipio de Palamós y el territorio. A pie o en shuttle bus recorren las calles de la población, visitan el Museu de la Pesca y L’Espai del Peix, disfrutan de sus playas, sus terrazas, sus tiendas y su gastronomía. Pueden realizar una ruta de tapas, saborear la gamba roja DO Palamós y platos típicos de una población marinera.

Hay pasajeros que alquilan bicicletas eléctricas y recorren el camino de ronda de Palamós a Calella de Palafrugell o hacen la ruta entre los arrozales de Pals, visitando la población medieval.

Visitas al territorio

Los turistas que quieren descubrir el territorio encontrarán un mosaico policromo de paisajes de mar y montaña, con infinidad de atractivos por explorar, en un espacio abierto al turismo, tierra de Dalí, con una gastronomía vanguardista y una ciudad como Girona que se considera una de las ciudades con mejor calidad de vida del Estado.

Los cruceristas en bicicleta por una vía verde

La Costa Brava y las comarcas gerundenses ofrecen a los turistas de crucero la posibilidad de recorrer los caminos de ronda y las vías verdes a pie o en bicicleta, rutas enológicas para catar vinos DO Empordà en alguna de las 30 bodegas visitables, saltar en paracaídas sobre la bahía de Roses, jugar al golf, degustar la gastronomía del territorio en restaurantes con 18 estrellas Michelin, visitar el Barri Vell de Girona y descubrir el Museo Dalí en Figueres o el Castillo Gala-Dalí en Púbol, entre otros.

La Costa Brava y las comarcas gerundenses ofrecen a los turistas de crucero la posibilidad de recorrer los caminos de ronda y las vías verdes a pie o en bicicleta, rutas enológicas para catar vinos DO Empordà en alguna de las 30 bodegas visitables

En esta ocasión, un grupo de cruceristas ha optado por conocer Girona y visitar el Barri Vell con su Call Jueu, museos judíos y hacer shopping y comer en algún restaurante con vistas al río Onyar, en una ciudad que nunca deja de sorprender a los turistas. Por la tarde, aún han tenido tiempo de visitar Palamós, antes de partir.

Asimismo, los amantes del surrealismo han viajado hasta Figueres para profundizar en la obra de Dalí y aprovechar para llevarse recuerdos del artista, antes de regresar a Palamós. La visita a las poblaciones medievales de Pals y Peratallada, en la comarca del Baix Empordà, ha sido otra de las excursiones solicitada.

Al regresar a Palamós, algunos de estos turistas han optado por probar la gamba roja en un restaurante desde donde se divisa el crucero.

Por último, otro grupo ha preferido visitar Tossa de Mar con su castillo y su muralla medieval. Es el único ejemplo de población medieval fortificada que todavía existe en la costa catalana. Por la tarde, los turistas han paseado por las calles de Palamós, han comprado souvenirs y han probado sus terrazas.

Palamós (Foto: Javi Cabrera)

Han sido unas horas, pero estos turistas han podido conocer un paisaje distinto donde las montañas se funden con el mar. Una tierra con un gran patrimonio histórico, cultural, artístico, y gastronómico, con un gran abanico de actividades que cautivan a los turistas. Una visita que sin duda recordarán y repetirán en otra ocasión para continuar descubriendo otros rincones de la Costa Brava y, a su vez, harán de prescriptores con sus amigos y sus familias.

Es hora de partir. Los pasajeros a bordo. Se encienden las luces del crucero. Sueltan amarras.  Suena la sirena del crucero varias veces para despedirse del municipio. Poco a poco, el crucero deja atrás Palamós y la Costa Brava, y emprende nuevo rumbo hacia la Costa Azul. ¡Bon viatge!

El “Azamara Pursuit” en Palamós (Foto: Pere Collell)