Barcelona pone en valor el mar como una ventaja competitiva clara para la ciudad, pero ligado con un reto primordial: la sostenibilidad. Actualmente la economía azul en Barcelona representa un 4,3% del PIB y un 1,4% de la ocupación de la ciudad.
Las últimas semanas, a raíz de la COP27 (27.ª Conferencia por el Cambio Climático impulsada por las Naciones Unidas) en Egipto, se ha oído hablar mucho de emergencia climática, objetivos de desarrollo sostenible, pactos necesarios a nivel global, y un largo etcétera vinculado a la sostenibilidad de nuestro planeta.
En este debate, los mares y océanos, que durante unos años tuvieron un papel poco central, han ido cogiendo más presencia puesto que está demostrado que los ecosistemas acuáticos juegan un rol crucial en el desarrollo económico y sostenible global. Para resaltar algunos datos que enfatizan su importancia, y que a veces nos pasan desapercibidos, podríamos recordar que los mares y los océanos cubren aproximadamente el 71% de la superficie del planeta. Como activo económico, los océanos son un potente motor económico para las ciudades costeras, nos proporcionan alimento, bienestar, materiales y energía, y constituyen una fuente vital de riqueza que contribuyen entre el 3,5% y el 7% del PIB mundial y una gran oportunidad para la innovación.
En cuanto a la sostenibilidad, el océano es el pulmón del planeta, y el principal regulador de nuestro clima. Los océanos absorben el 90% del calentamiento global generado por la actividad humana, y puede sorprender conocer que los pocos metros superiores del océano almacenan tanto calor como toda la atmósfera terrestre, o que los mares absorben aproximadamente el 30% del CO2 y generan el 50% del oxígeno que respiramos.

Afortunadamente, encontramos también otros ejemplos más próximos donde el mar se incorpora en entornos de debate ya existentes, como, por ejemplo, al SCEWC celebrado en noviembre del 2022, donde, por primera vez, con el Tomorrow.Oceans, se incorpora el mar como parte de la ciudad y se reflexiona sobre su papel en el desarrollo económico, sostenible y social y el potencial de la economía azul y de la innovación en este ámbito.
Pero todas estas buenas noticias solo continuarán mientras el océano disfrute de buena salud, porque solo tenemos un océano, y por tanto el agua, por su potencial, y a la vez su escasez, hacen que sea un tema de debate que hay que poner en agenda, priorizar y sobre todo cuidar.
La historia de Barcelona ha sido siempre ligada a su condición de ciudad mediterránea, uno de nuestros grandes tesoros. El mar representa un activo de gran valor para Barcelona, y éste ha evolucionado con la ciudad. Barcelona, de tradición marinera y de navegantes, se reabre al mar con los Juegos Olímpicos del 1992, y en los últimos años ha dado un paso más allá, con el Plan Litoral que ordena y coordina los usos costeros y, más recientemente el mar se incorpora de pleno en la política económica de la ciudad con la estrategia de impulso de la economía azul en Barcelona.
La Copa América que se celebrará en Barcelona en el 2024 tendrá una gran repercusión internacional y será una oportunidad para la ciudad para posicionarse internacionalmente y avanzar en una economía azul con vertiente sostenible.
La economía azul tiene un papel clave hacia una economía sostenible para la ciudad y así lo recoge la Agenda Económica de Barcelona 2020-2030, el Barcelona Green Deal que fomenta la creación de nuevos polos de actividad económica para los sectores estratégicos de la ciudad, debido a su potencial elevado en términos de generación de PIB y creación de puestos de trabajo de calidad.
Barcelona pone en valor el mar como una ventaja competitiva clara para la ciudad, pero ligado con un reto primordial: la sostenibilidad. Actualmente la economía azul en Barcelona representa un 4,3% del PIB y un 1,4% de la ocupación de la ciudad. Desde el Ayuntamiento de Barcelona, a través de Barcelona Activa, se ha liderado la estrategia de Impulso de la economía azul, presentada ahora hace un año, en octubre del 2021, y realizada con el apoyo e implicación de todo el ecosistema azul de la ciudad, para que acontezca un vector de creación de ocupación, desarrollo económico y social de la ciudad y eje vertebrador de su litoral, favoreciendo las actividades que tengan como eje de innovación la sostenibilidad y la tecnología.
Logros e hitos hasta ahora
Un año más tarde, la ciudad empieza a ver los logros de esta estrategia que se va haciendo realidad.
En cuanto a los espacios, se está trabajando con la transformación del Port Olímpic, que quiere convertirse en un espacio de referencia en la economía azul, la restauración y la náutica bajo la mirada transversal de la sostenibilidad y la gestión pública. También se está trabajando en la creación de nuevos espacios de innovación azul, como el Nodo formativo y tecnológico de la Náutica en la nueva bocana u otros espacios promovidos por socios clave en esta estrategia como es el puerto de Barcelona.

Para apoyar a las empresas y a la ocupación azul, se ha creado un programa de apoyo al emprendimiento, el BlueUp, donde se está acelerando a 11 start-ups azules. También se han identificado nichos ocupacionales y se han ofrecido, junto con los socios del ecosistema, más de 4.700 horas de formación para capacitar la ciudadanía para las nuevas ocupaciones azules que la ciudad ofrece, se ha dado también apoyo con 10 millones de euros al fondo Deeptech que incluyan el eje de la sostenibilidad y la economía azul, o se ha creado un sello de economía azul para visibilizar proyectos e iniciativas azules de la ciudad. Hay que asegurar también el vínculo entre la economía azul y la ciudadanía y la ciudad y en este sentido, se ha diseñado el Pavelló Blau para impulsar la práctica deportiva en el litoral y se está trabajando en proyectos de ciencia ciudadana ligada al mar, entre otros.
Y como que la economía azul no se acaba en las fronteras de nuestra ciudad, se ha trabajado en la promoción y posicionamiento de Barcelona, local e internacionalmente, participando en un gran número de acontecimientos tanto económicos, de resiliencia urbana, como de innovación, introduciendo el mar y el océano en espacios inéditos hasta ahora como el Mobile World Congress o el TechSpirit, y compartiendo los testigos de empresas azules de la ciudad así como la propia estrategia de Barcelona como ciudad de economía azul.
Algunos de los hitos internacionales más destacados son la Copa América que se celebrará en Barcelona en el 2024, con gran repercusión internacional y que será una oportunidad para la ciudad para posicionarse internacionalmente y avanzar en una economía azul con vertiente sostenible y que tendrá un impacto económico e innovación tecnológica, así como la atracción del World Ocean Council, la organización empresarial referente internacional en economía azul, que ha instalado su sede global en Barcelona y ha celebrado este otoño sus acontecimientos referentes en economía azul en la ciudad, con la Cumbre Oceánica Sostenible (SOS), que ha acogido más de 300 altos ejecutivos de la industria marítima para debatir sobre como maximizar la sostenibilidad y la innovación en su agenda empresarial.
Vivimos en un mundo que tiene encima la mesa el reto de la emergencia climática, y lograr los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU (ODS), son retos capitales que no se pueden obviar y que hay que abordar desde todas las perspectivas y a todos los niveles. Pero los retos a veces también pueden ser oportunidades para generar nuevas soluciones, nuevos enfoques, nuevas empresas y nuevos puestos de trabajo, donde el mar puede contribuir. Hay que asegurar que la sostenibilidad y la economía van de la mano para conseguir un planeta más resiliente. Barcelona ha empezado esta singladura hacia la economía azul sostenible, pero queda mucho camino para recorrer,¡y esperamos tener viento en las velas!