El ciclo de conferencias organizado por la Asociación Vizcaína de Capitanes de la Marina Mercante (AVCCMM), con motivo del 500 aniversario de la primera vuelta al mundo, finalizada por Juan Sebastián Elcano, ha llegado a su fin con una conferencia sobre los mitos y la religiosidad de los marinos.
La charla, de carácter gratuito, pudo ser seguida de forma presencial y también por streaming. Como en cada ocasión, el salón de Itsasmuseum Bilbao registró una gran asistencia y entre los presentes también se encontraba el director del Museo, Jon Ruigómez, y el Subdelegado del Gobierno en Bizkaia, Vicente Reyes, entre otros.
La conferencia, titulada “Creencias, ofrendas, mitos, exvotos, San Nicolás y San Telmo” corrió a cargo de explorador, navegante, documentalista e historiador marítimo, Xabier Armendariz. La jornada contó para su cierre con la intervención de Xabier Otxandiano, concejal del Ayuntamiento de Bilbao y representante del mismo en el Consejo de Administración del puerto de Bilbao.
Otxandiano ya había participado en una anterior conferencia del ciclo Elcano junto al investigador Sabino Laucirica. En su alocución final puso de manifiesto la “incansable labor del presidente de la AVCCMM”, Javier Zarragoikoetxea, para sacar adelante un ciclo de conferencias durante más de tres años, con el Covid-19 en medio.
Armendariz es miembro de la Nautical Archaeology Society, de la Sociedad Geográfica La Exploradora, y de la Sociedad Geográfica Española. Desde el año 2000 trabaja en proyectos relacionados con la cultura y el patrimonio, especializado en arqueología subacuática y etnografía marítima y durante años se ha dedicado al estudio de la cultura y las costumbres de las poblaciones marineras de la costa cantábrica.

Mitos y creencias
En su ponencia Xabier Armendáriz explicó cómo desde los inicios de la navegación los marinos se vieron impulsado a creer en poderes protectores para “superar el miedo al mar” y sus peligros.
Ya antes de la época de Elcano la mentalidad de los marineros atribuía a seres superiores los avatares de la navegación, datando en el Antiguo Egipcio o la iconografía greco-romana clásica las primeras ofrendas a las divinidades protectoras.
En la navegación medieval y, por tanto, en la época de Juan Sebastián Elcano, por ejemplo, durante las tormentas eléctricas se observan los “fuegos de San Telmo” en los mástiles de los barcos. Y cuando habías tantos fuegos de San Telmo como mástiles, se creía en la aparición también de San Nicolás de Bari, Santa Clara y Santa Catalina.
Se intentaba así asegurar la protección especial del patrono de la Marina Mercante, San Nicolás. Armendáriz señaló que, pese a que la aparición de los fuegos en los mástiles se consideraba buen augurio en las creencias católicas, “los protestantes creían todo lo contrario”.
Las peticiones de la gente de mar ante situaciones de peligro o para favorecer alguna empresa concreta se realizaban a través de “intercesores divinos”, encargados de hacer llegar estas solicitudes ante Dios. Para conjurar la mala suerte y propiciar la intervención divina, se realizaban votos y promesas a los santos y vírgenes preferidas de cada marinero, con el juramento de realizar una ofrenda de agradecimiento, a modo de exvoto, por la intervención sobrenatural.
En la línea de análisis a través de los siglos, se analizó cómo los santos habían llegado a ser motivo de culto y también la llegada de las Vírgenes, en sus diferentes advocaciones, al imaginario marinero popular. Partiendo de la Virgen del Mar o Stella Maris, que puede remontarse al culto de la Isis egipcia, hasta la Virgen del Carmen, que sólo es patrona de los pescadores desde hace poco más de un siglo, pasando por la Virgen de los Desamparados, cada marino se ha encomendado a la divinidad que mejor se adaptaba a su fe o a su conveniencia.

Muchas de estas ofrendas han desaparecido con el paso de los años y el conferenciante señaló que durante años se consideraron “elementos decorativos” y no ofrendas de fe por favores recibidos o para propiciar situaciones de éxito.
A esto contribuyó también el Concilio Vaticano II que consideraba la poco o nada ortodoxas estas prácticas. Para salvar a estas manifestaciones de la religiosidad popular y “elementos importantes para la historiografía y la arquitectura naval antigua” del expolio, Armendáriz abogó por su catalogación y preservación, concienciando en primer lugar a los depositarios de los exvotos: las iglesias y ermitas.
La última conferencia del Ciclo Elcano da paso a la culminación de homenaje con tres días de celebración de varios actos en Itsasmuseum Bilbao, coincidiendo con el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo.