La Generalitat convoca una mediación para resolver la huelga de amarradores de Barcelona

Como adelantamos, a propuesta de la Autoridad Portuaria de Barcelona, la Generalitat ha convocado para este miércoles por la mañana a los sindicatos y a representantes de la empresa Amarres Barcelona en la sede del Departament de Treball de la Generalitat para una primera mediación. El objetivo de este encuentro será tratar de encontrar una solución al conflicto laboral que ha llevado a los amarradores del puerto de Barcelona a iniciar una huelga indefinida desde el lunes 17 de enero, tras rechazar en asamblea el preacuerdo alcanzado con la empresa.

Comunicado de Amarradores de Barcelona 

La empresa Amarradores de Barcelona (ADB), ha emitido un comunicado en referencia a la huelga de amarradores en el puerto de Barcelona que comenzó el 17 de enero donde se explican las negociaciones mantenidas con el comité de empresa durante estos días. 

Amarradores de Barcelona es una empresa de reciente creación, que ha iniciado su actividad hace escasas fechas, basada en la integración de las dos empresas hasta ahora licenciatarias del servicio de amarre de buques en el puerto de Barcelona, conocidas como Cemesa y Mooring. 

El servicio de amarre y desamarre de buques, es un servicio portuario cuyos medios, tarifas y condiciones están reguladas y limitadas por la Administración portuaria, estando actualmente vigentes unas tarifas que, según indican desde la propia empresa, no se revisan desde el año 2013. Es este un servicio que, con importantes componentes de servicio público, las empresas licenciatarias prestan de forma continua durante 24 horas al día 365 días al año. “Este régimen de prestación se mantuvo incluso en los peores momentos de la pandemia, pese a las pérdidas que ello supuso para las dos empresas que lo prestaban”, señalan. 

Tal y como indica Amarradores de Barcelona, “la integración de las dos empresas recibió la aprobación de todas las administraciones, incluida la Autoridad de la Competencia, quien estableció unos estrictos controles sobre todos los contratos de servicio prestados por Amarres de Barcelona y limitando los precios aplicados”. 

La garantía del empleo y sus condiciones, según señalan desde Amarradores de Barcelona, fueron los objetivos fundamentales de la integración y así “se llevó a cabo la subrogación de todos los trabajadores en la nueva empresa, garantizando los derechos de que gozaban previamente”. Asimismo, según la compañía, entre otros muchos compromisos y obligaciones, la nueva sociedad mercantil asumió no despedir a ni un solo trabajador de los que configuraban las plantillas de las empresas de origen. “Incluso, pese a que no existe obligación legal alguna al respecto, ADB abrió un periodo de consultas voluntarias con la representación legal de los trabajadores, para garantizar la mejor integración posible de las plantillas, reconociendo, respetando y garantizando las mismas condiciones de trabajo que han venido disfrutando hasta la actualidad”. 

Fruto de todo ello y de los esfuerzos empresariales, según Amarradores de Barcelona, se llegó a un principio de acuerdo ante la autoridad laboral, que parecía definitivo. Sin embargo, finalmente y por un mínimo margen, las plantillas de las empresas fusionadas mostraron su desacuerdo. Tal y como indica la empresa, los dos principales puntos de desencuentro, son, en primer lugar la discrepancia en la configuración de los turnos de trabajo y la dotación mínima de personas por turno, lo cual la empresa entendía incluso que podrían flexibilizarse en función de las puntas de trabajo, es decir una discrepancia sobre la organización del trabajo, que es una función básica que corresponde a la dirección de la empresa, y en segundo lugar la solicitud por la parte sindical de que todas las prerrogativas que se pretendían conceder a la actual plantilla, se reconociesen también a las futuras contrataciones. Esta segunda condición que se reivindica, según señala la empresa, supondría prácticamente la aprobación encubierta de un convenio colectivo provincial, lo cual indica, no tiene encaje legal.

Según Amarradores de Barcelona, “a pesar de los esfuerzos realizados por ambas partes, sindical y patronal, y pese a haber alcanzado un acuerdo completo sobre la nueva estructura salarial de las plantillas integradas y sobre la mayoría de las cuestiones sensibles, como puede ser cuestiones de prevención de riesgos, etc., la solución al conflicto parece que choca con obstáculos insalvables”.