
Ricardo Rodríguez-Martos
Director de Stella Maris Barcelona
El pasado 25 de junio, convocado por la OMI, se celebró el Día de la Gente de Mar. El próximo domingo, Stella Maris Internacional celebra el domingo del mar, y el próximo día 16 tendremos, en toda España, en muchos puntos de la costa, celebraciones con motivo de la Virgen del Carmen, patrona de marinos y pescadores.
Tres celebraciones, una de ellas de carácter religioso, que tienen como objetivo poner en primer plano a la gente de mar, a esas personas que, de manera discreta, pues parecen ser invisibles a nuestra sociedad, ayudan a mantener la economía mundial en movimiento y gracias a cuyo trabajo obtenemos los bienes que utilizamos y consumimos cada día.
Recordemos que, durante la pandemia, el puerto siguió manteniendo un tráfico regular, a veces con el coste para sus tripulaciones de tener que permanecer más de un año a bordo, al no ser posibles los relevos y además, por temor a contagios, sin posibilidades de acceso a tierra en los puertos.
Después, con la guerra de Ucrania, ¡cuántos marinos no han podido, ni pueden regresar a sus hogares o deben ir a encontrarse con sus familias en otros países en donde sus vidas no peligren!
El Convenio sobre el Trabajo Marítimo dle 2006 (MLC) exige unas condiciones de bienestar a bordo de los barcos, que incluyen el derecho a bajar a tierra durante las escalas. También plantea la necesidad de que en los puertos se disponga de medios adecuados para que los marinos puedan disponer de aquello que como personas puedan necesitar, como es el poder comunicarse con sus familias, disfrutar de un tiempo y un espacio para el ocio, hacer compras y en general recibir la a asistencia humana que puedan necesitar.
En la práctica, por otro lado, si pensamos en la brevedad de las escalas de los barcos, los horarios muchas veces nocturnos de carga y descarga y la distancia de los muelles a la ciudad, veremos que frecuentemente los deseos de poder ir a tierra se ven frustrados.
Cuán importante es entonces el poder ofrecer una mínima asistencia en el propio barco, labor que realiza diariamente Stella Maris.
En un día cualquiera, vemos el puerto de Barcelona lleno de barcos: portacontenderos, buques tanque, cocheros, ferries, barcos de cruceros… En todos ellos podremos observar una actividad incansable, en unos horarios que vienen marcados por las necesidades de la operativa portuaria, dando por hecho que las tripulaciones han de estar dispuestas a lo que de ellas se requiera, pues si han de descansar ya lo harán en alta mar (aunque tal vez tras solo, unas horas de navegación, estén entrando en otro puerto).
Y las tripulaciones lo dan todo, no cuestionan nada, para que el barco realice sus operaciones en el tiempo previsto. Tanto colaboran que parecen invisibles, como si no existieran.
Esas mismas tripulaciones, sin embargo, tienen muchas necesidades cuya satisfacción es importante para la seguridad y la propia eficiencia de esa operativa portuaria.
El cardenal Michael Czerny S.J, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, del que depende Stella Maris a nivel mundial, incide en todos estos aspectos en su Mensaje para el Domingo del Mar de este año.
Será muy oportuno mostrar nuestro agradecimiento a esas personas siempre dispuestas, y al mismo tiempo reflexionar sobre cómo podemos colaborar para satisfacer sus necesidades.