El consejero delegado de Bergé Infraestructuras y Servicios Logísticos, Juan Aguirre, solicitó una “apuesta por el sector logístico” por parte de la Administración en un coloquio on-line organizado por el Propeller Club de Barcelona y secundado por los Clubs de Algeciras, Bilbao, Castellón, Madrid y Sevilla.
A lo largo de su intervención, Juan Aguirre no evitó ninguno de los asuntos de actualidad y se mostró contundente en la defensa del sector, si bien se mostró cauto en aquellos aspectos más sensibles. En el año que se celebra el 150 aniversario de Bergé, esta empresa de corte familiar, es referente en varios sectores destacando su liderazgo en la logística del automóvil, más tras la creación en el 2019 de la joint venture con Gefco.
El título de la jornada, «La logística como motor de la recuperación económica», dio pie a Aguirre para reconocer y pedir reconocimiento a un sector que se ha demostrado imprescindible en los peores momentos de la pandemia derivada del Covid-19 y que ahora se plantea ser, de nuevo, palanca y “tractor” para la recuperación económica “como ya lo fue en la anterior crisis”. Para ello, Aguirre solicitó de la Administración una “corresponsabilidad en los esfuerzos, similar a la que el sector privado está realizando”.
En este sentido, solicitó además una mayor seguridad jurídica, políticas fiscales anticíclicas, la “prometida reducción” de tasas y tarifas portuarias, mayor flexibilidad en los precios de los espacios logísticos en los puertos, la simplificación de los trámites, eliminando rigideces, mayores ayudas a la inversión y a la digitalización, con el objetivo de construir una logística 4.0. En resumen, “una revisión del marco estratégico del sector”. Así, la competencia entre puertos no existe puesto que el valor del suelo portuario es “una tasa, un impuesto” que es difícil rebajar con el actual marco legal. Algo parecido a la evolución del sector de la estiba en la que el libre acuerdo entre las partes está fiscalizado por instancias europeas y de Competencia.
Apoyo público
La situación actual, además de la crisis sanitaria, viene marcada por la crisis económica y social sin precedentes, agravada en nuestro país por la herencia de la anterior crisis financiera del 2008. A juicio de Juan Aguirre, a día de hoy el principal objetivo es el mantenimiento del empleo mediante el reforzamiento de la formación como factor de empleabilidad en España y Latinoamérica, y la “colaboración público-privada con el objetivo del bien común”. Así, es necesario adaptar el empleo a la demanda, extender los ERTEs más allá del fin del estado de alarma y asegurar la liquidez de las empresas porque “un desempleo permanente no es la solución”.
Aguirre reconoció el esfuerzo de las empresas, y de sus empleados, en el mantenimiento de la cadena de suministro para mantener la economía en funcionamiento porque, “a pesar de las dificultades, la logística no ha fallado”. Ahora, además del reconocimiento público -que no se ha obtenido-, el sector necesita del apoyo institucional para conseguir una mayor digitalización en aras de “ganar competitividad” y abordar mercados más nuevos y lejanos, porque “la logística es un coste de ventas que hay que reducir”. Por tanto, “en Bergé afrontamos la digitalización como una necesidad” y mencionó dos proyectos en los que están inmersos: Estiba 2020, sobre la automatización de terminales, y KeyPort, una aplicación del blockchain para la automatización de servicios técnico-náuticos de atención al buque.

No sólo la digitalización necesita de apoyo por parte de la Administración, también es “absolutamente crítico” el apoyo financiero a las empresas, un anuncio realizado pero que “en sus engranajes, no ha funcionado bien” y que podría llevar al cierre de muchos establecimientos. En ese sentido, Aguirre es de la opinión que las empresas españolas tienen la misma calidad homologable a la de otros países, si bien están muy limitadas por su pequeño tamaño y respaldo financiero frente a multinacionales del sector. Como consecuencia, “se va a producir una concentración de operadores”.
En lo referido a la relocalización de la producción y el incremento de los stocks, el consejero delegado de BISL argumentó la dificultad de ampliar zonas de almacenamiento “sin el compromiso de las partes” para poder asumir las inversiones. Explicó las diversas necesidades de cada sector, que no pueden ser las mismas para las commodities que para un producto de alto valor añadido, como el automóvil, uno de los puntos fuertes de Bergé, en el que nuestro país produjo casi tres millones de unidades el pasado año, entre el 85 y el 90 por ciento para exportación, y que es un sector especialista en reducción de los costes de sus proveedores.
La jornada on-line contó con la participación del presidente del Propeller Club de Barcelona, Gonzalo Sanchís y su tesorero Karlos Martínez; del de Bilbao, Gerardo Tiedemann, de Madrid, Miguel Ángel Palomero; de Castellón, Carlos Vicedo; del vicepresidente de Algeciras, Philippe De Gauw y del representante del Propeller de Sevilla, Manuel González. Lamentaron el haber tenido que posponer el tradicional encuentro anual con motivo del SIL y se emplazaron para posteriores reuniones, cuando la situación lo permita.