La economía azul avanza en la Bahía de Pasaia

El Hub Tecnológico e Industrial para el Desarrollo de la Economía Azul de la Bahía de Pasaia se va a ver impulsado con el apoyo de dos millones de euros hasta el 2023. En este concepto de economía azul abarca todas las actividades relacionadas con los océanos, los mares y las costas, que tengan lugar en el medio marino (como el transporte marítimo, pesca, generación de energía) o en tierra (como puertos, astilleros, acuicultura en tierra o producción de algas). Junto a los sectores tradicionales, están evolucionando actividades innovadoras: energías renovables oceánicas, bioeconomía y biotecnología azul, desalación, etc.

Los consejeros vascos Jokin Bildarratz (Educación) y Bingen Zupiria (Cultura) anunciaron la inversión de dos millones de euros

En este caso, la comarca de Oarsoaldea, que comprende los ayuntamientos de Pasaia, Lezo, Oiartzun y Errentería pretende configurar un espacio tecnológico competitivo que permita definir los productos y los mercados objetivos- en particular los dirigidos a afrontar el cambio climático- así como los retos y oportunidades de una economía más circular. Se trata, en definitiva, de posicionar a “Bahía de Pasaia” como una marca de desarrollo de economía azul y de aplicación de las mejores prácticas en ese ámbito. Este desarrollo estará desarrollado por el centro tecnológico de Azti

Estos objetivos genéricos se concretan en cuatro vectores como son la generación de un ecosistema para atracción de talento y startups vinculadas al crecimiento azul, un sistema de innovación abierta y resolutiva: desarrollar sectores que tengan un alto potencial de empleo y crecimiento sostenibles y estimular la creación de empresas en materias tales como el barco autónomo y eléctrico, los servicios de condiciones oceanográficas y resistencia de materiales para desarrollos offshore, o los productos marinos de alto valor añadido.

También apoyar las iniciativas de otros agentes en la zona en educación en pesca y acuicultura sostenibles, turismo costero y energía oceánica; y facilitar componentes esenciales para proporcionar conocimiento, certeza jurídica y seguridad en la economía azul. Entre ellos, la vigilancia marítima integrada para que las autoridades tengan una mejor idea de lo que está sucediendo en el mar y la ordenación del espacio marítimo para garantizar una gestión eficiente y sostenible de las actividades.