La nueva infraestructura ferroviaria vasca, dentro del Corredor Ferroviario Atlántico, tiene nuevas fechas para su finalización. Según el consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola, no será hasta finales del 2026 o el 2027 que la infraestructura estará finalizada en su conexión con las líneas que llegarán hasta Burgos por el Sur y hasta Francia por el Norte, quedando aún pendiente la conexión con el Este y el Mediterráneo, a través de Navarra. También quedará pendiente el acceso a las ciudades de Bilbao y Vitoria, que aún deberán esperar un poco más. Y nada se comenta de las pretensiones de Cantabria de conectar su línea ferroviaria de altas capacidades a la infraestructura vasca.
El tramo tendrá el primer viaducto atirantado del Estado para la Alta Velocidad Ferroviaria
Los trabajos del tramo Hernani-Astigarraga, de 2,4 kilómetros de longitud y que dejarán la infraestructura a las puertas de Donostia, se iniciaron en el 2012, por lo que su avance medio es de 250 metros/año. Se trata del penúltimo tramo de los 18 que constituyen la primera encomienda de gestión firmada en el 2006 entre el Gobierno central y el vasco, junto con Adif, y contempla la construcción, en el plazo de dos meses, de un elemento singular, como es la cimbra o estructura del que será el primer viaducto atirantado del Estado para alta velocidad. Cabe destacar que el tramo finaliza con la continuación hacia la frontera francesa a través de la línea actual, a la que se dotará de un tercer hilo en el tramo comprendido entre Astigarraga e Irún.

Según Arriola, “los trabajos avanzan a buen ritmo en distintos frentes de obra” y en su visita al tajo ha señalado que la Nueva Red Ferroviaria del País Vasco “es una infraestructura esencial para conectar de forma rápida y sostenible los tres territorios y sus áreas metropolitanas y poner en valor la posición estratégica de Euskadi entre la Península Ibérica y el resto de Europa”. En esta visita, el consejero estuvo acompañado del viceconsejero de Infraestructuras y Transportes, Pedro Marco, del director general de ETS, Ernesto Martínez de Cabredo, y de técnicos de Euskal Trenbide Sarea (ETS), entre los que se encontraba Itziar Amaia Fernández, directora de la obra.
Un tramo complejo
La principal complejidad de esta obra reside en la obligación de ejecutarla respetando los servicios regulares de la línea Madrid-Irún, que discurre de forma paralela a la zona de trabajos, sobre todo en la parte final del viaducto. La inserción de las futuras vías de ancho UIC y la disposición final de las actuales de cercanías necesitarán de la ejecución de diferentes fases de obra y situaciones provisionales que supondrán desvíos temporales de la red ferroviaria. Otra dificultad añadida es la proximidad de la autovía del Urumea por cuya parte inferior cruza el viaducto ferroviario, el entorno urbano y el propio río Urumea.

Otra de las obras pendientes que rematará el servicio ferroviario en el futuro en esta zona es la nueva estación de cercanías de Astigarraga y sus accesos, que prevé una estación a cabalgavía por encima de las vías de ancho internacional y de ancho convencional, cuyo proyecto constructivo está en fase de redacción.
Arriola, que ha anunciado que trabaja ya con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana dirigido por Jose Luis Ábalos, para seguir profundizando en esta vía de colaboración, ha añadido que “nuestro interés es firmar una nueva encomienda, de forma que seamos nosotros, desde el Gobierno Vasco quienes redactemos los proyectos constructivos y ejecutemos parte de las obras pendientes”.