El alto coste de inversión y la dificultad para abastecer la demanda de electricidad que solicitan los buques atracados. Estos son los principales problemas en los que han coincidido Jordi Vila, jefe del Departamento de Sostenibilidad del puerto de Barcelona y Raúl Cascajo, jefe de Políticas Ambientales del puerto de Valencia, para el despegue definitivo de la tecnología onshore power supply (OPS) en los puertos, en una de las sesiones organizadas en la 4ª edición del Green Energy Ports Conference que acoge este año la Autoridad Portuaria de Vigo.
“En la solución de conexión eléctrica en muelles, uno de sus problemas más importantes, aparte del coste de inversión, que es muy elevado, es la disponibilidad para atender las demandas tan altas que los buques necesitan durante el tiempo de atraque”, ha señalado Jordi Vila, quien ha remarcado que en el caso del puerto de Barcelona esta necesidad de potencia instalada en los muelles asciende a los 80 Megavatios “como mínimo, y no la podemos sacar de la red de distribución puesto que no hay disponibilidad”.
Vila ha expuesto que, para solucionar este inconveniente, el puerto de Barcelona ha solicitado una conexión a la red troncal española, “y parece que no la van a otorgar”, añadiendo que “sin esta electricidad desde la distribuidora, es imposible abarcar en el puerto todo lo que queremos abarcar”.
El jefe del Departamento de Sostenibilidad de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) ha explicado que la mayor parte de las instalaciones que el puerto de Barcelona tiene previsto impulsar entorno a la tecnología OPS “estarán listas antes del 2030”, mientras que las primeras de estas instalaciones que podrán utilizarse estarán destinadas a ferries y portacontenedores como resultado del desarrollo de varios proyectos piloto, si bien no ha especificado una fecha concreta para la puesta en marcha de los mismos.
Por su parte, Raúl Cascajo ha añadido que para el puerto Valencia el problema de abastecer toda la demanda “es el mismo”, si bien ha puntualizado que para resolver este inconveniente el enclave valenciano proyectó una subestación eléctrica que se espera que entre en funcionamiento en el 2023. “Nos va a dar un mayor capacidad de potencia y además, paralelamente, estamos trabajando en una ampliación de potencia por parte del suministrador. El problema son los tiempos, porque ellos tampoco pueden dar unas potencias infinitas”, ha recalcado Cascajo, señalando que “el problema es quién paga esas infraestructuras que alguien tiene que pagar”.
El jefe de Políticas Ambientales de la Autoridad Portuaria de Valencia ha apuntado, por otra parte, que aunque de momento tampoco no se está produciendo “una demanda masiva” por parte de los buques, el puerto de Valencia estará en el 2023 “en posición de poder dar energía a los buques de una manera razonablemente masiva”, ha concluido Cascajo.