La nueva Ley francesa del clima se centra en el transporte

La imparable transición energética a nivel mundial ha dado un nuevo paso en Europa con la promulgación de la Ley del clima y la resiliencia promulgado oficialmente en Francia el martes 24 de agosto y que contempla 291 artículos agrupados en 8 títulos y compromete inversiones superiores a 30.000 millones de euros en un calendario que arranca en 2022 y finaliza en 2034 con 4 hitos intermedios.

Los trabajos comenzaron en el 2019, antes de la pandemia, y ha pasado por diez fases antes de su promulgación. Entre los capítulos reseñados se encuentra la referencia a los Acuerdos de París y el Pacto Verde Europeo, el consumo, el trabajo, la movilidad, la alimentación, la construcción, la vivienda, la protección jurídica y las medidas para el control y seguimiento de las acciones.

Francia prohibirá la venta de vehículos pesados con motores térmicos antes del 2040

El transporte en el punto de mira

El título cuarto es el referido al transporte y así señala que “es el primer causante de emisiones de efecto invernadero”, causante también de 40.000 muertes prematuras anualmente, por lo que “la descarbonización del transporte”, mediante el desarrollo de una movilidad menos contaminante y la mejora de la calidad del aire, “es una prioridad absoluta”, según Barbara Pompili, ministra de Transición Ecológica. Entre las medidas más concretas, las referentes al transporte pesado de mercancías, las restricciones a la circulación y distribución de última milla en las ciudades, o el trasvase modal hacia el ferrocarril. Según el ministro de Transporte, Jean-Baptiste Djebbari, el apoyo a la transición energética en el transporte está “en línea con el plan de apoyo sin precedentes a la descarbonización del sector que lanzamos el año pasado».

Ciudades con circulación restringida para vehículos con motores térmicos

El fin de los combustibles fósiles

Las medidas tienen también un fuerte calado para los ciudadanos y los fabricantes de vehículos. Así, se establece el fin de la circulación de los coches más contaminantes (más de de 95 gr de CO2 por km) en 45 grandes ciudades a partir de 2025 y se prohíbe la venta de los vehículos más contaminantes a partir del 2030. Así se establecen zonas de limitación de circulación (ZFE-m) en todas las ciudades de más de 150.000 habitantes, con criterios que se irán endureciendo a partir de 2023 y que prohibirán los motores térmicos a partir de 2025.

Las ciudades con circulación restringida a partir del 2023 serán: Aix-Marseille, Amiens, Angers, Annecy, Annemasse, Avignon, Bayonne-Baiona, Béthune, Bordeaux, Brest, Caen, Chambery, Clermont-Ferrand, Dijon, Douai-Lens, Dunkerque, Estrasburgo, Grenoble, Le Havre, Le Mans, Lille, Limoges, Lyon, Nancy, Nantes, Nimes, Niza, Metz, Mulhouse, Orléans, París y Metrópoli del Gran París, Pau, Perpignan, Reims, Rennes, Rouen, Saint-Etienne, Saint-Nazaire, Toulon, Toulouse, Tours y Valenciennes

También se establecen préstamos subvencionados para el cambio de vehículos por otros menos contaminantes, la construcción de parkings disuasorios, favorecer el uso compartido de vehículos, el impulso a la bicicleta y la limitación del transporte aéreo, promoviendo la intermodalidad entre tren y avión. De esta forma, se limitarán los vuelos nacionales de menos de 2h30m cuando exista una alternativa ferroviaria, se paralizan las ampliaciones aeroportuarias y se impone la obligatoriedad de compensación de carbono de todos los vuelos nacionales.

Francia ha promulgado su Ley del clima y la resiliencia el martes 24 de agosto

La Ley fija en el 2030 el fin de la venta de vehículos ligeros con motores de combustión y a partir de 2040 está prohibida la comercialización de vehículos pesados propulsados por combustibles fósiles. El texto prevé medidas ambiciosas, tanto a nivel nacional como local, para optimizar el transporte de mercancías por carretera y reducir sus emisiones. La Ley fija, en particular, un objetivo de supresión progresiva de la ventaja fiscal del impuesto de consumo sobre los productos energéticos entre 2023 y 2030. También se habilita a las regiones que sufran el tráfico desde un territorio limítrofe la posibilidad de establecer una contribución específica sobre el transporte de mercancías por carretera en su red de carreteras a partir de 2024.

Además, exige que los transportistas por carretera reciban formación periódica sobre conducción ecológica para reducir las emisiones de cada trayecto y fija objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los transportes utilizados por las empresas antes y después de sus actividades. Por último, el texto establece un objetivo de fin de venta de los vehículos pesados térmicos de aquí a 2040, dando así por primera vez una perspectiva en cuanto al fin de su comercialización.