Las empresas deben estar en el centro de las políticas de recuperación

José Ángel Corres

Presidente de CámaraBilbao y de Eusko Ganberak, Cámaras de Comercio Vascas

“El virus fue algo que no esperábamos y nos ha cambiado la vida”

El coronavirus “nos pilló un tanto desprevenidos, pero hemos sabido afrontarlo”, dice José Ángel Corres, presidente de CamaraBilbao y de Eusko Ganberak, Cámaras de Comercio Vascas, aunque “sus consecuencias económicas y empresariales son graves y nos costará superarlas”: caída importante del PIB y más desempleo.

En su opinión, la economía vasca sigue manteniendo el pulso en el actual entorno de incertidumbre, las empresas se han preparado ante las contingencias, actúan con eficacia y confían en superar lo antes posible el frenazo económico por el coronavirus. No obstante, el mayor efecto negativo se ha originado en el mercado laboral, aunque con la desescalada la economía está en fase de recuperación. “El retorno a la normalidad será gradual y nos llevará bastantes meses”.

Durante el tiempo de confinamiento y los estados de alarma, la Cámara ha asegurado la continuidad de sus servicios a las empresas, a los profesionales autónomos, y a su alumnado, garantizando siempre la seguridad y la protección del personal. En este sentido, se han atendido más de 400 consultas sobre los efectos de la crisis sanitaria en la actividad empresarial, sobre todo por las medidas de los decretos aprobados, la aplicación de ERTES o los programas de ayudas y avales de las diferentes administraciones

Para ello, se reforzaron los canales de comunicación a través de la web, las redes sociales o los webinars como herramientas de información y atención online. También “hemos canalizado la oferta y demanda de equipos de seguridad para atender las necesidades de elementos de protección, sobre todo de las pymes”, puntualiza Corres.

Por el lado institucional, “desde el primer momento de la crisis, el contacto” de la Cámara con las distintas administraciones públicas “ha sido y es permanente”, para trasladar las principales problemáticas de los colectivos empresariales, y coordinar acciones y programas destinados a mantener la actividad en las organizaciones.

Perspectivas sombrías

Para el presidente de la Cámara, “las perspectivas no son nada halagüeñas y la recuperación se demorará” ya que se espera una contracción de la economía vasca de 3,6% para este año y un crecimiento del 2,5% para el 2021. El mercado laboral también registrará una reducción del empleo, con una tasa de paro del 11,4% en el 2020 y en el 2021 del 9-10%.

El tejido productivo de Euskadi ha notado el impacto de la pandemia, sobre todo por la falta de suministros o abastecimiento de materias primas para sectores como la automoción, el tecnológico o los bienes de consumo, lo que “ha provocado parálisis productiva y expedientes de regulación de empleo. Ahora hay que valorar la efectividad de las medidas adoptadas para recuperar la economía y el empleo”.

Hacer predicciones de crecimiento es un tanto complicado porque dependerá de muchos factores, supeditados la mayoría de ellos a los efectos de la enfermedad. En este sentido “somos conscientes de que hay que recuperar la actividad económica” cuanto antes porque entonces la reactivación costará menos. Para Jose Ángel Corres “debemos anticiparnos a las consecuencias del virus, y centrarnos en dar respuestas y facilidades a sectores estratégicos” que sufrirán el mayor impacto como industria, construcción, comercio, turismo, hostelería, transporte y energía.

En línea con lo expresado por otros dirigentes vascos, “el apoyo al sector industrial es fundamental para la reactivación de nuestra economía y la recuperación del empleo”, señala Corres, para quien “el sector exterior es el otro factor clave en el proceso de regeneración”. Así, a la base de los mercados tradicionales como Francia, Alemania, Gran Bretaña o EE UU, se debe potenciar el acceso a nuevos países con perspectivas de futuro y nuevas oportunidades que se nos presentan, por ejemplo, en Asia o Latinoamérica. Sin embargo, “el efecto epidemia supondrá un reto para la exportación sin ferias sectoriales ni viajes comerciales”, se lamenta.

El devenir económico se vislumbra como “una clara recesión del PIB y una pérdida de confianza del consumidor” por el miedo al panorama sanitario nacional e internacional. Según Corres, el mundo no volverá a ser el mismo, la salud será lo importarte y la economía deberá estar preparada, así como los gobiernos locales, autonómicos o centrales. Igualmente, el papel y la ayuda de Europa serán imprescindibles aportando fondos públicos para la recuperación.

En este tiempo Internet, el uso las herramientas digitales se ha disparado, y en este ámbito digital el teletrabajo ha tenido su protagonismo. Pero, requiere adaptación, es un formato que funciona gracias a la tecnología y a la comunicación, sobre todo en los sectores cualificados, pero creo que debilita las relaciones humanas que se convierten más tecnológicas que sociales. Aun así, hay margen de mejora. Debemos aprender a teletrabajar, organizar una rutina, un espacio cómodo donde podamos mejorar la productividad y el rendimiento, y al mismo tiempo conciliar la vida familiar

Así, el escenario post-Covid es muy complicado. “Comprobaremos cambios necesarios en los modelos económicos, sociales y políticos”. Las transformaciones empresariales serán diferentes en cada sector y aparecerán nuevas oportunidades de negocio, será un mundo más tecnológico, se impondrá la digitalización, cambiarán los hábitos de consumo y de trabajo, también las relaciones, la planificación urbana, el turismo, y nos interesaremos más por la sanidad, la investigación y la ciencia ante posibles pandemias futuras. En definitiva, “hay que generar confianza en la sociedad y en las empresas con el objetivo común de salir de la crisis lo antes posible”, apunta José Ángel Corres.

Unidad frente a la crisis

Cuando se vive una crisis sanitaria “tan dura y trágica” como la del Covid-19 “hay que dejar las ideologías a un lado, potenciar el diálogo y la negociación y buscar el consenso para solucionar los problemas de la ciudadanía, con rigor y responsabilidad; y clave, apostar por la colaboración público-privada para proteger al sistema productivo”. En este contexto, las empresas deben estar en el centro de las políticas de recuperación.

Corres propone “responder con acciones contundentes, plantearse respuestas coordinadas, gestionar bien los fondos públicos, dar soluciones de política fiscal, promover iniciativas de cooperación, garantizar recursos financieros y no escatimar esfuerzos porque nos jugamos nuestro futuro. Es el momento de actuar unidos porque nos enfrentamos a tiempos muy difíciles”.

La pandemia afectará a la sociedad del futuro, a las relaciones humanas y profesionales. Por eso, “debemos ser capaces de promover acciones más atrevidas e innovadoras, focalizar la formación en aquello que nos haga más productivos, retener el talento, generar nuevas profesiones y oportunidades de negocio, apostar por hacer las cosas de otra manera, y construir una sociedad, y también una nueva economía, más sostenible, igualitaria y más solidaria”, detalla el presidente de Eusko Ganberak.

En este sentido, las guerras comerciales EE UU y China y las medidas proteccionistas, si no se replantean, “tendrán un impacto económico negativo porque aumentarán los aranceles a los productos que perjudican a las pequeñas empresas”. A su parecer, una economía global en recesión debe buscar nuevos escenarios de cooperación y desarrollo, apoyar a los países más necesitados, aprovechar la globalización de la economía, la interconexión entre países, apostar por un mercado único, salvaguardar el comercio internacional y las cadenas de suministro, establecer sistemas de producción y distribución eficaces para garantizar las necesidades de la estructura social y económica y no tener, por ejemplo, las dificultades vividas por la pandemia y el suministro de equipos sanitarios.

La opinión de los profesionales en el Covid

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