Las industrias química, farmacéutica y agroalimentaria sustentan las exportaciones catalanas

El comercio internacional de bienes sufrió una sacudida importante a causa de la expansión del virus en abril y mayo, pero en octubre ya prácticamente había recuperado el nivel prepandemia. De hecho, las exportaciones mundiales en volumen en octubre eran solo un 0,2% inferiores a las del mismo mes del año 2019, y un 2,2% superiores a las de enero del 2020. Esta mejora progresiva de los últimos meses se debe sobre todo a la intensa recuperación de las exportaciones chinas (que crecen un 14,8% interanual en octubre). Por el contrario, en Estados Unidos las exportaciones caen todavía un 5,8% en octubre, más de lo que hace al conjunto de la zona euro donde el descenso es del 3,7%, si bien este último mes se observa un frenazo en el ritmo de recuperación. Estas son algunas de las principales conclusiones del último Focus Cambra Cámara, elaborado por el Gabinete de Estudios Económicos de la Cambra de Comerç de Barcelona.

En este contexto, las exportaciones catalanas de bienes (en valor) acumulan un descenso hasta octubre de 2020 del 13,3%, si bien la tendencia es de recuperación a partir del mes de junio. Los meses posteriores en la declaración del estado de alarma de marzo concentran el grosor del descenso de las exportaciones, con caídas interanuales del 40,3% y 37,2% en los meses de abril y mayo, respectivamente.

Una vez superada la primera oleada del Covid-19, las exportaciones han ido moderando la caída, hasta registrar un descenso interanual del 7,1% en octubre (a pesar de que empeora ligeramente respecto al -5,5% de septiembre). Hay que señalar que esta variación es nominal, por lo tanto, no es directamente comparable con las variaciones en volumen que se han analizado en el caso del comercio internacional y que no tienen en cuenta el efecto de la caída de los precios.

El peso de la automoción condiciona el descenso

La evolución de las exportaciones en Catalunya durante el 2020 está siendo algo más negativa que al conjunto de la economía española, que registra una contracción acumulada hasta octubre del 11,9%. La disminución más contenida de las exportaciones españolas en relación con Catalunya se explica mayoritariamente por el peso más grande de la industria automovilística en la economía catalana, dado que la contracción de las exportaciones ha sido mucho más pronunciada en este sector.

Entre las cinco comunidades autónomas más exportadoras del Estado (concentraban el 67% del total en el 2019), Catalunya es la tercera región donde las exportaciones de bienes han caído con más intensidad. Este impacto diferenciado por regiones se explica, en parte, por la composición sectorial del comercio con el exterior. Así, la fuerte contracción de las exportaciones en el sector del automóvil ha tenido un mayor impacto en Cataluña, Valencia y País Vasco, dado que el peso de éste sobre el total de exportaciones en cada región representaba el 13,3%, 22,4% y el 17,2% en el 2019, respectivamente.

En cambio, el peso del sector en la Comunidad de Madrid (6,1%) y Andalucía (1%) es muy inferior. Aun así , el impacto moderado de la pandemia sobre la industria farmacéutica (el 27% de las exportaciones catalanas en el 2019 fueron de productos químicos) ha contribuido a suavizar la caídas de las exportaciones en Cataluña en comparación con otras comunidades autónomas.

Finalmente, la contribución significativa de los bienes agroalimentarios sobre el total de exportaciones catalanas (14% en el 2019), así como la buena respuesta del sector a la pandemia (con un crecimiento acumulado de las exportaciones hasta octubre del 6,7%), también ha ayudado a amortiguar parcialmente la contracción del total de exportaciones catalanas en  el 2020.

La pandemia y el Brexit castigan el mercado británico

La caída de las exportaciones catalanas de bienes por el Covid-19 ha sido muy pronunciada y generalizada por áreas geográficas, a pesar de que destaca el descenso en el Reino Unido del 28,5% acumulado hasta octubre. Esta contracción especialmente abrupta de las exportaciones al Reino Unido se explica, más allá del mismo impacto del  Covid-19, porque en el  2019 una parte de las empresas británicas decidieron aumentar sustancialmente el stock de determinados productos catalanes anticipándose a la incertidumbre económica durante el 2020 a raíz de las negociaciones del Brexit.

Concretamente, las exportaciones catalanas de materiales de transporte y de equipación de oficina y telecomunicaciones al  Reino Unido crecieron el 2019 un 70,8% y un 37,6%, respectivamente.

Adicionalmente, la fuerte caída de matriculaciones de vehículos a causa de la pandemia también ha afectado especialmente las relaciones comerciales entre ambas regiones, dado que el Reino Unido es un mercado muy relevante para el sector del automóvil catalán.

Dejando aparte el caso específico del Reino Unido, la caída de las exportaciones entre los principales socios europeos ha sido relativamente homogénea hasta octubre, dentro de la horquilla del -10% en el caso de Francia y hasta el -13,6% en Italia.

Evolución del tejido empresarial exportador

El número de empresas exportadoras regulares catalanas (con una facturación al extranjero de más de 50.000€ anuales) cae hasta las 7.324 en octubre del 2020, un 2,3% menos respecto al mismo mes de 2019. Este dato contrasta con el descenso acumulado de las exportaciones hasta octubre del 13,3%, hecho que prueba como las empresas con más capacidad exportadora del tejido productivo catalán (en el 2019 representaban el 92,3% del total de exportaciones a pesar de ser solo el 20,8% del total de empresas exportadoras) tienen una elevada resiliencia y han continuado vendiendo en el extranjero a pesar de las dificultades.

Las expectativas empresariales sobre la facturación en el extranjero en la industria mejoran de cara al cuarto trimestres del 2020, dado que la diferencia entre el porcentaje de empresas que cree que las ventas aumentarán y la que considera que disminuirán se sitúa solo en -3 puntos porcentuales, frente a los -19 en el trimestre anterior.

A pesar de que la recuperación de las expectativas empresariales se ha ido consolidando a medida que se reabrían los mercados internacionales, esta tendencia no ha estado homogénea según la dimensión de la empresa. Concretamente, entre el grupo de empresas de menos de 10 trabajadores, las expectativas se han mantenido igual de pesimistas para el 4T que para el 3T, mientras que entre las empresas de 250 o más trabajadores las expectativas de facturación al extranjero se han vuelto positivas para el 4T. La afectación más grande de la crisis del Covid-19 sobre las empresas de menor dimensión pone de manifiesto, una vez más, la necesidad que las administraciones públicas refuercen las ayudas directas a las pymes, tal como lo han hecho en Alemania, Francia e Italia, concluye la Cambra de Barcelona.