La importancia de la logística radica en que, a través de la misma, el producto final de una empresa puede ubicarse en el lugar requerido, en el momento oportuno, y en las mejores condiciones de calidad y de la manera más rentable posible. La logística empezó a implantarse en la empresa con el fin de identificar todas las actividades relacionadas con el suministro y la entrega de productos y, desde entonces, no se concibe ninguna empresa que no incluya en su organización, un sistema de gestión logística encargado de la coordinación de las funciones de abastecimiento, producción, almacenaje, transporte o distribución. La vida cotidiana gira en torno a la logística, y podemos remontarnos a multitud de situaciones para darnos cuenta de ello. Al fin y al cabo, la logística constituye un elemento indispensable de la cadena de suministro.
Con la llegada de la pandemia que azotó a todo el mundo, el imprevisible aumento de la demanda de productos sanitarios o de primera necesidad, como geles hidroalcohólicos o mascarillas, supuso un gran reto para el sector. Esta pandemia obligó a los profesionales de la logística a buscar nuevas formas de hacer las cosas, atendiendo a las nuevas circunstancias y a las recomendaciones sanitarias que provocaron que millones de consumidores permanecieran confinados en sus casas; y todo ello con gran eficacia, rapidez y calidad, promoviendo la innovación y el beneficio de sus clientes.
A pesar de las adversidades, los agentes logísticos han demostrado hasta ahora, que han sido capaces de superar todos los retos que la pandemia les ha planteado, y para seguir en esta dinámica en el futuro es preciso contar con un factor esencial: la formación.
Pese a las adversidades, todos los agentes logísticos han demostrado hasta el momento que han sido capaces de superar todos los retos que la pandemia les ha puesto por delante, y para continuar en esta dinámica en el futuro es necesario contar un factor imprescindible: la formación. Las nuevas generaciones son los futuros profesionales que deberán enfrentarse a los próximos sucesos mundiales que nos pueden volver a poner contra las cuerdas, y serán ellos los encargados de mantener todo en funcionamiento.
Los profesionales del sector han puesto de manifiesto que el verdadero valor y elemento diferencial de las empresas, ya sean pequeñas, medianas o grandes, radica en el desarrollo de su cadena de suministro, y sobre todo en su capacidad para conseguir que en todo el proceso de elaboración del producto o servicio que ofrecen, puedan conseguir lo que necesitan para satisfacer a su público en menos tiempo que sus competidores, con la misma o mayor calidad. Es aquí donde entran en juego todos los actores de la logística: armadores, consignatarios, agentes marítimos, compañías aéreas o empresas de transporte terrestre, entre otros muchos.
Todo ello nos demuestra que la logística es un sector con un amplio abanico de actores y posibilidades.
El estado de la formación
CANAL VERDE
- Experiencia digital
- Aprendizaje digital
- Amplia oferta formativa
- Nuevos perfiles profesionales
- Actualización constante de las actividades formativas
- Incremento de programas de formación
CANAL ROJO
- Desconocimiento de las actividades del sector
- Falta de promoción del sector logístico
- Dificultad para identificar y atraer el talento
- Necesidad de formar en ámbitos tecnológicos
- Acercar los programas de formación a las necesidades de la empresa
Debemos partir del hecho de que, en la actualidad, hay un gran desconocimiento del sector y de sus oportunidades laborales. Y es que, a pesar de lo que representa la logística, las empresas del sector sufren uno de los niveles más bajos de atracción laboral, debido principalmente al desconocimiento de la función logística entre los jóvenes cualificados. A ello se suma la dificultad para identificar y atraer el talento necesario a corto y medio plazo.
Para revertir dicha situación, se hace necesario mostrar a los futuros profesionales una visión más próxima y renovada de las necesidades del sector, especialmente si se tiene en cuenta que han aparecido nuevos perfiles, sobre todo vinculados a la innovación y a las nuevas tecnologías, como la digitalización de procesos, la inteligencia artificial, la automatización o la robótica y esto, más allá del ámbito logístico, se desconoce.
La falta de conocimiento sobre los perfiles y empleos del sector son cuestiones a las que tenemos que hacer frente. Es necesario que todos los colectivos implicados en la logística y el comercio unan sus fuerzas para que el sector resulte interesante para las nuevas generaciones, y para ello, es necesario que se creen sinergias entre los centros de formación y las empresas: hay que hacer atractivo el sector con una visión práctica, a la vez que adaptar la formación profesional a las necesidades actuales en materia de digitalización y nuevas tecnologías.
Técnicas como el big data, el blockchain, la inteligencia artificial, la automatización de almacenes o la robótica, son tecnologías que están transformando los sistemas logísticos tradicionales.
El futuro será digital o no será. Es una realidad compartida por todos los expertos que colaboran en este especial. Nos esperan tiempos difíciles que, queramos o no, necesitarán personas altamente cualificadas en los ámbitos tecnológicos, en las tareas de revisión de procesos y en la adaptación a las nuevas necesidades de la industria y el comercio internacional.
Los hábitos de los consumidores están cambiando. A día de hoy, las personas han abrazado la realidad digital y cuentan con interactuar con su entorno a través de nuevas herramientas y soluciones digitales que posibilitan la inmediatez. La transformación digital, al fin y al cabo, posibilita la aparición de nuevas oportunidades de negocio y la obtención de más ingresos y eficiencias. Por ello, las empresas que lleven a cabo con éxito el proceso de transformación se encontrarán en una posición de ventaja competitiva en el mercado.
Hay que aprovechar las oportunidades que se nos presentan. Poco a poco, la logística está adquiriendo la importancia que se merece, y esto se debe en gran medida al auge del comercio electrónico, como consecuencia de la pandemia provocada por el Covid-19. Fruto de ello, los operadores logísticos se ven forzados a ser más ágiles, rápidos y fiables, además de buscar nuevas e innovadoras soluciones de entrega que permitan responder a las demandas de los clientes. Las técnicas como el big data, el blockchain, la inteligencia artificial, la automatización de almacenes o la robótica, por ejemplo, son tecnologías que están transformando los sistemas logísticos tradicionales.
Asimismo, las start-ups irrumpen en el mercado, y últimamente han aparecido empresas de mensajería y plataformas de reparto que sustituyen el uso del transporte clásico. En definitiva, la digitalización permite al sector innovar para ofrecer un servicio de calidad.
Por este motivo, las empresas, de la mano de los centros educativos, han de seguir avanzando en la formación continua para llevar a cabo esta transformación tan necesaria para el sector, que ha de ir dirigida a la mejora de los servicios y a la aportación de valor a la cadena de transporte y logística.
La logística se ha adaptado, a lo largo de los últimos años a los cambios económicos, sociales y tecnológicos que transforman nuestro día a día y, con la llegada de la digitalización, se ha iniciado la 4ª revolución industrial, también llamada Industria 4.0, la cual ha hecho que la logística siga mejorando, persiguiendo una mejor distribución o unos procesos de almacenamiento y recogida más eficientes. Por este motivo, el sector necesita nuevos aires y un afán transformador. Se necesitan personas capacitadas que puedan aportar una visión innovadora, lo que, en definitiva, significa enfrentarse a los nuevos retos que se avecinan.