El ámbito de la cadena de suministro marítima internacional ha registrado «30 o 40 años de crecimiento ininterrumpido» hasta el año 2018. Igualmente, según Jordi Torrent, director de Estrategia del puerto de Barcelona, el sector ha conseguido «esquivar» todo tipo de perturbaciones que se han producido a lo largo de los años.
Sin embargo, en el último año y medio «están fallando muchas cosas», lo que ha estado motivado por la oferta de servicios marítimos, la cual es «poco adaptable», según ha explicado Torrent, este miércoles, día 15 de junio, en una jornada organizada por la Asociación de Transitarios de Barcelona (ATEIA-OLTRA) y Foment del Treball en Barcelona. En este encuentro se han analizado las perturbaciones, la adaptación y los retos actuales de la logística y el transporte internacional.
En este sentido, según ha destacado Torrent, se ha puesto de manifiesto que tanto Estados Unidos como Europa «importan más de lo que exportan», lo que genera «enormes dificultades en tiempos de crisis», a causa de una fuerte fluctuación de la demanda, que hace que «todo se tambalee».

Además de estos dos factores «estructurales», según el director de Estrategia del puerto de Barcelona, otro condicionante que ha provocado todos estos desequilibrios ha sido la concentración de las grandes cadenas de producción en centros específicos, como ocurre en Taiwan con la industria electrónica o la automovilística.
Al mismo tiempo, Torrent ha apuntado que una de las causas de los últimos desajustes provocados por el Covid-19 han sido los enormes retrasos en la llegada de los buques a las terminales, así como una «gran falta de personal» en las mismas.
Relocalizar los centros de producción
Los últimos acontecimientos han despertado cierta alarma entre los clientes de las cadenas de suministro internacionales, lo que puede suponer una oportunidad para la reindustrialización del continente europeo. En este sentido, Torrent señala que las grandes empresas, «muchas de ellas coreanas y chinas», ya están “deslocalizando” y “aproximando” su producción» especialmente «en Turquía y Europa del Este». Sin embargo, Torrent recuerda que en algunas zonas «es realmente difícil que esto ocurra». «Donde Europa puede competir -señala Torrent- es en el sector de la transición energética, que ofrece una gran capacidad de reindustrialización».
En este sentido, Óscar Puig, subdirector general de AMEC, apunta que la reindustrialización debe estudiarse «caso por caso», al tiempo que indica que tanto las instituciones como las empresas «deben empezar a pensar seriamente en la reindustrialización de los países europeos».
Al mismo tiempo, según Emili Sanz, presidente de la Asociación de Transitarios de Barcelona (ATEIA-OLTRA), las últimas crisis han enseñado que «no podemos depender de proveedores tan lejanos como los que tenemos en Extremo Oriente». Desde la deslocalización iniciada a principios de siglo, apunta, «ha hecho falta la pandemia para que nos demos cuenta de que ganamos en precio, pero no en oferta», lo que hará que en los próximos años se busquen «proveedores más cercanos» al continente europeo.
Según Sanz, «no hay una solución a corto plazo» para resolver los problemas logísticos y de transporte internacional derivados de la crisis de la Covid-19, y que la solución pasa por un «cambio de escenario» que «no se verá de inmediato». Y continúa: «todo conflicto genera inestabilidad, también en los precios, y a medida que desaparecen, los precios vuelven a la normalidad».
Consortia Block Exemption Regulation
Emilio Sanz, presidente de ATEIA-OLTRA Barcelona, ha centrado gran parte de su intervención en el Consortia Block Exemption Regulation, que permite la posición dominante en el mercado a las navieras, del que ha abogado por su modificación «inminente» o su «revocación definitiva». «En Estados Unidos se persiguen a las navieras, al contrario de lo que ocurre aquí. Estamos presionando a la Unión Europea y confío en que sus instituciones hagan pronto algún cambio en este sentido», ha concluido.