Si bien el año parece que no acabará con grandes beneficios económicos para todas las empresas, sí que habrá contribuido a un avance significativo desde diferentes perspectivas consideradas clave para la comunidad logístico-portuaria: la digitalización del sector, la resiliencia de los servicios y el compromiso con el entorno
Ciertamente, este año 2020 no ha sido como esperábamos. Es obvio que la pandemia se ha entrometido en nuestro día a día y ha señalado un antes y, sobre todo, un después en nuestras vidas personales y profesionales, en los negocios y en la manera en la que de ahora en adelante el sector tiene que afrontar el futuro.
Si bien el año parece que no acabará con grandes beneficios económicos para todas las empresas, sí que habrá contribuido a un avance significativo desde diferentes perspectivas consideradas clave para la comunidad logístico-portuaria: la digitalización del sector, la resiliencia de los servicios y el compromiso con el entorno. Líneas de trabajo estratégicas a las que el Covid-19 ha dado un empujón y en las que ahora más que nunca hay que seguir trabajando a base de formación y de incorporación de profesionales con las competencias adecuadas.
Como sector esencial, la comunidad logístico-portuaria ha sabido estar a la altura de las circunstancias y se ha demostrado que la especialización de las empresas contribuye a soluciones de calidad y, en este caso, adaptadas a la realidad. Esto pasa por disponer de equipos de personas con conocimientos amplios del sector logístico y del comercio internacional y a los que, a pesar de ser conocedores de las diferentes ramas o disciplinas del comercio, hay que seguir formando y actualizando constantemente para que los servicios que ofrecen las empresas puedan atenerse a las necesidades de la sociedad y a las evoluciones del sector, desde los aspectos más teóricos, que ayudan a desarrollar las operaciones correctamente, hasta habilidades de trabajo en equipo y uso de herramientas digitales para mejorar la eficiencia de éstas.
No se puede negar que nuestra comunidad ya lleva décadas trabajando hacia la digitalización de procesos para la integración de las operaciones a nivel local y la facilitación de las comunicaciones a nivel internacional y que la creación de los Port Community Systems y de la integración de ventanillas únicas marítimo-portuarias han agilizado enormemente la interacción entre los actores de la comunidad. Sin embargo, hay que seguir caminando hacia sistemas que permitan integrar no solo procesos portuarios, sino elementos de todas las facetas del comercio internacional y de la cadena de suministro, por ejemplo, con el uso de documentación digital o una ventanilla única aduanera. Y esto solo es el primer paso hacia un sector en el que no solamente se intercambien datos, sino que además estos se traten como big data y se pueda obtener un valor agregado de la información recogida para la mejora de la eficiencia de nuestras operaciones, haciendo uso de la inteligencia artificial o del IoT.
Estas mejoras digitales ayudarán a las empresas y a sus trabajadores a optimizar los recursos, a ser más eficientes y, consecuentemente, a reducir el impacto de las operaciones en la sociedad y el medioambiente. Sin embargo, no tenemos que dejar solamente en consideración de un algoritmo o de una máquina estas decisiones. Nuevas directrices como el Green Deal y la propuesta de Ley climática a nivel europeo hacen que el plano medioambiental cada día esté más vinculado a nuestra economía y a nuestro sector, proponiendo más intermodalidad, nuevos combustibles y fuentes de energía, y aplicaciones de estándares más estrictos. El sector del transporte, considerado uno de los que más impacto genera al medioambiente, deberá adaptarse a los límites de emisiones. Por ello, es imprescindible que los miembros de las empresas de nuestra comunidad sean conscientes tanto del impacto que generan como de la posibilidad de salvar al medioambiente algunas emisiones en función de las decisiones que tomen. Una vez más, la formación se convierte en una herramienta clave para facilitar a todas las personas involucradas en las operaciones, medios para poder calcular y ahorrar este impacto, desde la conducción eficiente de camiones hasta el cálculo y la tasación de emisiones.
En esta línea, el proyecto mediterráneo YEP MED pone estos tres ejes principales de relevo cuando el sector más lo necesita. El proyecto, liderado por la Escola Europea, recibirá una financiación de aproximadamente 3 millones de euros con el objetivo de alinear las necesidades del sector logístico-portuario con la formación de las personas que trabajarán en él, en una modalidad de formación centrada en un laboratorio virtual, y con el fin de mejorar de la empleabilidad en el sector.
Gracias a la implicación de 8 comunidades logísticas en el Norte y el Sur del Mediterráneo, la región logrará avanzar hacia un futuro con menos desempleo, más digitalización, menor desigualdad entre hombres y mujeres, y una mayor reducción de emisiones, demostrando que el sector no solo se adapta a la situación, sino que además puede aportar alternativas que hacen que las comunidades logístico-portuarias estén más comprometidas con el entorno económico, social y medioambiental.