La reapertura de la conexión ferroviaria por el Corredor Central entre España y Francia ha dado un nuevo paso con el acuerdo expresado entre los gobiernos regionales de Aragón y Nueva Aquitania, reunidos en la renovada estación de Canfranc. Al encuentro acudieron Renaud Lagrave, vicepresidente de la Región de Nueva Aquitania encargado de Movilidad, y José Luis Soro, consejero de Ordenación del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón, acompañados por Casimiro Iglesias Pérez, director general de Planificación y Evaluación de la Red Ferroviaria, y Muriel Saccoccio, subdirectora de Desarrollo y Gestión de Redes Ferroviarias y Vías Navegables del Ministerio francés de Transición Ecológica.
Cabe recordar que la línea transcurre a través del túnel internacional de Somport, que está en desuso desde 1970. El túnel, de 7.871 metros de longitud, cruza los Pirineos desde Los Arañones en Canfranc (provincia de Huesca) hasta Les Forges d´Abel (departamento francés de los Pirineos Atlánticos), con una longitud en el tramo español de 4.714 metros, y en el tramo francés de 3.157 metros. El tramo a reacondicionar es de tan sólo 33 kilómetros -del total de los 304 que separan Zaragoza de Pau- para unir ambas partes de la frontera.
Ferrocarril de alta montaña
Además de la renovación de la estación de Canfranc, el proyecto ha avanzado recientemente con la finalización de los estudios de convergencia que describen la viabilidad técnica de la circulación de trenes a ambos lados de la frontera franco-española. Los estudios proporcionan la base de todas las acciones que realizará cada Estado en cada tramo de la línea y las inversiones futuras que tendrán que tener en cuenta estas características: la línea internacional Pau – Canfranc – Zaragoza tendrá las características de una línea de “ferrocarril de alta montaña”, con limitaciones inherentes a las pendientes que determinan sus características técnicas.
En este sentido, se especifica una vía única con el ancho UIC estándar europeo, con una carga máxima de 22,5 toneladas por eje, gálibo GB, sistema de control de tráfico ERTMS nivel 1, longitud máxima de tren de mercancías de 450 metros y longitud máxima de trenes internacionales de viajeros de 160 metros. En una segunda fase, a contemplar a partir de 2040, se procedería a la electrificación de la línea a 25 kV. Los estudios han sido financiados por la Comisión Europea en un 50% en el marco del Mecanismo de Conectar Europa (CEF) ya que, desde 2013, la UE reconoce este proyecto como “un eslabón perdido” a restablecer entre Francia y España, con la inclusión de la línea en la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T).

Los socios también acordaron reunir antes de fin de año al grupo de trabajo compuesto por representantes de alto nivel de los socios del proyecto, un encuentro que marcará una etapa decisiva del proyecto con la validación de las principales características de la estructura organizativa que llevará a cabo el trabajo. Este paso también permitirá solicitar nueva financiación europea para la continuación del proyecto de reapertura de la línea internacional Zaragoza – Canfranc (Huesca) – Pau (Nueva Aquitania).