Mejorar la formación y dignificar la profesión, retos del sector logístico

La FP Dual es una modalidad positiva para la empresa y para el joven estudiante porque este aprende combinando teoría y práctica, mientras que la empresa puede encontrar a esos futuros profesionales que necesita en su organización. Este proceso quizás no da sus frutos de forma rápida, pero es una opción que tienen las empresas del sector logístico
para satisfacer sus demandas de profesionales.

El sector de la logística, que agrupa actividades en el ámbito del transporte terrestre, marítimo, aéreo y almacenaje, entre otras, está experimentando un crecimiento importante a nivel de operaciones dado que los flujos del comercio internacional, a pesar de las diferentes crisis acontecidas, sigue estando en unos buenos niveles.

En este sentido, el incremento de la actividad logística, que va acompañada también por una necesidad de incorporar nuevos perfiles profesionales relacionados, sobre todo, con las nuevas tecnologías y los procesos de digitalización, conlleva que a las empresas de este sector les cueste encontrar profesionales preparados y debidamente formados para desarrollar ciertas disciplinas u ocupar determinados puestos de trabajo.

Tradicionalmente, las empresas formaban a sus empleados y una persona joven que entraba a trabajar iniciaba un camino de aprendizaje dentro de la organización y, generalmente, iba progresando internamente, ocupando paulatinamente puestos de mayor responsabilidad o dirección.

Esto, de una manera u otra, se continúa produciendo, pero se utilizan otros canales como, por ejemplo, el de la Formación Profesional Dual, una modalidad positiva para la empresa y para el joven estudiante porque este aprende combinando teoría y práctica, mientras que la empresa puede encontrar a esos futuros profesionales que necesita en su organización. Este proceso quizás no da sus frutos de forma rápida, pero es una opción que tienen las empresas del sector logístico para satisfacer sus demandas de profesionales.

De todas formas, sabemos que, fuera de nuestro entorno, hay bastante desconocimiento sobre el ámbito marítimo-portuario y el logístico. A lo largo de la historia, casi nunca se ha explicado a la sociedad que nuestro sector cuenta con numerosas disciplinas profesionales que van más allá de la actividad en un puerto.

Pero este desconocimiento está empezando a cambiar porque el propio sector está dando a conocer que la logística genera riqueza y puestos de trabajo, además de tener un peso relevante en el PIB del país que, en el caso de Catalunya, algunas entidades sitúan entre el 12% y el 14%.

Además, se han puesto en marcha otras iniciativas como, por ejemplo, la creación del Institut de Logística de Barcelona (ILB) en septiembre del año pasado que está ubicado en el World Trade Center y del que el puerto de Barcelona ha sido impulsor. En este centro se ofrecen diversos cursos y grados de Formación Profesional, entre ellos, el de Comercio Internacional y el de Logística y Transporte. 

Los jóvenes que cursan estos estudios quizás no estén, todavía, suficientemente preparados, pero tienen que ser las empresas las que aporten su grano de arena y los contraten para que, progresivamente, adquieran unos niveles de conocimiento superiores. Es importante destacar que todos los que estamos en este sector, empezamos a aprender de verdad cuando nos pusimos a trabajar.

Los programas formativos de las asociaciones profesionales se van adaptando a la realidad y a las necesidades concretas del sector logístico

Por otro lado, la práctica totalidad de las asociaciones profesionales del sector disponen de programas de formación inicial y continua que permiten a los jóvenes y no tan jóvenes profundizar en los diferentes conocimientos que son esenciales para desarrollar nuestras profesiones. Este es el caso del Colegio Oficial de Agentes de Aduanas y Representantes Aduaneros de Barcelona que, además de organizar numerosos cursos relacionados con la gestión aduanera, también imparte sesiones y seminarios que abordan otros temas de máxima actualidad.

También es importante destacar que, cada vez más, estas asociaciones profesionales y las empresas que las conforman están estrechando los lazos con el mundo académico y el de la enseñanza. Y, gracias a este contacto, los estudios y programas formativos se van adaptando a la realidad y a las necesidades concretas de nuestro sector.

Otro aspecto relevante que hay que potenciar, aunque ya hay iniciativas concretas al respecto, es la introducción de las nuevas tecnologías en los programas de los centros de formación, sea de la índole que sea. Las nuevas generaciones que tienen que incorporarse al mercado laboral son muy hábiles en el manejo de dispositivos electrónicos y, por ello, pueden encontrar muy interesante formarse en el sector logístico utilizando nuevas herramientas como la simulación o la gamificación. Sin duda, para un joven va a ser más interesante aprender jugando que no escuchando teoría.

Asimismo, como a los jóvenes, en términos generales, les gustan las nuevas tecnologías y los retos, la gamificación y la simulación digital puede ser una fórmula que permita hacer aflorar el talento que puedan tener y, en consecuencia, que quieran incorporarse a trabajar en el sector logístico.

Nuestra misión es la de ofrecerles un amplio abanico de salidas profesionales en el diversificado mundo logístico para empezar a contrarrestar el desconocimiento de la sociedad, en general, y de los jóvenes, en particular, que asocian la palabra “logística” a únicamente transportar y mover paquetes o contenedores.

En este sentido, últimamente se habla mucho de la escasez de conductores para el transporte terrestre de mercancías. Se trata de un problema bastante grave dado que cualquier operación logística, incluso con parte marítima o aérea, tiene un tramo en camión.

Los jóvenes que cursan estudios quizás no estén, todavía, suficientemente preparados, pero tienen que ser las empresas las que aporten su grano de arena y los contraten para que, progresivamente, adquieran unos niveles de conocimiento superiores.

Creo que se ha llegado a esta situación porque a este segmento de actividad y a los profesionales que se dedican se les han ido reduciendo los alicientes e incrementando los inconvenientes: muchas horas de trabajo, devaluación de los sueldos, incremento de costes (energéticos, vehículos, etc.), mayor control y normativas, poca o deficiente seguridad en las carreteras y áreas de descanso, y un largo etcétera. Además, el coste de la formación para ser un conductor profesional es elevado y lleva su tiempo obtener todos los permisos y documentos de capacitación.

Ante este panorama, y dado que los años pasan y los profesionales se jubilan, hemos llegado a una situación comprometida: la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU) estima que, para el 2026, Europa podría carecer de más de dos millones de conductores, lo que afectaría a la mitad de todos los movimientos de carga y a millones de viajes de pasajeros.

No es fácil cambiar esta situación. Por esta razón, tienen que ser las empresas del sector logístico las que, apoyadas si o si por las distintas administraciones públicas, empiecen a dar a conocer que la profesión de transportista tiene futuro y que ya se está empezando a trabajar para ir revirtiendo los problemas que sufren los profesionales de la conducción.

El relevo generacional es inevitable, pero todos tenemos que poner algo de nuestra parte para dignificar al sector y ofrecer una formación que permita a los jóvenes adquirir aquellas capacidades y aptitudes que los van a llevar a tomar la decisión de quedarse y formar parte del mundo de la logística, siempre y cuando estén bien remunerados y tengan unas buenas condiciones de trabajo.