La movilidad, la logística, los puertos y el transporte han estado en el foco de atención en el que, esperamos, se considere el único año del Covid. La cadena logística ha demostrado lo que siempre ha sabido hacer que es moverse como pez en el agua bajo situaciones de presión y estrés. De todas formas, es bienvenido el reconocimiento y aplauso que seguro tendrán que ser recordados a desmemoriados.
En nuestra revista de abril/junio, hemos querido recoger la opinión de presidentes de organizaciones, presidentes de puertos y directivos de empresas de la comunidad logística portuaria sobre el impacto de la pandemia. Muchos de ellos lo han hecho con una imagen ahora nunca habíamos visto como es la del teletrabajo, que en unos meses nos ha pasado a ser familiar.
Reflexiones algunas contrapuestas, pero que la mayoría confluyen en las estrategias y recetas que se deberán planificar para salir del contagio de crisis económica que también nos ha llevado el coronavirus.
La opinión es unánime en que la comunidad logística portuaria ha recibido el reconocimiento de la sociedad. Su trabajo por mantener la cadena de suministro en el estado de alarma es y ha sido determinante.
La mayoría de los entrevistados coinciden en que el comercio exterior será por un tiempo el máximo responsable para sustentar la economía, en espera que otros sectores como el turístico y servicios puedan recuperar la normalidad.
Los entrevistados más optimistas esperan que en el último trimestre del año se empiecen a recuperar los tráficos portuarios. Se prevé que en el 2021 vuelva la normalidad, aunque hasta al menos en el 2023 no se volverán a recuperar los números del 2019, a no ser que antes una vacuna acelere todo el proceso.
Sobre los hombros del comercio exterior recaerá, por un tiempo, el sustento de la economía en espera que sectores como el turístico puedan recuperar la normalidad
Capítulo aparte merece la carga aérea. En la aviación la crisis del Covid-19 ha tocado hueso.
La mayoría coincide en que la remontada está asegurada, pero puede ser más lenta de lo previsto en un principio.
Sobre si la crisis del Covid-19 destruirá puestos de trabajo en el sector logístico, a pesar de no ser de los más afectados, se han presentado ERTEs y se han producidos despidos sonados. Aún así, con la pérdida de 40.000 puestos en la logística española, como primeros datos, se prevé que está situación se revierta al ser el transporte una de las actividades menos afectadas.
También se apunta la recolocación de profesionales logísticos con experiencia en los marketplace actuales y futuros, las compañías fortalecidas por el confinamiento.
Un gran porcentaje, menos la excepción de los más agnósticos, apuntan a que la pandemia será un punto de inflexión y que debe hacernos reflexionar para aprender. La experiencia tiene que aprovecharse para mejorar la economía y la sociedad, con las personas en el centro de atención. A pesar de la crisis, se apuesta firmemente en la lucha contra la emergencia climática que ahora se entrevé en el horizonte como la nueva crisisi global.
El coronavirus remueve el mapa de la producción mundial. Los entrevistados afirman que podría producirse una recolocación de la industria a regiones más cercanas, por lo que el comercio entre Asia y Europa se vería sacudido. No se especifica el periodo de tiempo, pero la crisis Covid podría llevarnos a una denominada regionalización globalizada. Esta nueva tendencia supondría reevaluar cuáles pueden ser los nuevos mercados estratégicos.
Una de las cuestiones sobre las que se detectan mayores coincidencias es que en esta crisis las administraciones tienen que tener un papel determinante, con inversiones y ayudas. Los organismos públicos intervinieron en primera instancia para inyectar liquidez al sector, y facilitar a las empresas sus operaciones. Una ayuda que deberá ser multimillonaria y seguir acompañando a personas y empresas para que no ocurra como en el 2008.
No se cuestiona que el teletrabajo seguirá. Incluso mejorará la productividad y permitirá la conciliación de la vida familiar, también. Aunque algunos puestos de trabajo deben seguir siendo presenciales, hay empresas que han visto como el teletrabajo les ha permitido continuar con el negocio y se proponen incorporarlo a su estructura de forma definitiva.
Todos los entrevistados esperan que las relaciones personales a nivel profesional vuelvan cuanto antes, aunque todavía ven lejos el día de los reencuentros. También arden en deseos de poder asistir a los principales acontecimientos del sector, algunos ya suspendidos hasta el 2021. El trato personal nunca podrá ser substituido por las videconferencias, aseguran.
El futuro post-Covid se ve con cierto optimismo, con profundos cambios como la mencionada nueva regionalización de la producción. Un cambio de mirada a nuevos mercados más próximos que revertirá en un transporte más sostenible. Un aspecto este último que se ha visto reforzado con esta crisis.
Quizás se realicen menos viajes de trabajo por las medias sanitarias y por las capacidades demostradas por las videoconferencias. Las nuevas tecnologías y la digitalización también se sitúan como ejes del futuro horizonte logístico.
Los expertos, responsables y directivos muestran fuerza, confianza y persistencia para seguir adelante, porque el mercado, aunque algo mermado, sigue donde lo dejaron. Un sector que tiene grandes expectativas de recuperación, mientras las administraciones públicas y entidades financieras mantengan las facilidades impulsada y la liquidez económica. Ganas se nota que no faltan.