La nueva generación de submarinos de la Armada ha sido objeto de una nueva conferencia dentro de un ciclo de actividades emprendido por la Comandancia Naval de Bilbao. En esta ocasión, más de un centenar de asistentes conocieron algunos de los pormenores de la nueva clase de submarinos Isaac Peral (S-80 Plus34), “el terror de los mares”, según fue definido.
La conferencia fue presentada por el comandante naval, capitán de navío Tomás García-Figueras, y corrió a cargo del capitán de corbeta, Damián Niebla, quien estará al mando de la segunda unidad operativa S-82, “Narciso Monturiol”. A pesar de su juventud, Niebla atesora una importante experiencia y ha superado el exigente curso de comandante de submarinos de la armada noruega.
La presentación contó con la presencia del presidente de UniportBilbao, Jimmy Jaber, el presidente de Ateia Bizkaia, Victor Martín; la presidenta de ACBE, Virginia Navarro, el presidente de la AVCCMM, Patxi Odiaga; el presidente de Astilleros Murueta, Juan Arana; el subdelegado del Gobierno, Vicente Reyes; Roberto Castilla, de Brittany Ferries; Daniel Crespo, de Noatum; el capitán marítimo, Carlos García; el presidente del Propeller Club Bilbao Port y decano de la Delegación Territorial del País Vasco del Colegio Oficial de Ingenieros Navales de España, José Luis Grijalvo; y el decano del cuerpo consular, entre muchos otros.
Solo 10 países tienen capacidad para construir submarinos de combate
Damián Niebla explicó el contexto en el que se decide la construcción de la nueva clase de submarinos como “arma táctica disuasoria”, allá por 2004. Tras un paréntesis debido a problemas técnicos de diseño, el programa se retomó en el 2017 y ahora se acerca la entrega del primero de los cuatro previstos. El “Isaac Peral (S-81) se entregará el próximo 30 de noviembre. El segundo está “al 75% de su construcción en Cartagena” y se espera su entrega el año próximo. En la cadencia de entrega, para el 2025 se espera al “Cosme García” (S-83) y el “Mateo G. de los Reyes” (S-84) navegará en el 2026.
El arma submarina de la Armada ha ido menguando con el paso de los años y, en la actualidad, sólo queda un submarino en operación de la case S-70 “Galerna”, de los 8 que llegaron a ser hace unos años. Con la entrada progresiva de las nuevas unidades se mantiene un número mínimo operacional, teniendo en cuenta que cada unidad tiene que pasar una gran revisión cada 7 años, una parada que conlleva un año de inactividad.
El ponente explicó algunos de los pormenores de la vida a bordo y aclaró algunas dudas, como las tripulaciones mixtas, la velocidad de desplazamiento, los sistemas de propulsión o las misiones conjuntas. Como curiosidad, señaló que un submarino “adelgaza” una tonelada por día, con lo que debe reponer no sólo aire, sino agua de lastre para poder sumergirse.

Propulsión anaeróbica
En lo referido a la propulsión, las dos primeras unidades incorporan motores atmosféricos, lo que reduce su tiempo de permanencia bajo el agua. Las dos segundas unidades incorporarán el nuevo sistema anaeróbico (AIP- Propulsión Independiente de Aire) permite funcionar a los motores diésel que alimentan la propulsión eléctrica durante más tiempo sin necesidad de emerger a superficie, el momento de mayor vulnerabilidad para la nave. Tanto el S-81 como el S-82 recibirán sus motores AIP en sus futuras primeras paradas programadas.
Los nuevos submarinos de la Clase S-80 pueden realizar inmersiones continuadas durante 44 días y recorrer hasta 6.500 millas náuticas. Viajan a 19 nudos en inmersión (10 nudos en superficie) y pueden sumergirse hasta los 350 metros con total seguridad. Su eslora es de 81 metros y el diámetro es de 7,3 metros, dando cabida a una tripulación operativa de 40 personas. Incluye 6 tubos lanzatorpedos y puede embarcar hasta 16 armas entre misiles, torpedos y minas.

Desafío tecnológico
La construcción de estos buques supone un desafío tecnológico y económico. Se trata de un producto tan sofisticado y sin margen de error que la formación y la especialización de las tripulaciones es esencial. Sólo 10 países en el mundo tienen capacidad de construir submarinos de combate, lo que abre una oportunidad de comercialización a terceros. Por el contrario, el mantenimiento de estos aparatos absorbe más de un tercio de todo el gasto del conjunto de la flota.
La nueva gama de sumergibles que Navantia construye en Cartagena muestra la capacidad tecnológica de España y su industria, así como “la capacidad de integración” de diferentes tecnologías procedentes de diversos países y proveedores. El programa es una posibilidad de crear empleo a largo plazo (unos 6.000 puestos de trabajo) y una valiosa oportunidad para mostrar mundialmente nuestra capacidad industrial. Muchos de los avances terminarán teniendo también su aplicación en la industria civil, generando oportunidades económicas a medio plazo.