El puerto de Bilbao vive una inusual paz social interna tras un periodo convulso en una “tormenta perfecta”: a las crisis internacionales provocadas por el Covid-19, la saturación de la cadena de suministro, la guerra en Ucrania y las congestiones portuarias, se sumaban los efectos de los desacuerdos en el sector de la estiba, situación a la que se sumó el conflicto del transporte de mercancías por carretera.
Bilboestiba CPE, OUTPB-Coordinadora Puerto de Bilbao y UGT Estiba analizan el acuerdo que pacificó la estiba en el puerto de Bilbao
En este contexto empresas y trabajadores de la estiba en Bilbao fueron capaces de negociar un acuerdo de larga duración, nada menos que seis años, en el que todas las partes se dejaron “pelos en la gatera” para alcanzar un punto de encuentro en el que los actores reflejaron la “altura de miras y el compromiso” por parte de empresas y sindicatos. El convenio, firmado en mayo pasado y presentado en septiembre contó con el respaldo del 100% de las empresas y el 75% de los trabajadores representados.
Un punto de partida
Una vez finalizado el año, es momento para realizar un análisis del tan “insólito” acuerdo con las partes implicadas, ahora superado en duración por un acuerdo similar en el puerto de Barcelona. Así, se ha reclamado la opinión de los representantes de Bilboestiba CPE, José Manuel Guardo y Ángela Iriarte; Iñaki Urueña y Fernando Vázquez, representantes de OUTPB Coordinadora Puerto de Bilbao; e Israel Ruiz, responsable estatal de UGT Estiba.
“El convenio no es un punto final, sino un punto de partida”
A pesar del acuerdo, en el puerto de Bilbao los resultados no terminan de verse una recuperación sólida de tráficos, más allá de los productos energéticos que han crecido por la influencia del conflicto ucraniano. Y es que las aguas bajan revueltas en el comercio internacional. En el puerto de Bilbao, la media histórica estaba en la contratación de 65.000 jornadas anuales en la estiba y en el 2022 han sido tan solo 62.500 jornadas, sumando un mes de enero del 2023 especialmente negativo, con lo que no se llega a cumplir los mínimos para incorporar nueva plantilla.
Tanto Guardo como Urueña y Ruiz señalan el “ejercicio de responsabilidad” realizado por ambas partes para recuperar la confianza entre la parte empresarial como en la social. A partir de marzo pasado, el acercamiento entre las partes se hizo más evidente y ahora se ha comenzado un “camino de construcción” a partir del acuerdo y el convenio. “Hemos puesto las bases para construir” durante los próximos años una nueva realidad y se ha conseguido “un punto de partida”, consensuan.

En este sentido, la falta de encuentro propició una huelga de 57 días, pero “no fue la parte fundamental” sino una fase más del “largo proceso” que ahora sigue adelante con reuniones y conversaciones. Una huelga en la que “nos equivocamos todos, también la Autoridad Portuaria”, señalan desde la parte social. Según Ángela Iriarte, el mayor cambio se produce por la “capacidad de diálogo” y el intento de construir, “más allá de quien gana y quien pierde”, buscando intereses comunes. A partir del paro, se perdieron algunos tráficos en beneficio de otros puertos. Unos han regresado a Bilbao, otros no lo harán nunca.
Para el representante de UGT, el punto de inflexión que supuso la amenaza del cierre del CPE sirvió como punto de partida por la “amenaza de desregulación del sector”. El cambio de actitud de las empresas ha servido para respetar los derechos de los estibadores, el mantenimiento de los empleos y la creación de más puestos de trabajo a futuro. Este aspecto también es reseñado por Israel Ruiz, para quien “la mejora en la organización del trabajo, a cambio de cesiones, servirá para el mantenimiento del empleo y la creación de nuevos puestos de trabajo”.
En opinión de Iñaki Urueña y Fernando Vázquez, representantes de Coordinadora, el nivel de desconfianza se había ido incrementado por los diversos cambios normativos que han afectado a la estiba a lo largo de los años. El hecho de “escucharnos”, respetar derechos y admitir flexibilidades por ambas partes, ha sido fundamental. El profundo análisis de la situación ha resultado “educativo” y sirvió para recapacitar en el momento preciso.
Destaca Guardo el “grado de dedicación” de los representantes de las partes, dedicando muchas horas, porque estábamos convencidos de que “había que llegar” a un arreglo, a pesar de que seguimos negociando en muchos otros campos. Se trata de que el puerto de Bilbao pueda ofrecer el servicio que los barcos y las navieras esperan y desean. Iñaki Urueña dice que “nadie pensó que iba a ser fácil” ni que los tráficos crecerían de forma automática, se trata de un proceso a más largo plazo.
Las bases del acuerdo que se anunciaron, agilidad, eficiencia, productividad y garantía de servicio en la operativa portuaria, se mantienen vigentes, aunque Urueña, Vázquez y Ruiz señalan que “estas características ya estaban presentes” en el puerto de Bilbao antes del acuerdo y defienden la profesionalidad y buen hacer de los trabajadores de la estiba durante años. Un punto en el que los representantes de Bilboestiba coinciden y señalan un nuevo clima de entendimiento, a pesar de los puntos de desencuentro.
Empresas y sindicatos han recuperado el clima de entendimiento
Por tanto, lo más importante ha sido “un cambio en el clima” y los sindicatos dicen estar trabajando para avanzar, crecer y “poner nuestro grano de arena” para que Bilbao sea el puerto más grande de la zona norte. “Ése es nuestro fin, compartido con las empresas” y señala Fernando Vázquez que “históricamente” en el puerto de Bilbao había habido “un clima de entendimiento” entre empresas y trabajadores, más allá de las diferencias, salvando este último tramo de desconfianza. Para Israel Ruiz, no había otra solución que “sentarse y llegar a acuerdos”.
Ahora, en el puerto de Bilbao el clima es mucho mejor que entonces, achacado al cúmulo de circunstancias que arrancaron en el 2014, con una instabilidad normativa, unida a los problemas propios de cada empresa. Según señala Israel Ruiz “este modelo es exportable” a otros puertos del sistema, si bien se queja de que los enclaves portuarios con mayor presencia de Asoport, los puertos más pequeños, se enfrentan a una desregulación de las condiciones de la estiba, lo que conllevará una pérdida en la calidad del trabajo.

Cesiones y aportaciones
Para todos los sectores que se vieron perjudicados por el conflicto -larvado o expreso- tanto representantes de la parte social como de la parte empresarial defienden un acuerdo “que es bueno para todo el ecosistema portuario”, también para las empresas no directamente involucradas, pero sí de forma indirecta (transitarios, cargadores, transportes…) y que esta situación “repercute positivamente” en cargadores y operadores. En este punto, el representante de UGT señala que los “abusivos servicios mínimos” decretados durante la huelga de casi dos meses del año 2020 “minimizaron los daños”.
El acuerdo supuso cesiones por todas las partes. Unos reivindican una congelación salarial sobre la congelación anterior y otros ponen en valor sus pérdidas empresariales, las inversiones millonarias, la inseguridad, etc. Pero, con el acuerdo, ahora se abren otros ámbitos de negociación, como la organización de trabajo, con un talante de “afrontar nuevos retos” y lo más importante, “trabajar en conjunto, en colaboración” buscando márgenes de mejora en el servicio. En este sentido, ambas partes valoran que la reducción de salarios “ensalza aún más el compromiso del trabajador”, de la mano de las empresas para lograr un beneficio mutuo de cara al futuro.
“En la huelga nos equivocamos todos, también la Autoridad Portuaria”
Así, Vázquez señala que “la parte social va a asumir un mayor esfuerzo en el futuro más próximo” pero continúan trabajando por la estabilidad, para proseguir reduciendo el margen de mejora en base a la formación profesional y la prevención de riesgos, entre muchas otras. Por parte empresarial, se está trabajando en la consecución de sistemas de calidad y medioambiente y en una cuestión de la mayor importancia como es el sistema de llamamiento, el actual “caballo de batalla” por el cambio de servicios, de flexibilización en la organización del trabajo. En los muelles “todo el mundo no trabaja todos los días” y hay que gestionar un sistema muy complejo para evitar disfunciones. José Manuel Guardo señala que “por nosotros no va a quedar” y para ello cuentan con la colaboración expresamente refrendada por la parte social.
Industria portuaria
Tanto los representantes de las empresas como de los trabajadores coinciden en que “es deseable” una mayor participación institucional que debiera considerar al sector portuario como una industria más, a nivel de inversiones, pero como la primera industria de Bizkaia, por el nivel de actividad que produce y su influencia en el PIB. “Todo lo bueno y lo malo que pasa en el puerto de Bilbao influye en la economía vasca”, señala Iñaki Urueña, quien desea una mayor implicación de la Administración -que, o llega tarde o no llega- porque “el puerto de Bilbao tiene que ser un objetivo estratégico” de la Administración vasca, en palabra de José Manuel Guardo. Los representantes de OUTPB Coordinadora Puerto de Bilbao y de UGT Estiba asienten.