El Departament de Territori de la Generalitat de Catalunya instalará 22 plantas fotovoltaicas en los espacios liberados por los peajes para abastecer de energía a los 6.000 quilómetros de carreteras catalanas. Se trata de una actuación que ya está en marcha y que supondrá una inversión de 32,5 millones de euros.
“Debemos avanzar de forma decidida hacia las cero emisiones en el sistema de movilidad para el 2050. Para ello, no solamente debemos mejorar el parque de vehículos, sino revisar cómo construimos carreteras, cómo las mantenemos y, además, cómo las gestionamos”, destacaba la consellera de Territori, Ester Capella.

Con esta actuación, se busca que la red de carreteras aporte energía limpia y que se convierta “en un recurso al servicio de la descarbonización y afrontar la emergencia climática”. Capella explicó que se utilizan las carreteras en la ampliación del parque fotovoltaico para no depender de espacios no urbanizables.
De este modo, además de fomentar el autoabastecimiento de las carreteras catalanas, el Departament de Territori ha anunciado que se generarán excedentes “para ponerlos a disposición de la ciudadanía, al mismo tiempo que abaratamos los costes de la energía para el conjunto de la población”.
Los espacios liberados por los peajes acogerán las instalaciones fotovoltaicas
En la mayoría de actuaciones, las placas se instalarán en el entorno de las entradas de diferentes túneles. No obstante, las intervenciones “más relevantes por lo que respecta a superficie y energía que se generará” se desarrollarán en los espacios liberados de los antiguos peajes de las autopistas C-32 norte y C-33.
En este sentido, antes de que finalice el año se desmontarán las cabinas que restaban como tareas preparatorias de cara a la instalación de las placas. De este modo, el parque fotovoltaico que se prevé en el nudo de la C-58 con la AP-7 será el que generará la mayor parte de la energía que consume la red viaria de la Generalitat.