
Francisco Zaragoza
El pasado mes de diciembre del 2020, se publicó una interesante edición en la revista de El Canal Marítimo y Logístico, cuyo denominador común era el futuro de la logística. Es este monográfico una serie de profesionales versaban sobre el devenir logístico, en su mayor parte mujeres. Me agrado comprobar que, pese al retraso endémico que sufrimos en nuestro país, este colectivo se va haciendo, como no podía ser de otra manera, con el gobierno de entidades de este sector.
Se me tachara, retrogrado, en base a mí afirmación anterior, pero vayan algunos ejemplos que lo justifican y que, a la vez, pueden ser históricos:
1.- Muelle de Bosch i Alsina (puerto de Barcelona) a mediados del siglo pasado y tras el derribo de los dos tinglados existentes en el mismo, se aprovechó la explanada resultante para la recepción de madera en tablas de importación. De ello el nombre que se le conoce en la actualidad. La madera provenía mayoritariamente del Norte de Europa o de Yugoslavia. En el caso del primer origen, la madera era estibada por mujeres, que por cierto no dejaban un espacio libre, y era a decir de los capitanes de la época, donde la carga era más eficiente. En la entonces Estibarna, las primeras mujeres aparecen en su censo en 1997.
2.- Muchos exoficiales tanto de puente como de máquinas, siempre narraban a este autor la sorpresa que les causaba en sus viajes a distintos puertos del mundo comprobar que había mujeres al mando de buques. Abundaban en Rusia y antes de 1940 ya encontramos casos. En España tenemos un caso extraordinario de una mujer con mando en puente en 1961. En la Facultat de Nàutica de Barcelona, encontramos el primer caso en 1994.
3.- La Guardia Civil en el siglo pasado y en los servicios aduaneros que prestaban, en fronteras, puertos y aeropuertos tenía una sección cubierta por mujeres “matronas”, compuesta generalmente por mujeres cuyos familiares servían o habían servido en dicho cuerpo, para cubrir el cacheo a mujeres, en evitación del contrabando. Estas mujeres, por lo general, tenían el rango de guardia. La mujer pudo ingresar en las fuerzas armadas a partir de la Ley 1-1988 del 22/2 de febrero del mismo año.
4.- La Aduana de Barcelona, en el edificio principal, a mediados del siglo pasado únicamente en plantilla había dos mujeres prestando sus servicios como funcionarios. Una de ellas casada y cuyo marido ejercicio como tal, pero en las dependencias del muelle. Bien, estas mujeres no tenían servicios sanitarios específicos a su condición.
Es saludable mirar atrás para saber en dónde estamos y de dónde venimos, en especial las mujeres que, por su condición de tales, el camino fue y es mucho más tortuoso. Por el bien general y de ellas el particular, que en los años venideros se corrija esta deficiencia.