Proyecto “12 millas”: conocer para proteger el patrimonio marítimo

El conocimiento de la situación exacta del patrimonio marítimo es esencial para poderlo proteger ante el expolio. Esta es la principal conclusión de la conferencia sobre “Los pecios de la I y II Guerra Mundial en la costa de Vizcaya”, que tuvo lugar “a bordo” de la Comandancia Naval de Bilbao.

Ante un auditorio abarrotado y con la presentación de Tomás García-Figueras, comandante naval, expusieron el historiador, arqueólogo, buceador profesional y marino mercante, Xabier Armendáriz, por un lado, y el capitán de Fragata Óscar Ortega, jefe de Planificación y Control de la Sección de Hidrografía y Cartografía del Instituto Hidrográfico de la Marina, por otro.

Entre los asistentes se encontraban el presidente de UniportBilbao, Jimmy Jaber; el presidente del Propeller Club de Bilbao, José Luis Grijalvo; el presidente de la AVCCMM, Patxi Odiaga; y el director de Itsasmuseum, Jon Ruigómez, entre muchos otros.

Proyecto de 20 años

Xabier Armendáriz explicó el proyecto “12 millas”, con 20 años a cuestas y con, al menos, otros dos por delante. Se trata de proyecto para localización e identificación de estos pecios que yacen, muy próximos, frente a la costa vizcaína.

Es remarcable que, durante las dos guerras mundiales, la costa de Vizcaya fue escenario de diversos enfrentamientos navales entre los contendientes. Y más curioso aún que los 8 buques hundidos en los combates están concentrados en las 12 millas que distan entre Bermeo y Barrica.

Asistentes a la conferencia

Según Armendariz, esta circunstancia puede deberse a que los buques buscaban las cercanías de las costas, zona teóricamente protegida de los ataques enemigos, y confundirse con el perfil de los acantilados.

Los bandos en contienda destinaron diversas naves -sobre todo submarinos- para evitar el comercio de materias primas en tiempo de guerra, atacando y hundiendo tantos buques como fuera posible.

Como dato, sólo en la I Guerra Mundial se perdieron 50 barcos vascos. Armendariz destacó que, en esta contienda, el submarino alemán mandado por Erwin Wassner envió al fondo del mar a 69 buques, cuatro de ellos en las costas vizcaínas: “Farmand”, “Tiger”, “Leikanger” y “Cortes”.

En la II Guerra Mundial la situación dio un giro de 180 grados y fueron los submarinos aliados los encargados de la vigilancia de las costas vascas e hicieron naufragar a los buques “Haltelbank”, “Nordfels”, “Hochheimer” y “Baldur”. La memoria de estos sucesos históricos continúa presente, encapsulada en los pecios que reposan en las aguas cercanas a la costa.

El estudio de los restos y su contexto histórico, con el auxilio de las nuevas tecnologías, permite conocer mejor el patrimonio subacuático y recuperar sucesos ahora casi olvidados.

El salón “Juan Sebastián Elcano” registró un lleno absoluto

Obligación moral

La segunda parte de la conferencia corrió a cargo de Óscar Ortega y trató sobre el papel de la Armada en la protección del patrimonio subacuático y los pecios. Señaló que la Armada tiene “la obligación moral” con los marinos de proteger su descanso en el fondo del mar y el entorno.

Explicó Ortega los medios con los que cuenta hoy día la flota para realizar los estudios de hidrografía y cartografía, con sus dos principales buques “Malaspina” (A31) y “Tofiño” (A32), apoyados por otros medios como lanchas, ROVs, drones, etc.

El programa de construcciones prevé la sustitución a medio plazo de estos veteranos buques por unidades más modernas que permitan desarrollar con total garantía el trabajo encomendado.

Cabe recordar que la próxima convocatoria del Propeller Club País Vasco-Puerto de Bilbao, el próximo 9 de noviembre, tendrá lugar en los salones de la Comandancia Naval de Bilbao (por invitación de su comandante, Tomás García – Figueras), y que la oradora será Carolina Pérez Toledo, la primera mujer en asumir la presidencia de la Confederación Empresarial de Bizkaia (Cebek).