El puerto de Cartagena ambiciona convertirse en uno de los más ecológicos y respetuosos con el medio ambiente en el Mediterráneo. Con este fin promueve un Código de Buenas Prácticas, entre las compañías concesionarias, con el propósito de unificar comportamientos de conducta a través del compromiso de las empresas que operan en el puerto a través de la práctica de actuaciones respetuosas medioambientalmente.
Este Código de Buenas Prácticas ha sido adoptado por una nueva empresa que opera dentro de las instalaciones portuarias, la compañía Masol, dedicada a la producción de biodiesel dentro del ámbito portuario. Gracias a esta adhesión, Masol obtendrá como incentivo la aplicación de bonificaciones en las tasas de actividad por uso de dominio portuario. Por su parte, será de obligado cumplimiento que el 50% de dicho descuento sea destinado a inversiones relacionadas con el medio ambiente y la eficiencia energética.
Masol se une a otras compañías para promover la sostenibilidad
Cabe recordar que la compañía Masol es miembro de la plataforma de Compromiso por el Desarrollo Sostenible del puerto de Cartagena, una agrupación que ya integra a un total de 25 organizaciones que se unen para trabajar juntas en la consecución de una comunidad portuaria más sostenible, equitativa y próspera, basada en los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) de Naciones Unidas.
Masol se une así a las firmas Terlocar (Terminal Logística de Cartagena), Repsol, Enagás, Ership y Bunge a la hora de promover la sostenibilidad medioambiental impulsada por la Autoridad Portuaria de Cartagena, junto a Puertos del Estado. La presidenta de la APC, Yolanda Muñoz y el apoderado de Masol, Pier Giusseppe Polla, han formalizaban el acuerdo con una rúbrica en las instalaciones del organismo público, resaltando Muñoz que “tenemos que centrar nuestros esfuerzos en que exista un equilibrio entre la actividad portuaria y la protección medioambiental y para eso es necesario el apoyo conjunto de toda la comunidad portuaria”
La presidenta del puerto de Cartagena explica que se debe avanzar hacia un “modelo productivo de economía circular donde la sostenibilidad sea la punta de lanza de nuestra rentabilidad”, reduciendo el consumo de materias primas, de agua y de fuentes de energía, al tiempo que se apuesta por la reutilización, por el uso de la tecnología y la innovación con el fin de salvaguardar y proteger el hábitat natural.