El buen estado financiero del puerto de Barcelona, a consecuencia del trabajo que se ha hecho hasta ahora, nos permitirá poner en marcha el máximo de inversiones en los próximos meses para acelerar la recuperación, priorizándolas teniendo en cuenta los criterios de eficiencia y de rendimiento social, ambiental y económico
La presidenta del puerto de Barcelona, Mercè Conesa, ensalza el papel resiliente y de compromiso que ha tenido la comunidad portuaria desde el minuto cero del estado de alarma. “El Port de Barcelona y su comunidad portuaria son un motor económico esencial, además de infraestructura crítica imprescindible para garantizar los servicios básicos a la ciudadanía. Pero la relevancia que este hecho nos otorga en una situación como la actual no significaría nada sin la implicación que han tenido, y están teniendo, desde el inicio del estado de alarma todos y cada uno de los trabajadores que integran los diferentes eslabones de la cadena logística”.
“Es cierto que, en muchos casos, estos profesionales no ven totalmente reconocida la importancia de su labor pero creo que uno de los aspectos positivos de esta pandemia ha sido, precisamente, que la sociedad ha conocido mejor la aportación que todos ellos hacen para garantizar nuestro bienestar”, añade la presidenta del puerto de Barcelona.
“Yo misma he agradecido públicamente, en diversas ocasiones, esta implicación de los profesionales que forman la comunidad logística, lo que ha permitido al Port de Barcelona que, desde el inicio del estado de alarma, hayamos podido garantizar a nuestros clientes el cumplimiento de los servicios esenciales para el mantenimiento del suministro de las mercancías, facilitando la operativa logística y el correcto aprovisionamiento a las diferentes industrias”.
Asimismo, manifiesta Conesa, “también quiero agradecer las iniciativas solidarias protagonizadas por distintos colectivos portuarios, como es el caso de los agentes de la Policía Portuaria ayudando a los vecinos con los encargos de la compra y la farmacia, y de los estibadores con la importante aportación económica realizada a la Sanidad pública”.
Respecto a la posición que ocupará el comercio exterior y el puerto catalán en la recuperación económica, Mercè Conesa opina que “el Port de Barcelona tiene una capacidad notable para impulsar la generación de negocio en su hinterland. Nuestra comunidad portuaria está formada por más de 500 empresas y 41.000 trabajadores; somos el puerto con más dimensión económica del Estado, aportando aproximadamente el 1,7% del PIB de Catalunya, y el primer puerto por valor de las mercancías (más de 86.000 millones de euros en el 2019)”.
“A esta potencia tenemos que añadir el buen estado financiero del Port de Barcelona, a consecuencia del trabajo que se ha hecho hasta ahora, lo que nos permitirá poner en marcha el máximo de inversiones en los próximos meses para acelerar la recuperación, priorizándolas teniendo en cuenta los criterios de eficiencia y de rendimiento social, ambiental y económico. Por tanto, estoy convencida de que seremos uno de los actores principales en la agilización de la recuperación y palanca para la reanudación de la actividad empresarial en los próximos meses”.
Además, añade Conesa, “el Port de Barcelona ya ha puesto en marcha un Plan de Choque de Medidas Económicas cuyo fin es minimizar al máximo los efectos negativos de la crisis sanitaria en la economía, sobre todo entre los concesionarios y clientes. Con este plan ponemos a disposición del tejido empresarial unos 56 millones de euros para aguantar el golpe de la pandemia. Algunas de estas medidas, ya conocidas, son el pago inmediato a proveedores; el fraccionamiento de pagos a nuestros clientes; la suspensión de cobros a clientes y concesionarios; la facilitación de los aplazamientos de pagos de determinadas tasas portuarias; o la tarifa plana de almacenamiento para contenedores de importación, entre otras”.
“En las medidas económicas de choque también se contempla la rebaja de las tasas de concesiones, la reducción de las tasas de ocupación y de actividad que puede suponer para este año 2020 un ahorro para los concesionarios del Port de Barcelona de hasta 9,6 millones de euros. Estas bonificaciones de las tasas se tendrán que solicitar para cada concesionario y aprobadas por el Consejo de Administración del Port”.
“Por otro lado, la reducción prevista en la tasa al buque tendrá un efecto principal en el tráfico de corta distancia y podría significar una rebaja global de un millón de euros. Esta medida será de aplicación inmediata por parte del Port de Barcelona”.
Por lo que se refiere a cuando se producirá el inicio de la recuperación, Mercè Conesa, explica que “a nivel global esta crisis sanitaria se acabará resolviendo y, por lo tanto, se producirá una mejora gradual de la economía. Es cierto que todavía tendremos unos meses de incertidumbre. La epidemia del Covid-19 se está controlando en China y parece que también empezamos a mejorar en Europa, pero se está produciendo ahora su expansión por América y por África, y no podemos saber todavía cuál será su impacto en algunos de nuestros principales mercados internacionales”.
La presidenta del puerto de Barcelona aún cree que es prematuro evaluar el impacto de la crisis en el tejido empresaria logístico. “Es muy pronto para hacer previsiones de cualquier tipo. Primero, es necesario tener totalmente controlado el virus para entrar en un periodo de estabilización. Y a partir de aquí iremos viendo cómo evoluciona la situación”.
“El sector logístico es clave en cualquier situación y suele ser un buen termómetro para medir la evolución de la economía a futuro. Su capacidad de adaptación le permite responder rápidamente a las necesidades que se crean en diferentes escenarios y confío en que esto hará que no se destruyan puestos de trabajo, sino que se vayan adaptando a las nuevas necesidades que surjan con el fin de la pandemia”.
Mercè Conesa manifiesta que la crisis del coronavirus puede suponer una oportunidad para mejorar. “Esta situación debería servir para reflexionar y planificar un mundo mejor, más sostenible a nivel medioambiental, social y económico, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por las Naciones Unidas y a los que el Port de Barcelona contribuye de manera muy activa”.
Para la presidenta del puerto de Barcelona, “la nueva economía debe basarse en la transición energética hacia el uso de energías alternativas, apostar por la digitalización y favorecer la innovación abierta. Elementos sobre los cuales descansa la estrategia de nuestro puerto para ser cada vez más smart. De hecho, es el Plan Estratégico que sigue el Port de Barcelona y que lo ha convertido en uno de los referentes a nivel internacional”.
En referencia a las tendencias del comercio exterior post-pandemia, según Conesa, “la actual crisis provocada por el Covid-19 ha generado una caída brusca de la actividad en todos los ámbitos. La evolución del tráfico los próximos meses dependerá en gran medida de la evolución de la pandemia en Europa y el hemisferio Sur. A medio plazo la situación debería tender a normalizarse, aunque crisis como la ocasionada por el Covid-19 normalmente tienden a acelerar determinadas tendencias que se estaban apuntando o que todavía eran embrionarias”.
“Y hay tendencias al alza, como la economía circular y las impresoras 3-D, que ahorrarán el transporte de muchos productos. Otros podrían pasar a producirse más cerca de los centros de consumo europeos. El sector de la automoción, derivados del petróleo, el sector químico y el carbón, cemento y siderúrgicos, afrontan retos gigantescos y todo apunta a que disminuirán. Crecerán sectores hoy embrionarios o todavía incipientes que harán aumentar la demanda de transporte marítimo: nuevos flujos asociados al incremento de la movilidad eléctrica, los químicos orgánicos, nuevos combustibles, las energías renovables, los productos agroalimentarios y del sector de las telecomunicaciones, entre otros”.
En referencia a las consecuencias y evolución de la crisis del Covid-19 en el sector portuario, Conesa apunta que “no sabemos hoy cuál va a ser el ritmo de recuperación de la economía mundial y la comunidad portuaria de Barcelona deberá estar atenta para dar la respuesta adecuada cuando la pandemia esté controlada y se estabilicen los intercambios comerciales.
“En cuanto al impacto de la crisis sanitaria sobre los tráficos, el comportamiento ha sido irregular. A partir del mes de marzo, y sobre todo desde abril, se han cancelado aproximadamente el 50% de las escalas de los servicios de contenedores de Extremo Oriente, nuestro principal mercado de importación. Esto ha hecho que primero bajaran las importaciones, debido al cierre de fábricas en Asia, pero que las exportaciones se mantuvieran por la fuerte demanda de productos como carne, medicamentos, alfalfas y productos de higiene. En abril, en cambio, las exportaciones han sufrido el parón de la producción en Europa. Veremos cuál es la evolución en los próximos meses”.
En referencia a la recuperación económica y el papel que deben tener las administraciones públicas, Conesa explica que “los puertos somos uno de los actores principales en la recuperación económica que tanto deseamos. Pero no somos los únicos. Somos parte de un engranaje complejo en el que también participan las empresas, las diferentes administraciones públicas y la sociedad en general. Todos tenemos el deber de hacer posible la respuesta urgente y coordinada que se necesita para generar nuevas oportunidades que permitan el resurgimiento de una economía mejor para todos, así como de un ecosistema y una forma de vida más igualitaria, inclusiva y sostenible”.
En el caso del puerto Barcelona, completa Mercè Conesa, “como he dicho antes, ya hemos puesto en marcha un Plan de Choque para parar el golpe de la pandemia, consensuaremos con la comunidad portuaria un Plan de Recuperación Económica con un horizonte a dos o tres años y activaremos lo más rápidamente posible las inversiones que teníamos planificadas. Estas inversiones las priorizaremos teniendo en cuenta los criterios de eficiencia y de rendimiento social, ambiental y económico”.
“El Plan de Inversiones del Port de Barcelona para este año 2020 contempla un gasto de 71 millones de euros en obra pública, en proyectos como los nuevos accesos ferroviarios, la nueva Terminal Intermodal Port de Barcelona, remodelación del edificio ASTA, ampliación del muelle Adossat o el nuevo atraque para servicios portuarios, entre otros. A esta cantidad hay que sumar otras inversiones fundamentales en aspectos como digitalización y ciberseguridad, así como las destinadas a transición energética”.
La presidenta del puerto de Barcelona valora positivamente la adaptación del sector al teletrabajo. “Gracias a que llevamos muchos años apostando por la gestión telemática de los procesos, buena parte de las empresas de la comunidad portuaria han apostado por el teletrabajo en aquellos casos en los que no se requiere la presencia física del trabajador para realizar las tareas habituales”.
Además, “desde hace unos meses, el Port de Barcelona empezó una prueba piloto para implementar el trabajo flexible. Esto ha hecho que, incluso desde antes del inicio del estado de alarma, nuestros profesionales y nuestros sistemas estuvieran preparados para teletrabajar”.
Así, “gracias a la experiencia previa de la prueba piloto, se han podido garantizar la ciberseguridad y las conexiones y ha permitido visualizar que tanto la infraestructura como las dinámicas de trabajo y los empleados estaban preparados”, concluye Conesa sobre la cuestión del teletrabajo.
Para finalizar, sobre el posible cambio de mentalidad de las relaciones personales entre profesionales, Mercè Conesa asegura que “el trabajo desde casa ha cambiado para bien nuestro concepto de celebrar reuniones, encuentros, conferencias a través de una pantalla. Las pequeñas barreras sociales o culturales que podían existir se han roto con esta exposición digital en todos los ámbitos laborales, pero también sociales. Ahora bien, tenemos un carácter mediterráneo, vivimos las relaciones personales de cerca y esto tarde o temprano volverá”.