El puerto cántabro de San Vicente de la Barquera contará con una fábrica de hielo más adecuada a sus necesidades gracias a la ampliación de las instalaciones actuales. La ampliación de la instalación tendrá un coste de 2,6 millones de euros.
La nueva fábrica será un nuevo edificio adyacente por el Oeste al edificio de la lonja existente, junto a la fábrica de hielo actual, en la zona de almacenamiento de cajas en el exterior de la lonja. Sus dimensiones exteriores son de 16,80 metros de longitud por 8,20 metros de anchura, con cubierta a un agua con alturas entre 9,45 metros y 7,80 metros.
En planta baja se construirá una cámara frigorífica con suelo aislado para albergar el silo de almacenamiento de hielo en escama, con capacidad para 80 toneladas.
En planta primera se plantea una sala de máquinas donde se ubicarán los equipos frigoríficos de producción de hielo y cámara de conservación; una sala de control donde se ubicarán los elementos de mando y control de la fábrica de hielo; y una sala de generadores donde se instalarán los generadores de hielo, las pesadoras, los tornillos sinfín de salida a barcos / lonja y la unidad de tratamiento de agua.
Hielo en escamas para la pesca
Actualmente la Cofradía dispone de una fábrica de hielo con capacidad para acumular 50 toneladas de hielo en placa y con esta instalación la reserva de hielo quedaba insuficiente en las épocas de costera. Además, el tipo de hielo que se genera en placa, no es el adecuado para la manipulación del mismo en alta mar al quedar demasiado compacto, siendo necesario su picado para el llenado de las cajas, una operación ardua en el barco que crea, además, la obligación de una operación adicional en la recogida y almacenamiento del pescado en las bodegas.
El alcalde de la localidad, Dioniso Luguera, y el patrón mayor de la Cofradía, Emilio Bustamante, han mostrado su agradecimiento al consejero de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo de Cantabria, José Luis Gochicoa, por la inversión que “permite dar solución” a un problema importante que sufre la instalación portuaria y sus usuarios, dado que “sin hielo no se puede funcionar”. Así, “se producirá una mejora importante para la venta del producto y la llegada de barcos”, para que los pescadores dispongan de un volumen mayor en la cantidad y con una tipología de hielo en escamas que permite “un mejor aprovechamiento del producto fresco”.